La originalidad del Mercurio Peruano consiste en
ser el fruto del trabajo colectivo de un verdadero grupo académico: La sociedad
Académica de Amantes del País.
I. HISTORIA
DE LA SOCIEDAD ACADÉMICA
La creación de esta sociedad se debía a que en
un comienzo se hacían las llamadas reuniones literarias (nacidas en Francia en
el siglo XVII). Fue en principios de este siglo cuando en el Perú se formaron
las primeras asambleas imitando a las academias que había en Europa. Existía un
organizador, llamado “presidente” y un “secretario”, perfilándose para una
sociedad académica.
En tiempos del virrey Jáuregui (1780 – 1784) se
constituyó una asociación del mismo tipo: “Academia de la Juventud Limana” cuya
voluntad era servir a la “patria” peruana.
El mercurio que había publicado el discurso de
uno de los socios de esta academia, concluyó con una nota de presentación que
dejaba entrever que esta academia influyó en las tareas del Mercurio. Es muy probable
que de esta “academia” surgiera la academia que nos presenta el texto.
Se constituyó la “Academia Filarmónica” después
de que José María Egafia (Hermágoras) realizara tertulias en su casa, junto a
Demetrio Guasque (Homótimo) y Mindírido; e invitaron a José Rossi y Rubí (Hesperiófilo).
A esta nueva asamblea también participaban Agelasto y José Hipólito Unanue (Aristio).
Tenían un reglamento preciso: reuniones todas las noches desde las 10 pm hasta
las 11 pm y debía contar con una mesa directiva (presidente: Egafia y
secretario: Unanue). Nombraron como miembros de mérito a 3 mujeres: Dorálice,
floridia y Egeria.
En abril o mayo de 1788 todo se resquebrajó:
Guasque vuelve a Madrid por motivos profesionales, José Rossi enviuda y se
retira a la sierra, Unanue cae enfermo y Mindírido se casa.
En 1790, Guasque es destinado a Lima, Rossi y
Rubí abandona los andes, Unanue se restablece y vuelve con Egafia. Dieron a su
reunión el nombre de Sociedad académica de Amantes del País de Lima.
Los miembros de la sociedad se dieron cuenta de
que sus reflexiones podían ser expresadas a travez de la prensa. De ahí nace la
idea de hacer un periódico propio. Jacinto Calero y Moreyra (alias Crisipo) se
une al tiempo en que se acordaba publicar el Mercurio Peruano.
Se le unen a ellos: Fray tomas de Mendez y
Lachica (alias Teagnes), fra Franciso Gonzales Laguna (alias Timeo), fray
Francisco Romero (alias Hiparco), fray Diego Cisneros (alias Arquídamo) y José
Baquijano y Carrillo (alias Cefalio).
Éxito inmediato: de 220 en el primer mes (1791),
los suscriptores subieron a 399 al cabo de 4 meses.
II. ESTRUCTURA
Y FINES DE LA SOCIEDAD ACADÉMICA
El objetivo principal de las reuniones de estos
personajes eran las disputas filosóficas y la reflexión colectiva sobre el
mundo: Físico, moral, político, económico y social. Fruto de ello fue el
Mercurio peruano.
1. Luces
y patria
Tienen un optimismo exagerado por vivir en el
siglo de las luces y en los 12 volúmenes que tiene el periódico no cesaran de
ensalzar la Filosofía y la Ilustración.
Lo que los autores desean por encima de todo es
mejorar los conocimientos del público limeño y difundir en el Perú las luces en
el campo científico, en la historia natural y en la medicina.
La voluntad de enriquecimiento intelectual tiene
por origen el “patriotismo mercurista”: Deseo de hacer todo lo posible por
servir a la patria y merecer algún lugar en su gratitud.
Según Ignacio de Castro, cura del Cuzco: La
ilustración que reciben (los indios, mestizos y los hijos de los caciques) se
limita a las doctrinas cristianas, el leer y el escribir.
El Mercurio Peruano: el bien general, el bien
del reino, ha sido el fundamento, el enlace y el objetivo único de la sociedad
de amantes del país.
2. Organización
de la sociedad académica
Ø Académicos: 30, escribir los textos publicados por el periódico.
Ø Consultores: 18 especialistas, repartidos en 4 secciones (Hacienda, Agricultura,
Minería y Comercio) encargados de aconsejar a los redactores.
Ø Honorarios:
La sociedad está dirigida por una “junta
privada” y son elegidos por mayoría de votos. Se compone por:
-
Presidente
-
Vice – presidente
-
2 Censores:
encargados del control científico y moral de los textos propuestos para la
publicación.
-
Un secretario:
propone los temas de reflexión, distribuye las memorias que están por escribir
entre los redactores y pone al día los papeles de la sociedad.
-
Secretario de
correspondencia: a la vez tesorero y archivero.
-
Director de la
imprenta: vigila la impresión del periódico.
Las sesiones se celebraban en una sala de una
biblioteca de la Universidad de San Marcos. Lo esencial de estas reuniones y el
objetivo era la publicación del Mercurio Peruano. A mediados de cada
cuatrimestre, el secretario reparte entre los académicos los temas que se han
de tratar y fija la fecha en las que se tienen que entregar el fruto de las
reflexiones.
3. Sociedad
académica y sociedad económica
Sociedad
académica: organismo privado, cuyo fin primordial es la
difusión de las luces.
11 de junio de 1793 se despacha una real orden
para que puedan lucir el nombre de Real Sociedad de Amantes del País Limano. La
composición de este cuerpo permanecía muy próxima con las otras sociedades
hermanas: nobles ilustrados, eclesiásticos abiertos a nuevas ideas e
intelectuales.
Consta de cuatro secciones: Hacienda,
Agricultura, Minería y Comercio.
Permite entrever que la sociedad Académica de Lima
es una sociedad económica por las características constitucionales necesarias. Utilizaron
académica, en vez de la habitual económica o patriótica, ya que desean instruir
didácticamente e ilustrar a los habitantes del reino en el que viven. También
porque recuerda la escuela de Platón en el monte Cefiso. Un lugar donde los
hombres jóvenes se reunían para disputar, reflexionar y aprender juntos.
La sociedad académica quiere ser académica
porque quiere ser una verdadera academia para el Perú
III. LOS
AUTORES DEL MERCURIO PERUANO
Había un equipo redaccional en el cual cada
redactor no aborda más asuntos que los que conociera. El producto sale de una
calidad excelente por la seriedad de la información la profundidad de la
reflexión que ofrecía al público.
1. Los
cuadros directivos
Encabezaba el equipo José Rossi y Rubí, al que
la sociedad concedió el 1 de marzo de 1792 el título de fundador.
Como “padre” del Mercurio Peruano, tuvo a los
directores en las personas de los sucesivos presidentes de la sociedad académica:
-
El primero de ellos fue José María
Egafia (1790 – 1791): en su casa se dieron tertulias donde se originó
dicha sociedad. Su función era informar a la Sociedad y en congregar a sus
miembros.
-
El que le sucedió fue José
Baquijano y Carrillo (1792 – 193): para el mercurio
redacto los artículos de reflexión y firmaba con el nombre de Cefalio. Entre
sus obras se encuentra “El elogio del excelentísimo señor Don Agustín de
Jauregui”. Era rico y estaba emparentado con la nobleza y del alto comercio de
Lima.
-
Ambrosio de Landa y Simon Pontero
(1794): noble doctor en derecho, no era criollo. Su obra
de mayor consistencia fue “ tratado sobre las aguas del valle de lima”.
-
Fray Diego Cisneros: Se le puede llamar como “cuarto director”
aunque no llevo el título de presidente. Gracias a las obras prohibidas que
podía vender en su librería, se cree que con ese dinero pudo pagar la
publicación del tomo XII del Mercurio Peruano.
Se hace
mención a Hipólito Unanue por el papel decisivo que tuvo en el Mercurio:
publicó 51 artículos sobre temas de medicina e higiene, geografía, física,
botánica, etc. Es considerado por su furioso activismo didáctico, el
representativo de la Sociedad Académica.
2. Los
redactores
En el Mercurio Peruano se publicaron 655 unidades
redaccionales, de los cuales 148 son anónimas.
De cada 10 redactores, 4 son de lima y 6 del
virreinato, lo que puntualiza la peruanidad del Mercurio.
Este equipo se apasiono por su país y manifestó
su opinión y sus intereses en las páginas del mercurio peruano.
MUCHAS GRACIAS
NO OLVIDES HACERNOS TUS
PREGUNTAS O APORTES EN LOS COMENTARIOS.
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