PALACIOS RODRÍGUEZ, RAÚL. “EL PERÚ HACIA 1985,
AÑO DEL NACIMIENTO DE RIVA-AGÜERO”. BOLETÍN DEL INSTITUTO RIVA-AGÜERO BIRA, N°
13, 1984.
TEXTO COMPLETO AQUÍ.
Los escritores de la generación de Riva Agüero tienen
muy presente los efectos causados por la guerra del Pacífico. Los
contemporáneos a Riva Agüero tales como Julio C. Tello, Luis Miró Quesada, José
Gálvez Barrenechea, entre otros, tienen en común la preocupación por la historia
y la realidad nacional (Ideología del “énfasis metafísico”, “el ser colectivo
del Perú”).
De aquí nacen muchos estudios y obras de
distintas disciplinas que tienen valores patrios y la problemática nacional muy
presente, conjugados en una “síntesis viviente”.
1. EL
PERÚ MUTILADO
Se sabe que luego de la guerra iniciada en abril
de 1879 y culminada 54 meses después, cuando en octubre se suscribe el tratado
de Ancón. Desde ese instante el país cambia geográficamente pues pierde la
provincia de Tarapacá.
Desde el primer momento, el tratado fue rechazado
y criticado por varios sectores de la población peruana. Fue considerado
incluso “vergüenza nacional”.
La famosa carta del ex-mandatario Francisco
García Calderón para Cornelio A. Logan, ministro de los Estados Unidos en
Santiago, en donde se critica acremente el mencionado tratado y la política
general del presidente Iglesias. Los propios tarapaqueños también se quejaron.
El Perú de la postguerra vivió también aquella
“guerra de fusiles” que significó la política chilenizadora en las provincias
cautivas de Tacna y Arica y distrajo a la cancillería peruana por casi 5
décadas. Esto se debe a que según el artículo tercero del tratado, el vencedor
de la guerra podía continuar ocupando el territorio en cuestión por un tiempo
de 10 años. Según algunos autores, se dice que esto fue un negocio peruano.
2.-
ALGO MÁS DE LA PÉRDIDA TERRITORIAL:
Desde la perspectiva económica, la guerra
significó para Chile una ganancia de 2’350’000,000 de pesos y el
fortalecimiento conductual que trae una victoria militar.
Para Perú, significó, estar quebrado
económicamente y cercenado territorialmente; fuertemente impactado por una
terrible y aplastante situación emocional: EL TRAUMA COLECTIVO.
Jorge Basadre: “Había algo todavía peor que la
desolación inmediata, la angustia económica privada y pública, la debilidad, la
soledad y las asechanzas de los países vecinos: era el complejo de
inferioridad, el empequeñecimiento espiritual, perdurable jugo venenoso
destilado por la guerra, la derrota y la ocupación” (bajo este estilo de vida
nace el “insumo ponzoñoso de la derrota.
3. EL FRENTE INTERNO:
A la guerra le siguió un periodo de anarquía (se
vio en la lucha interna que hubo durante años). No hubo paz ni gobierno
estable, por lo que la política quedó en manos de los caudillos militares, como
ocurrió en años anteriores.
Panorama político de aquel entonces:
· Violencias de bandas armadas en nombre de las
bandas armadas para defender el territorio.
· Falta de unidad del gobierno nacional.
· Explosión de odios y retos aireados.
· Personalismo y la pasión como sustento de los
partidos políticos.
· Sucesión de gobiernos antagónicos.
· Ausencia de una firme y decidida preocupación
ideológica.
· Movilización de masas al influjo de los
designios del jefe o caudillo de turno.
· El encauzamiento de los limitados recursos del
Erario para sostener en los cuarteles las labores de una fatigosa campaña.
· Inestabilidad de las instituciones políticas y
la suspensión de las más caras garantías de ciudadanos.
· Corrupción amparada y tolerada por las facciones
políticas y Afán de sostenerse en el mando recurriendo a todos los medios
posibles.
Todo esto afectó el orden social y condicionaron
la vida nacional. Ejes clave del pueblo: trabajo, libertad y progreso
(estuvieron ausentes)
Cuando se produjo una relativa paz interna y
externa, asume la presidencia de la republica el general Andrés Avelino Cáceres,
patriota y esforzado militar. En su primer mandato se esforzó por hacer que la
Nación se reponga de la crisis política y económica postguerra (sus esfuerzos
solo produjeron ataques parlamentarios y eso se explica por qué en 4 años
cambió 10 veces de gabinete).
4. SIN GUANO Y SIN SALITRE: UNA
ECONOMÍA RAQUÍTICA:
Fase muy crítica: sin exportaciones, sin
créditos, presupuesto desequilibrado, sin potencia económica, guano agotado (venía
la miseria). El único medio de circulación entre clases populares era el papel
moneda o billete fiscal, el cual se volvió inconvertible y al sufrir una fuerte
depreciación, acabó con la fortuna privada que quedaba. Todos estaban
descontentos con esta forma monetaria (por ejemplo, 1 sol de plata equivalía 20
soles papel).
La plata baja en el mercado mundial y afecta al
Perú ya que era su patrón monetario, lo cual hizo aún más difícil cancelar la
deuda externa.
1885 fue el año de mayor crisis económica. Nadie
quería prestarle dinero al Perú, porque no tenía un aval. Las obras públicas
decaen, la propiedad territorial es depreciada, salario obrero insuficiente,
ausencia del presupuesto general de la república para su aprobación por el
congreso (1883-1885), sistema tributario pobre, clase social urbana en ruinas,
se detuvo el comercio por la prolongada clausura de nuestros puertos.
5.
MALESTAR SOCIAL:
Debido a la crisis económica que afecto a las
distintas actividades del país, la más grande manifestación de este problema
fue la desocupación: en el campo no había gente que trabajase la tierra; en
Lima este problema se agudizó aún más, debido a que se dieron signos de
delincuencia, prostitución y alcoholismo, escasez de viviendas, atención medica
paupérrima y falta de alimentos que dañaban el presupuesto familiar.
Se debe agregar que las escuelas dejaron de
enseñar debido al afán destructor del enemigo que dejó todo hecho ruinas.
Se sabe que en el periodo de 1884 la población en
Lima había aumentado (101 488 habitantes), esto se debe a que todos se
refugiaban en la capital, la cual se creía “era más segura”; sin embargo, en la
post guerra, el índice de mortalidad superó al de natalidad, ello es evidente
por el estado de la calidad de vida a la que fue sometida Lima.
6.
POSTRACIÓN ESPIRITUAL (CONSECUENCIA DIRECTA E INMEDIATA DE LOS PROBLEMAS QUE
VIVIÓ LA REPUBLICA
Se vivió una gran crisis moral. Según Pedro
Dávalos y Lisson: hubo una degradación moral, los matrimonios eran raros, la
prostitución callejera era algo normal. Ánimos golpeados, no existía la chispa
criolla del siglo pasado, melancolía y esceptismo eran evidentes.” El pesimismo
subía como una ola negra hasta los más altos espíritus”.
Estábamos prácticamente solos ya que “éramos un
país insolvente y pésimos pagadores”. Solo en noviembre de 1905 el ministro de
hacienda, Augusto Bernardino Leguía, celebró que vendría el primer empréstito
después del “enclaustramiento económico”.
Gracias a Leguía y el préstamo obtenido, se
logró comprar navíos de defensa tales como los cruceros Grau y Bolognesi. Nos
encontrábamos en una época de resurgimiento institucional (desde la época de
Piérola, 1896).
Se supo que se había reducido el personal en el
poder naval y que no poseíamos navíos (1906), mientras que Chile se jactaba en
1902 de tener la mejor armada marina y que solo grandes potencias europeas
podrían destruirlos.
7.
IDEOLOGÍA:
Según Basadre no hubo preocupación ideológica
luego de la guerra, pues la economía estaba en primer plano.
Aparece Manuel González Prada “el dictador de la
moral del siglo XIX” –radical limeño-, aplicó bajo “la devoción de las ideas
claras”, una concepción ideológica carente de eufemismos o posturas hipócritas.
Con influencia francesa, tuvo rápida cabida en la acción revolucionaria del
movimiento obrero y en los estudiantes. Su labor se pudo llamar “los tónicos de
la verdad” pues buscó justamente tonificar el sentimiento patrio y resarcir las
heridas de la guerra. Confiesa que “con la guerra murió algo en él”.
8. UNA INMOLACIÓN NECESARIA
29-08-1885: se publica acerca del experimento de
Daniel A. Carrión quien se innoculó el mismo la sangre de un hombre enfermo de
verruga, para así poder estudiar la enfermedad. Esto sería “el acto heroico de
la medicina de siglo XIX”. Gracias a este experimento, se encontró una relación
con la “Fiebre de la Oroya”.
9. DE NUEVO A ORGANIZARNOS: LA
RECONSTRUCCIÓN NACIONAL
Dentro de todo el desorden económico y social, se
lograron desarrollar una serie de medidas – algunas transitorias y otras
permanentes – orientadas a explotar la economía y restablecer la hacienda
pública:
· Se crea el sistema de impuestos restableciendo
la “Compañía nacional de recaudación”.
· Se modifica el contrato con la empresa Muelle-
Darsena (contrato sobre comercio).
· Se gravó el consumo del tabaco, opio y alcohol.
· Se reorganizan la aduanas.
· Se refuerzan algunos recursos como la minería.
Todos estos esfuerzos solo tienen una
explicación y es la existencia de un verdadero sentimiento nacional traducido
en un afán, seguro y profundo, de sacar a la patria del montón de ruinas en la
que estaba. Este era el inicio de la nueva era, basado en la fe del
patriotismo, iniciada con Cáceres en julio de 1886.
MUCHAS GRACIAS
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