De Túpac Amaru a Gamarra
Charles Walker
Durante esta lectura, se da un análisis del papel
que la sociedad en general desempeñó en las luchas entre los caudillos, este
capítulo se centra en la ciudad de Cuzco, particularmente en los cambios y
continuidades en la práctica o cultura política, viendo también el papel del
indígena cuzqueño que era por aquellos inicios de la república la mayoría
total.
Este capítulo examina el funcionamiento de la
política caudillista sobre el propio terreno y cómo, luego de la independencia,
la cultura política cambió en la ciudad de Cuzco. Se explora la esfera pública,
específicamente la prensa (la orgía de la prensa en Cuzco), las festividades
(realizadas en su mayoría a líderes políticos) y las campañas e intrigas
militares. Es necesario señalar que el pueblo debatió y combatió tanto respecto
al control del estado como respecto a la relación entre el estado republicano y
la sociedad civil.
Estas luchas y debates en relación al estado
involucraron a amplios sectores de la sociedad urbana (cosas rara aún en
nuestros días), analizando el modo como los grupos políticos comunicaban su
plataforma en la prensa y en las calles se hace un contraste entre el éxito de
Gamarra en la creación de una coalición regional, por un lado, y el fracaso de
sus opositores liberales para elaborar un programa específico para Cuzco, por
el otro: al incorporar la adoración inca en su programa, Gamarra saco provecho
del símbolo político más importante de la región.
El éxito de Gamarra estuvo en la construcción de
una coalición tan amplia impregnada de costumbres locales, al tiempo que se
vinculaba con un movimiento nacional, proporciona pistas importantes sobre la
pervivencia del autoritarismo de la moderna Hispanoamérica.
Hay dos imágenes que van en contracorriente que
se pueden evocar en relación a la ciudad del Cuzco (aunque también a gran parte
de la América Hispana de aquellos tiempos), en la época en que estuvo gobernada
por los caudillos militares.
Por un lado, Agustín Gamarra creó un virtual
feudo político en su tierra natal, a lo largo y a lo ancho, estableció una red
de autoridades obedientes a él sumamente poderosas, su trabajo logro subordinar
a la Iglesia (pese a que la secularización avanzaba aún con paso lento),
difundió un programa específico para Cuzco, instauro la formación e milicias y
calló a todos sus enemigos políticos.
(En resumen hizo una súper red con tentáculos en todas las esferas de
mayor influencia en el estado de aquella época)
Aun así a lo largo de estos años, una prensa
opositora menosprecio tanto a él como a su proyecto conservador. Si bien
gamarra construyó una coalición sustancial en Cuzco, él y sus seguidores
enfrentaron frecuentes desafíos y en diversos periodos, perdieron el control
político de la región.
Esto nos da luces de porque él no fue considerado
un dictador, sino que esu modelo de gobierno (el caudillismo) no llego a
reemplazar la casi inexistente política de estado, sino más bien construye una
forma peculiar de política que involucra a los militares, a los grupos o
partidos políticos organizados y a gran parte de la sociedad civil.
La cultura política en aquella época, se genera
desde las coaliciones políticas encabezadas por los caudillos, las cuales
luchaban por definir los parámetros dela nueva república. (Lo que explica las
revueltas existentes en aquellas épocas).
Cosas como golpes, rebeliones, atentados era
parte de la política diaria de la época, siendo el periodo más caótico aquel
que comprende entre 1833 y 1836, los liberales y los gamarristas se atacaban
unos a otros a la vez que peleaban por la tenencia de diversos cargos públicos
que les permitan control sobre el nuevo estado peruano.
Recordemos que en 1834 Orbegoso había vencido y
exiliado a Gamarra, pero aún así, este último seguía gozando de apoyo dentro
del estado peruano, tanto así que para 1835 había vuelto a Perú y el año siguiente ya estaba tomando control
para la formación de la Confederación Peruano-Boliviana.
Ambos bandos conspiraban los unos con los otros y
luego justificaban sus conspiraciones, pero como se sabe, todo esto termina a
favor de los conservadores.
Los propios conflictos políticos no son meros
medios para tomar el control del Estado e imponer una visión de la Republica,
sino que se trata más bien de ámbitos claves para la definición de las normas y
códigos de la práctica política postcolonial.
La gente combatió en los campos de batalla, los
tribunales, la prensa y las calles, no solo para derrotar al enemigo y tomar el
poder del estado, sino también para determinar la manera como los grupos
podrían usar estas diferentes ubicaciones para dar forma a las relaciones
sociales y políticas. En Cuzco las
discusiones y choques sobre la naturaleza y control del Estado fueron más allá
del alcance de los militares y la elite.
La población civil cuzqueña estuvo conectada con
todo esto, mediante una especia de pre-civilización del espectáculo, los
liberales y conservadores debatiendo en folletos de prensa, dado que como
sabemos la prensa del Cuzco siempre tuvo un carácter partidista.
Por otra parte, pese a que este sector de la
población estaba excluido en general de casi cualquier debate culto y de las
luchas con respecto al estado, las clases bajas siguieron los vividos debates
en la prensa y con frecuencia participaron en las turbulentas luchas políticas.
Los líderes de las coaliciones movilizaban a las masas cuando la política
tomaba las calles en festivales, mítines y disturbios.
Después de seguir en los conflictos ideológicos y
militares, las clases bajas, las mujeres y otros estratos que según la opinión
de los grupos de poder no merecían una participación política formal, no
renunciaban fácilmente a la política. Ciertamente el espacio público no era el
lugar de reunión de un debate racional entre los diversos grupos sociales.
Durante las luchas políticas, que estaban bajo
las sombras de conspiraciones y la violencia, la gente discutía arduamente
acerca de la relación del estado republicano con la sociedad civil, sobre
acerca de cuan verdadero y legítimo podría ser el control del estado.
Pero aun así el Perú siempre se ha caracterizado
por su elitismo y en la única cosa en la que los liberales como conservadores
estaban de acuerdo, era que consideraban que las clases bajas no merecían una
representación en asuntos políticos y tampoco “estaban interesados en esta
clase de asuntos” para ellos sin importancia, cuando se podrían distraer con
otras cosas (Se podría decir que la cultura del espectáculo era algo que atraía
a los pueblos peruanos).
Por tanto en Cuzco los grupos de las clases más
bajas seguían los debates y escaramuzas en torno al Estado, participando
ocasionalmente en los disturbios y revueltas que constituían un ámbito de la
operación caudillista.
A lo largo del capítulo se han concentrado en
revelarnos la naturaleza de la política de la época y todos los cambios
experimentados a partir de ello.
La respuesta que se presenta pareciera ser
contradictoria: la naturaleza de la política se transformó con la ruptura con
España, no obstante muchas otras veces los conservadores derrotaron a los
liberales en los debates polítcos.
Cabe recordar que los conservadores aún sentían
una ideología política muy apegada a la vieja madre patria.
La prensa cusqueña señala que con la
independencia se alteró la forma y el contenido de los debates políticos en el
país. Con frecuencia el pueblo cusqueño ahora discutía en torno a las ideas
sobre el estado y la sociedad.
Aunque claro, la prensa peruana desde esa época
se concentraba en la pelea entre los conservadores y liberales, recurriendo en
muchos casos a los golpes bajos, la satanización, los insultos, en el fondo de
todo se estaban discutiendo sobre la naturaleza del Estado. En todos lados
aparecían cosas la libertad y la república.
Cabe resaltar que los gamarristas (aka
conservadores) producían mucho más material que los liberales, además de tener
más terreno a su favor), incluso aquellos que no son gamarristas, por un simple
hecho de regionalismos y amor al Cuzco, suelen hablar bien de Gamarra,
resaltándolo como un héroe de aquella época que venía a la defensa del
territorio patrio.
Era básicamente la visión Cuzco vs. Los
forasteros que se acercan a nuestra tierra, mientras que su tío Agustín los
hecha a patadas saliendo en su defensa.
Pese a todo los debates y discusiones de esos
años, asumieron un carácter más abierto y abordaban directamente temas como la
mejor forma de gobierno o el gobernante más adecuado. La revisión de la cultura
política ha puesto de relieve la táctica compartida por conservadores y
liberales, ya que pese a las diferencias ideológicas, los dos eran grupos muy
parecidos.
Ambos utilizaban un lenguaje inflamado,
conspiraban y dependían de las fuerzas armadas, favorecían a sus seguidores y
expulsaban a sus opositores cuando estaban en el poder. Por tanto el actuar de
los liberales también se puede considerar una actitud caudillista.
Los liberales fueron los grandes perdedores de la
contienda, dado que nunca llegaron a alabar con suficiencia el pasado del
“Glorioso imperio incaico” y por eso no llegaron a calar en los corazones de
las masas populares, que preferían el modelo de Gamarra ante todo.
Gamarra vence en popularidad sobre todos los
liberales, que permanecen bajo sus sombras, se nos dan diversos factores para que
eso sea así, como el hecho de que él supo construir una base sólida en la
región del Cuzco (Una suerte de centralita donde él mandaba).
Aunque al final todo se explique en la añoranza a
los viejos tiempos coloniales, en los que Cuzco era una de las ciudades más
importantes y que en la república post-colonial, ya no aparece tanto como antes
(El titulo le fue prácticamente arrancado por Arequipa).
Y como se explica Arequipa fue al final el
principal centro del Liberalismo en el Perú, algo que Gamarra supo utilizar a
su favor para crear una sensación anti-Arequipa.
El discurso de Gamarra, como se señaló antes,
llega a más sectores de la sociedad, a una esfera mayor de enfoque lo que le
daba una mayor fortaleza en la región del Cuzco, cosa que sus detractores no
pudieron hacer en ningún contexto.
Gamarra les daba lo que se podría describir como pan y circo a la población, una serie de espectáculos así como la seguridad de
que Cuzco podría ser como era antes de la independencia, supo aprovechar de esa
ventaja y con eso se explica por qué los liberales no pudieron tener una base
fuerte en la región.
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