martes, 6 de marzo de 2018

LA GUERRA DE LAS PALABRAS: LA CULTURA POLÍTICA URBANA EN EL CUZCO POSCOLONIAL DE CHARLES WALKER

De Túpac Amaru a Gamarra
Charles Walker

Durante esta lectura, se da un análisis del papel que la sociedad en general desempeñó en las luchas entre los caudillos, este capítulo se centra en la ciudad de Cuzco, particularmente en los cambios y continuidades en la práctica o cultura política, viendo también el papel del indígena cuzqueño que era por aquellos inicios de la república la mayoría total.

Este capítulo examina el funcionamiento de la política caudillista sobre el propio terreno y cómo, luego de la independencia, la cultura política cambió en la ciudad de Cuzco. Se explora la esfera pública, específicamente la prensa (la orgía de la prensa en Cuzco), las festividades (realizadas en su mayoría a líderes políticos) y las campañas e intrigas militares. Es necesario señalar que el pueblo debatió y combatió tanto respecto al control del estado como respecto a la relación entre el estado republicano y la sociedad civil.

Estas luchas y debates en relación al estado involucraron a amplios sectores de la sociedad urbana (cosas rara aún en nuestros días), analizando el modo como los grupos políticos comunicaban su plataforma en la prensa y en las calles se hace un contraste entre el éxito de Gamarra en la creación de una coalición regional, por un lado, y el fracaso de sus opositores liberales para elaborar un programa específico para Cuzco, por el otro: al incorporar la adoración inca en su programa, Gamarra saco provecho del símbolo político más importante de la región.

El éxito de Gamarra estuvo en la construcción de una coalición tan amplia impregnada de costumbres locales, al tiempo que se vinculaba con un movimiento nacional, proporciona pistas importantes sobre la pervivencia del autoritarismo de la moderna Hispanoamérica.

Hay dos imágenes que van en contracorriente que se pueden evocar en relación a la ciudad del Cuzco (aunque también a gran parte de la América Hispana de aquellos tiempos), en la época en que estuvo gobernada por los caudillos militares.

Por un lado, Agustín Gamarra creó un virtual feudo político en su tierra natal, a lo largo y a lo ancho, estableció una red de autoridades obedientes a él sumamente poderosas, su trabajo logro subordinar a la Iglesia (pese a que la secularización avanzaba aún con paso lento), difundió un programa específico para Cuzco, instauro la formación e milicias y calló a todos sus enemigos políticos.  (En resumen hizo una súper red con tentáculos en todas las esferas de mayor influencia en el estado de aquella época)
Aun así a lo largo de estos años, una prensa opositora menosprecio tanto a él como a su proyecto conservador. Si bien gamarra construyó una coalición sustancial en Cuzco, él y sus seguidores enfrentaron frecuentes desafíos y en diversos periodos, perdieron el control político de la región.

Esto nos da luces de porque él no fue considerado un dictador, sino que esu modelo de gobierno (el caudillismo) no llego a reemplazar la casi inexistente política de estado, sino más bien construye una forma peculiar de política que involucra a los militares, a los grupos o partidos políticos organizados y a gran parte de la sociedad civil.

La cultura política en aquella época, se genera desde las coaliciones políticas encabezadas por los caudillos, las cuales luchaban por definir los parámetros dela nueva república. (Lo que explica las revueltas existentes en aquellas épocas).

Cosas como golpes, rebeliones, atentados era parte de la política diaria de la época, siendo el periodo más caótico aquel que comprende entre 1833 y 1836, los liberales y los gamarristas se atacaban unos a otros a la vez que peleaban por la tenencia de diversos cargos públicos que les permitan control sobre el nuevo estado peruano.

Recordemos que en 1834 Orbegoso había vencido y exiliado a Gamarra, pero aún así, este último seguía gozando de apoyo dentro del estado peruano, tanto así que para 1835 había vuelto a Perú y  el año siguiente ya estaba tomando control para la formación de la Confederación Peruano-Boliviana.
Ambos bandos conspiraban los unos con los otros y luego justificaban sus conspiraciones, pero como se sabe, todo esto termina a favor de los conservadores.

Los propios conflictos políticos no son meros medios para tomar el control del Estado e imponer una visión de la Republica, sino que se trata más bien de ámbitos claves para la definición de las normas y códigos de la práctica política postcolonial.

La gente combatió en los campos de batalla, los tribunales, la prensa y las calles, no solo para derrotar al enemigo y tomar el poder del estado, sino también para determinar la manera como los grupos podrían usar estas diferentes ubicaciones para dar forma a las relaciones sociales y políticas.  En Cuzco las discusiones y choques sobre la naturaleza y control del Estado fueron más allá del alcance de los militares y la elite.

La población civil cuzqueña estuvo conectada con todo esto, mediante una especia de pre-civilización del espectáculo, los liberales y conservadores debatiendo en folletos de prensa, dado que como sabemos la prensa del Cuzco siempre tuvo un carácter partidista.

Por otra parte, pese a que este sector de la población estaba excluido en general de casi cualquier debate culto y de las luchas con respecto al estado, las clases bajas siguieron los vividos debates en la prensa y con frecuencia participaron en las turbulentas luchas políticas. Los líderes de las coaliciones movilizaban a las masas cuando la política tomaba las calles en festivales, mítines y disturbios.

Después de seguir en los conflictos ideológicos y militares, las clases bajas, las mujeres y otros estratos que según la opinión de los grupos de poder no merecían una participación política formal, no renunciaban fácilmente a la política. Ciertamente el espacio público no era el lugar de reunión de un debate racional entre los diversos grupos sociales.
Durante las luchas políticas, que estaban bajo las sombras de conspiraciones y la violencia, la gente discutía arduamente acerca de la relación del estado republicano con la sociedad civil, sobre acerca de cuan verdadero y legítimo podría ser el control del estado.

Pero aun así el Perú siempre se ha caracterizado por su elitismo y en la única cosa en la que los liberales como conservadores estaban de acuerdo, era que consideraban que las clases bajas no merecían una representación en asuntos políticos y tampoco “estaban interesados en esta clase de asuntos” para ellos sin importancia, cuando se podrían distraer con otras cosas (Se podría decir que la cultura del espectáculo era algo que atraía a los pueblos peruanos).

Por tanto en Cuzco los grupos de las clases más bajas seguían los debates y escaramuzas en torno al Estado, participando ocasionalmente en los disturbios y revueltas que constituían un ámbito de la operación caudillista.

A lo largo del capítulo se han concentrado en revelarnos la naturaleza de la política de la época y todos los cambios experimentados a partir de ello.

La respuesta que se presenta pareciera ser contradictoria: la naturaleza de la política se transformó con la ruptura con España, no obstante muchas otras veces los conservadores derrotaron a los liberales en los debates polítcos.

Cabe recordar que los conservadores aún sentían una ideología política muy apegada a la vieja madre patria.

La prensa cusqueña señala que con la independencia se alteró la forma y el contenido de los debates políticos en el país. Con frecuencia el pueblo cusqueño ahora discutía en torno a las ideas sobre el estado y la sociedad.

Aunque claro, la prensa peruana desde esa época se concentraba en la pelea entre los conservadores y liberales, recurriendo en muchos casos a los golpes bajos, la satanización, los insultos, en el fondo de todo se estaban discutiendo sobre la naturaleza del Estado. En todos lados aparecían cosas la libertad y la república.

Cabe resaltar que los gamarristas (aka conservadores) producían mucho más material que los liberales, además de tener más terreno a su favor), incluso aquellos que no son gamarristas, por un simple hecho de regionalismos y amor al Cuzco, suelen hablar bien de Gamarra, resaltándolo como un héroe de aquella época que venía a la defensa del territorio patrio.

Era básicamente la visión Cuzco vs. Los forasteros que se acercan a nuestra tierra, mientras que su tío Agustín los hecha a patadas saliendo en su defensa.

Pese a todo los debates y discusiones de esos años, asumieron un carácter más abierto y abordaban directamente temas como la mejor forma de gobierno o el gobernante más adecuado. La revisión de la cultura política ha puesto de relieve la táctica compartida por conservadores y liberales, ya que pese a las diferencias ideológicas, los dos eran grupos muy parecidos.

Ambos utilizaban un lenguaje inflamado, conspiraban y dependían de las fuerzas armadas, favorecían a sus seguidores y expulsaban a sus opositores cuando estaban en el poder. Por tanto el actuar de los liberales también se puede considerar una actitud caudillista.

Los liberales fueron los grandes perdedores de la contienda, dado que nunca llegaron a alabar con suficiencia el pasado del “Glorioso imperio incaico” y por eso no llegaron a calar en los corazones de las masas populares, que preferían el modelo de Gamarra ante todo.

Gamarra vence en popularidad sobre todos los liberales, que permanecen bajo sus sombras, se nos dan diversos factores para que eso sea así, como el hecho de que él supo construir una base sólida en la región del Cuzco (Una suerte de centralita donde él mandaba).

Aunque al final todo se explique en la añoranza a los viejos tiempos coloniales, en los que Cuzco era una de las ciudades más importantes y que en la república post-colonial, ya no aparece tanto como antes (El titulo le fue prácticamente arrancado por Arequipa).

Y como se explica Arequipa fue al final el principal centro del Liberalismo en el Perú, algo que Gamarra supo utilizar a su favor para crear una sensación anti-Arequipa.

El discurso de Gamarra, como se señaló antes, llega a más sectores de la sociedad, a una esfera mayor de enfoque lo que le daba una mayor fortaleza en la región del Cuzco, cosa que sus detractores no pudieron hacer en ningún contexto.

Gamarra les daba lo que se podría describir como pan y circo a la población, una serie de espectáculos así como la seguridad de que Cuzco podría ser como era antes de la independencia, supo aprovechar de esa ventaja y con eso se explica por qué los liberales no pudieron tener una base fuerte en la región.


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