martes, 6 de marzo de 2018

URBE Y ORDEN DE GABRIEL RAMÓN


RAMÓN GABRIEL. URBE Y ORDEN. EVIDENCIAS DEL REFORMISMO BORBÓNICO EN EL TEJIDO LIMEÑO. EN O'PHELAN, SCARLETT. EL PERÚ EN EL SIGLO XVIII. LA ERA BORBÓNICA. LIMA: INSTITUTO RIVA-AGÜERO, 1999.

EL ENTRAMADO URBANO

La llegada de los borbones a la corona española significó el inicio de una serie de reformas durante la mitad del siglo XVIII. Estas reformas estuvieron destinadas a reorganizar el funcionamiento colonial desde lo económico hasta lo cultural.

En el ámbito urbano los virreyes borbones propiciaron una drástica alteración del uso oficial de la ciudad y la utilizaron como elemento clave del desempeño:

 1) Impulsaron la creación de nuevas ciudades
 2) Incidieron en las urbes existentes con el fin de transfórmalas en centros de irradiación del mensaje colonial.
 El virrey Marqués de Avilés dijo que Lima, fundada en 1535, contaba con un tejido urbano que había superado largamente las manzanas de origen.

Elementos urbanos clásicos:

-NÚCLEO CENTRAL como es el caso de la Plaza Mayor. Se puede dividir en dos formas: Adyacente a la plaza y la otra por sus manzanas irregulares. Ubicada al interior de la muralla construida a fines del S.XVIII por orden del duque de la Palata.

-REDUCCIÓN DE SANTIAGO DEL CERCADO (1571). Pues se separa de la sección anterior por un área de terrenos baldíos.

-SAN LÁZARO. Conformado por manzanas rectangulares, exclusivamente la población indígena; el nombre era por el leprosorio allí ubicado. Ubicada al interior de la muralla construida a fines del siglo XVIII por orden del duque de la Palata.

Lima presentaba una heterogeneidad socio intraurbana; es decir, no había clara distinción entre las secciones de la ciudad. No había barrios exclusivos.

LA NUEVA FUNDACIÓN DE LIMA

El 28 de octubre de 1746 sucedió un terremoto y luego un maremoto en Lima que provocó la destrucción de viviendas en casi todas las manzanas. Esto ocasionó la desaparición de casi toda la infraestructura limeña y puso en crisis la propia continuidad de la ciudad, hasta se llegó a sugerir un traslado.

El terremoto provocó un replanteamiento de los modos de ocupación de la ciudad, que tuvo como resultado la dispersión espacial. El Conde de Superunda insistía en instituir el desplazamiento de la gente. Las autoridades toleraron la permanencia de viviendas en los alrededores, puesto que el alquiler resultaba útil para los dueños y la gente adquiría alquiler no muy caro.

URBANIZAR AL PUEBLO

El terremoto también tuvo repercusiones sociales. El Conde de Superunda ordenó una serie de acciones policiales cuyos objetivos eran proteger la Casa de Moneda y evitar los desmanes populares y el saque de viviendas abandonadas. Fue acompañada de nuevas estrategias de control social a largo plazo.

El miedo fue uno de los factores decisivos de la renovación urbana.  Desde los primeros años coloniales, las autoridades virreinales se hallaron preocupadas ante la amenaza de supuestas invasiones indígenas (1536-1539). Para el siglo XVIII los temores se habían multiplicado.

La administración borbónica debía enfrentarse a ciertos pánicos como: invasión militar inglesa, penetración ideológica del iluminismo francés, los embates indígenas externos. Pero lo más temido era la insurrección interna como sucedió en el conato rebelde de 1750. Este levantamiento conjugaba miedos internos y externos. Dirigida por habitantes de la periferia limeña, ocupaban zonas apenas urbanas y de intenso tráfico. Ocupaban el barrio de Santa Ana

Dichas rebeliones debían estallar en fechas católicas y el procedimiento era incendiar y luego inundar Lima; también alteraban la infraestructura urbana. La respuesta oficial ante dicha revuelta fue de apresar a los principales líderes y ajusticiarlos en la Plaza Mayor.

CONSTRUIR EL ORDEN

Endurecer su política de control social ante la ola insurreccional indígena. En cualquier momento Lima podía convertirse en un campo de batalla y para evitarlo era necesario apaciguar a los subordinados. Para el ex-corregidor Canas y Canchis lo cierto es que no hay otro remedio con los indios bárbaros que el de la defensiva.

    1. NUEVA TRAZA LEGAL

Una de las primeras medidas que se tomó para “recuperar” Lima fue sancionar legalmente su propuesta de ciudad y nombrar autoridades correspondientes. En 1769 se promulgó el Reglamente de la policía según en la cual los alcaldes de barrio debían vigilar el orden y velar por el mantenimiento de las infraestructuras.

En 1785 aparece la Nueva división de cuarteles y barrios y instrucción para el establecimiento de alcaldes de barrio de Lima y al año siguiente, aparece el nuevo reglamento de policía agregado a la instrucción de alcaldes de barrio.  En el primero, Lima fue divida en 4 cuarteles, cada cuartel estaría a cargo de de un alcalde de barrio y cada barrio de un comisario con título de alcalde. Las calles tenían su nombre y respectivo número. En el segundo, mejorar el alcantarillado, empedrado sistema de iluminación entre otros. Evitar que las carreteras se deterioraran por mal estado de las calles. Se debía ubicar y retirar a todos los muladares y basurales de intramuros. Está prohibido arrojar desperdicios en la calle. El fin era refinar el sistema de administración urbano.

2.- ILUSTRAR LA URBE

Basura y plebe. La primera era inevitable, por lo tanto, se debía reubicar, pero, ¿qué hacer con la plebe? Puesto que había un numero alto de este grupo y su crecimiento iba en contra los objetivos de la ciudad borbónica. Este nueva actitud fue escrita en el Mercurio Peruano, el cual fue fundado por la Sociedad de Amantes del País.

Una de las principales preocupaciones de los autores del Mercurio Peruano fue impulsar una especie de nacionalísimo localista tratando de reivindicar el país, en especial Lima.

El crecimiento demográfico era el requisito del desarrollo económico.
Preocupación principal: erradicar a la plebe.
 Acabar con todo espacio propicio para la germinación y difusión de enfermedades.

3.- LOS EDIFICIOS

El intentente Jorge Escobedo ordenó la confección de un mapa de Lima (1787). Destinado a servir como guía del sistema hidráulico urbano y de los nombres oficiales de las calles.

•   Las ciudades hispanoamericanas tenían un patrón regular de calles en cuadrícula.
•   Las transformaciones se limitan a la aparición de nuevos edificios y a un leve urbano en la periferia.
•   En la primera mitad del siglo XVIII predominan los recintos eclesiásticos.
•   Las iglesias eran edificios públicos más comunes.
•   La tendencia de estos edificios en esta época son que cronológica, funcional y espacial.

Cuarteles
El cuarto, al sur de la ciudad, a pesar de ser amplio solo albergaba 3 nuevos edificios: La Iglesia de Huérfanos, el Coliseo de Gallos y el Cuartel de Santa Catalina. Hubo más edificios en el tercer y quinto cuartel (zona del Rímac).

La zona del Rímac paso de ser zona plebeya a zona con las más modernas edificaciones de la ciudad.
El cuartel tercero tenía más edificaciones por ser el más amplio y porque había más terrenos baldíos a intramuros.

La edificación del Hospital de Incurables (1804), el Cementerio General (1808) y el Colegio de Medicina (1808) releva otra de las facetas del proyecto y evidencia el rol protagónico que la profesión médica alcanza en Lima.

El fuerte Santa Catalina era una obra situada en la periferialimeña y servía de alojamiento para las tropas militares.

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