I. DEFINICIÓN:
Las
epilepsias son síndromes caracterizados por trastornos transitorios,
paroxísticos y repetitivos de las funciones del cerebro. Es decir, por ataques
o crisis que comienzan bruscamente, duran un cierto tiempo y terminan cuando un
enfermo vuelve a su estado previo. Los ataques pueden repetirse minutos, horas,
días, meses o años más tarde. Estos trastornos paroxísticos se deben a la
descarga excesiva de neuronas del encéfalo. Estas descargas se pueden inscribir
en el electroencefalograma (E.E.G.) incluso durante los períodos intercríticos,
o sea, entre los ataques.
Las
manifestaciones irritativas de las epilepsias pueden ser motoras, sensitivas,
sensoriales, psíquicas o del sistema nervioso autónomo. Por ejemplo, un cierto
tipo de epilépticos pierde súbitamente el conocimiento y cae al suelo, con
convulsiones generalizadas (convulsiones son movimientos involuntarios de la
musculatura estriada debidos a descargas sincrónicas de las neuronas de la
corteza motora). Otros, en cambio, tienen convulsiones localizadas en una
extremidad o en un hemicuerpo, sin gran alteración de la conciencia
(convulsiones focales); en algunos, lo más importante es el estrechamiento de
la conciencia, con mínimas manifestaciones motoras.
De
la definición anterior se infiere que un ataque aislado, sea motor, sensitivo,
sensorial, psíquico o autónomo, no debe ser calificado inmediatamente como
epilepsia, porque puede atribuirse a una causa momentánea (síncope,
hipoglicemia, hipoxia, insolación, etc.). Las crisis epilépticas son
repetitivas porque tiene causas duraderas: si tales causas son demostrables
mediante los actuales medios de diagnóstico, hablamos de epilepsia sintomática
o secundaria. Por ejemplo, las cicatrices corticales post traumáticas, los
focos de isquemia o de inflamación y los tumores, son causas de epilepsia
secundaria. Cuando no podemos demostrar ninguna causa, hablamos de epilepsia
criptogénica o esencial o idiopática, nombres sonoros que no consiguen ocultar
nuestra ignorancia. Posiblemente estas epilepsias idiopáticas se deben a
cambios bioquímicos hereditarios que bajan permanentemente el umbral de
excitabilidad el cerebro.
II. CONCEPTOS BÁSICOS:
CRISIS EPILÉPTICA: son manifestaciones clínicas
resultantes de la descarga anormal y excesiva de un grupo de neuronas en el
cerebro. Las manifestaciones clínicas consisten en fenómenos anormales súbitos
y transitorios que pueden incluir alteraciones de la conciencia, motoras,
sensoriales, autonómicas o episodios de naturaleza psíquica, percibidos por el
paciente o por un observador. Los estudios epidemiológicos en diferentes
regiones han detectado historia de crisis epilépticas en 3 a 10 de cada 10000
hombres.
EPILÉPSIA: la
epilepsia es una condición caracterizada por crisis epilépticas recurrentes (2
o más) no provocada por ninguna causa inmediata identificada. Las crisis
múltiples ocurridas en un periodo de 24 horas son consideradas como un episodio
único. Un cuadro es status epilepticus se considera como un solo episodio. Los casos en que ha ocurrido solamente crisis
febriles o solo crisis neonatales se incluyen en esta categoría.
CRISIS FEBRIL: es
una crisis epiléptica que ocurre entre la edad de 1 mes hasta 5 años.
CRISIS NEONATAL: se refiere a una crisis epiléptica que
ocurre en las primeras 4 semanas de vida.
AURA: ha sido usado en forma muy clara para
referirse al conjunto de síntomas y signos que preceden a una convulsión. Estos
síntomas constituyen en realidad la primera manifestación de una crisis
epiléptica.
III. ETIMOLOGÍA Y FRECUENCIA:
Cualquier
persona puede sufrir una epilepsia sintomática si tiene una lesión que irrite
la corteza cerebral con suficiente intensidad y duración como para descarguen
sus neuronas en forma sincrónica. Sin embargo, hay grandes variaciones
individuales en el umbral de la excitabilidad cortical. Generalmente, es más
bajo en los epilépticos y más alto en los normales. El tener un umbral bajo
predispone a la epilepsia. Esta predisposición es hereditaria: aproximadamente
un tercio de las pacientes con epilepsia esencial tiene algún familiar que
sufre también de epilepsia.
La
epilepsia es la más frecuente de todas las afecciones del sistema nervioso. En
la población general hay entre 5 y 10 epilépticos por cada mil habitantes. Por
consiguiente, la probabilidad de que una persona normal tenga un hijo
epiléptico es de aproximadamente 1/200. Uno entre 40 de los hijos de un padre
epiléptico sufre de la enfermedad. Si ambos padres son epilépticos la sufre 1
de cada 4.
La
incidencia es aproximadamente igual en ambos sexos. En los niños, la crisis
comienza frecuentemente en los dos primeros años de la vida; la epilepsia
idiopática comienza, por lo común, en los preescolares y escolares. Las crisis
que aparecen en la tercera década o más tarde (epilepsia tardía) son
prácticamente siempre sintomáticas.
Las
etiologías más frecuentes de las epilepsias según la edad de comienzo:
EDAD
DE COMIENZO
|
ETIOLOGÍAS
MÁS FRECUENTES
|
Recién nacido
|
Trauma de parto (hemorragia
y asfixia). Malformaciones.
|
Lactantes
|
Meningitis. Absceso. Encefalitis. Tromboflebitis cortical.
|
Pre escolar y escolar
|
Epilepsia esencial.
|
Adulto joven
|
Traumatismo encéfalo craneano. Gliomas.
|
Adulto mayor y ancianos
|
Lesiones cerebrovasculares:
Arteriosclerosis, infarto, hemorragias.
Metástasis. Absceso cerebral.
|
BIBLIOGRAFÍA
CECIL
TRATADO DE MEDICINA INTERNA. J.B. Wyngaarden, Ll. H. Smith. México, 1988.
EPILEPSIA
Y EPILÉPTICOS. Liga francesa contra la epilepsia.
HISTORIA
CLÍNICA DE EPILEPSIA. Francisco Morante Goachet. Perú, 1998.
INTRODUCCIÓN
A LA NEUROLOGÍA. Enrique Uiberal y Alberto Politoff. Editorial Andrés Bello, 1965.
LAS
EPILEPSIAS EN CENTROAMÉRICA. Marco T. Medina H., Franz Chaves S., Nelson
Chinchilla C., Fernando Gracia G. 1ra edición – noviembre, 2001.
PRINCIPIOS
DE LA NEUROCIENCIA. Adams-Víctor-Popper. Editorial McGraw, Hill interamericana,
1999.
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