QUIZÁS TE INTERESE: Los inmigrantes japoneses en el Perú
En el siglo XIX el racismo contra los descendientes de la ética
china en el Perú, era muy evidente, se mostraba a diestra y siniestra, sin
importar los daños que esto les produciría a corto y largo plazo.
Por su parte, el racismo en el siglo XX, había evolucionado
en uno menos evidente, pero no menor, camuflado en distintas manifestaciones
culturales. Por tal podríamos decir que dentro de nuestro mundo interior, en
nuestra subjetividad, albergamos, sin darnos cuenta, cierto rechazo contra
estos inmigrantes chinos y son prejuicios que se dan a conocer en situaciones críticas.
Infiltrado muchas veces en los chistes satíricos,
supuestamente inocentes y que solo sirven para distraer al público, se esconden
prejuicios que naturalizan en la mente de sus consumidores ciertas
características raciales como algo normal en una persona. Haciendo creer, por
ejemplo, que cierta conductas que manifestaron algunos inmigrantes chinos, como
la de ser trabajadores, honrados, hechiceros o supersticiosos, son
características típicas de su raza y no algo que propio de cada individuo y que
se utiliza muchas veces ridiculizarlo.
En el siglo XIX, las clases altas de Lima que controlaban
los medios de comunicación comenzaron a hacer circular ciertas publicaciones
racistas con referencia a los chinos en el Perú, como por ejemplo, El Chico
Satírico y otras más que mostraban imágenes burlescas hacia esta población.
Por estas épocas se comienza a hacer hincapié en que los
prototipos físicos que posee una persona son requisitos para adquirir cualquier
cargo político. Un ejemplo de ello es que en una de estas publicaciones racistas,
se incide en que Cesáreo Checaldana era incapaz de detentar el cargo de oficial
de la Guardia
Nacional por tener parecido un físico con la raza indígena (los descendientes
de esta raza mayormente carecen de bello en la barba y bigote, siendo esta característica
física símbolo de fortaleza y masculinidad).
La cuestión social tienen mucho que ver con la idea de
inferioridad racial que se acentúan por aquellos años, puesto que se comienza a
gestar dentro de la sociedad peruana una idea de que el chino era supersticioso
y que su entrada al Perú solo ha traído un mayor atraso; todo lo contrario si
hubiesen llegado a este país inmigrantes ingleses, ya que se asocia al europeo
con lo científico y moderno.
Teniendo como base este contexto, podemos identificar el
caso de un grupo de chinos en Huanta, quienes fueron ahogados en el río por los
pobladores de este lugar por las ideas racistas que eran infundidas por los
criollos desde Lima, los cuales hacían creer a la población que la actitud
laboriosa y decidida de los chinos en Huanta haría que estos se posesionaran de
todos los fundos y haciendas de la zona con el tiempo.
En los últimos años, vemos que se comienza a adoptar una
actitud paternalista con respecto a los chinos. Y en el presente inmediato,
podemos ver como la imagen que se había creado de los chinos, de ser hombres
honestos, honrados y trabajadores ayudaron mucho en la elección de Alberto
Fujimori por los años noventa del siglo XX.
QUIZÁS TE INTERESE: Los inmigrantes japoneses en el Perú
No hay comentarios:
Publicar un comentario