Walter
Benjamin (1892-1940) fue un personaje que siempre estuvo en contradicción con su entorno,
incluyéndose el campo académico. Los diferentes contextos en los que vivió lo
hicieron de alguna manera renegar acerca de la crisis que se vivía en aquella
época, tales como la desafortunada Primera Guerra Mundial, la caída económica
de 1929, la Segunda Guerra Mundial y los nacimientos de pensamientos como el
nazismo, fascismo y franquismo. Del lado filosófico, la democracia y el marxismo
se mostraban inoperantes, motivo por el cual Benjamin tratará de desarrollar un
pensamiento marxista propio y original.[1]
Uno
de los primero aportes de Walter Benjamin al campo de la historia va estar
dirigido a la crítica de la historiografía positivista y a la supuesta nueva
forma de hacer historia que surge como contradicción de lo que planteaban los
rankeanos positivistas. Tal es el caso de presentar las falencias de la forma
histórica de ambas, resaltando en ello la falta de crítica que hace el
historiador frente a su objeto de estudio y además la manera en que trabajan la
historia universal, el cual termina siendo una limitada forma de narrar los
hechos. Benjamin menciona que en realidad no podemos conocer a ciencia cierta
todo lo que implicó el devenir del pasado, pero ello no implica que el
historiador se limite a narrar los
hechos tal como sucedieron pues ello daría pie a que el historiador sea
considerado como un mero cronista.
Para
Benjamin, en el relato del historiador debe primar el “principio constructivo”
para con ello articular históricamente el pasado y con ello aplicar un análisis
critico y comprensivo del pasado.
Con
ello, Benjamin resalta que los historiadores positivistas deberían acordar qué
hechos deben ser considerados como tal y qué hechos deben ser eliminados, pues
la manera en como van construyendo los hechos los positivistas, son
apilados uno tras otro sin dar cabida a interrelación. Es por ello que Benjamin
resalta la “recuperación selectiva”.
Otro
aporte es el establecimiento de una “estructura teórica” en donde Benjamin
señala que los historiadores positivistas e historicistas al carecer de ella no
pueden trabajar adecuadamente la historia universal, pues lo que supuestamente
ellos -positivistas- llaman Historia Universal, es hacer una “adición”, colocando
todos los hechos registrados sin respetar la génesis y el desarrollo de cada
una, sin examinarlos.
Otro
aporte de Benjamin es el reclamo por abordar la historia de los vencidos, deslegitimando
y desmitificando la historia oficial en donde sólo se narran las victorias
gloriosas, dejando de lado el estudio de la otra parte, de las debacles de los
imperios, de las derrotas, como el caso de Alemania en las dos guerras mundiales
y su pérdida de territorios.
En
cuanto a la idea del progreso humano, Benjamin resalta que la idea de una vida
ascendente es mas que nada una vida relacionada con debacles o “acumulación de
ruinas”, ya que en una sociedad que se encuentra divida en clases sociales
siempre estará presente la dialéctica (progresos y retrocesos).
[1] AGUIRRE, Carlos. “Walter
Benjamin y las lecciones de una historia vista a contrapelo”. Archivo de Chile,
Web del Centro de Estudios Miguel Enríquez, CEME.
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