Javier Protzel señala que es necesario que los investigadores
latinoamericanos empiecen a pensar y teorizar sus propias realidades sociales, antes
que esperar a que personas externas a esta cultura lo hagan por ellos. Y esto
porque investigadores extranjeros parten, aunque no lo quieran, de conceptos
elaborados desde sus culturas y sociedades para analizar las latinoamericanas.
Un ejemplo de esto lo podemos constatar, cuando en la época de expansión
colonial, los europeos llegaron a pensar que en América los nativos no tenían
una cultura ni una civilización. Además de que actualmente en varios países hegemónicos
se viene desarrollando procesos de contacto multicultural, en donde se aceptan
a culturas emigrantes, mayormente latinoamericanos, pero no se pretende
incorporar a estos a su cultura, ni a su influencia cultural en un proceso
intercultural.
Con respecto al término cultura es necesario
rescatar en que contexto éste fue elaborado, para así poder entender como ha
ido desenvolviéndose a lo largo del tiempo en las interpretaciones de las
ciencias sociales. El discurso de la
cultura fue elaborado cuando en Europa occidental ya se estaban efectuando los
cambios de la Modernidad ,
en la época de las expansiones coloniales y de los descubrimientos científicos;
por todo ello era necesario para los europeos triunfantes diferenciarse de los
demás, en consecuencia el termino cultura fue utilizado para designar un tipo
de gusto refinado de las clases altas y que era el resultado de su riqueza
económica. Además en esta época también se introduce el término de civilidad,
que hace referencia a un conjunto de comportamientos adecuados dentro de la
vida social, que luego pasaría a confundirse con el de civilización. Esto
debido a que las clases dominantes buscaban diferenciarse de los estratos
inferiores.
Con el contacto con los otros pueblos del nuevo
mundo, Europa occidental se da cuenta del gran de desarrollo obtenido en
comparación con estos pueblos, a los que al analizar no les encuentra ni una
cultura ni una civilización; puesto que a como habían sido planteados estos
conceptos, les era difícil asignárselos. Por tanto se ve como estos
investigadores europeos no podían ir mas allá de lo que les imponía su cultura,
pues esos conceptos habían sido proyectados desde sus realidades y no desde las
nuestras. Lo que es más, con las expansiones posteriores inglesas y francesas
llegaron a pensar que los pueblos latinoamericanos se encontraban en un estado
inicial de civilización, estado que Europa ya había superado; siempre tratando
de analizarnos desde su cultura.
Otro problema con respecto a la terminología
cultura, es que para las corrientes de pensamiento estructuralista y
funcionalista, la cultura seria un todo cerrado y aislado, sin una relación de
intercambio dinámica con otras culturas. Y es que para investigar una cultura
que no es la tuya es necesario tomarla como un todo cerrado y relativamente
estático para entenderlo; además de que en este proceso, como dice Friedman, la
diferencia se transforma en esencia, esencia que caracteriza a una cultura con
respecto a otras, pero que no necesariamente es su verdadera esencia; y esto
sucede porque esa es la conclusión de un observador foráneo. Pero la cultura
por el contrario es sumamente dinámica gracias al contacto que tiene con otras
culturas a lo largo de su existencia; y que se puede ver incluso cuando una
cultura somete a otra, a través de la apropiación cultural, que es cuando una
cultura dominada o no toma algunos elementos de otra, para incorporarlos a la
suya, adaptándolos.
Esta apropiación es característica de los
países latinoamericanos, en tanto que los países desarrollados del norte efectúan
una reproducción de sus patrones culturas en otros países; esto es, que llevan
su forma de pensar y actuar a los países sujetos a su dominación. Razón por la
cual estos últimos tuvieron que resistir de alguna manera la inferencia
externa, y una de esas formas fue la apropiación cultural. Es por ello que
podemos encontrar en muchas costumbres andinas elementos que no le pertenecen,
como por ejemplo el aclopamiento del arpa y del violín a la música andina, o la
escritura a la literatura quechua, o la incorporación de la cristiandad a la
cosmovisión andina. Pero esto no significó una mezcla, en la cual los elementos
externos se confunden con los oriundos, sino una apropiación, en donde se toman
algunos elementos externos, que no implican modificar la esencia de la cultura,
en un choque cultural.
Todo ello lleva a que en países
latinoamericanos sea mucho mas notorio el contacto intercultural; puesto que,
se encuentran integrados por una gran gama de culturas que se encontraron desde
el proceso de colonización, y que como respuesta a ello se han ido adaptando a través
de la apropiación cultural y a la resistencia de la nueva formación social. En
cambio en las potencias occidentales, como producto de su hegemonía sobre el
mundo, se viene realizando un proceso multicultural, esto es que en sus países
conviven varias culturas que no se mezclan con las suyas. En otras palabras, que
ven a cada cultura como un todo cerrado, que si bien pueden convivir en un
mismo lugar no pueden mezclarse. Esto con el objetivo de diferenciarse de las
otras, como viene ocurriendo en EE.UU. en donde los patrones anglosajones ya no
se les imponen a los migrantes, gracias al respeto a su cultura que ampara la
igualdad de derechos. En tal caso la multiculturalidad estaría jugando un papel
segregacionista; ya que con eso impiden que los llegados puedan adherirse y
contribuir a la cultura nueva. Además de que con ello ejercen una diferencia
con respecto a los migrantes, evitando el contacto con ellos y su cultura.
Es por ello que investigar las realidades
propias, es en cierta medida más seguro que el ser investigados por otros
pueblos, puesto que estos inician sus investigaciones con conceptos y
prejuicios creados desde su propia cultura.
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