La consciencia
práctica es aquella que nos permite desenvolvernos en nuestra vida diaria de
forma normal, habitual; es decir, la que nos permite realizar nuestras
actividades cotidianas sin preguntarnos el por qué o para qué de nuestras
acciones, simplemente nos permite hacerlas. Esta consciencia no nos cuestiona
sobre lo que hacemos en nuestra vida diaria, sino que nos faculta a saber de
antemano lo que tenemos que hacer, para que así podamos tener en mente otras
actividades o prioridades, de lo contrario ocuparíamos nuestro tiempo en
meditar sobre rutinas que no tienen mayor importancia para nosotros.
Por ejemplo un
individuo en su vida diaria, al levantarse no se interroga acerca de lo que va a
hacer inmediatamente, puede tener en mente otros pensamientos como lo que va a hacer más
tarde o si es que se olvido de cerrar la puerta de la casa el día anterior. Por
costumbre se asea y luego acude a desayunar sin tener que reflexionar sobre
ello antes de hacerlo, pues de lo contrario dejaría de realizarlo para
preguntarse sobre las razones de que por qué lo hace. Como esto lo realiza
diariamente, sería para esta persona una activad vana, ya que se covertiría en una duda de todos los
días que retrazaría sus demás actividades, y en la vida práctica, ello no tiene necesidad
de meditarse, simplemente de hacerse.
Por ello, nuestra
consciencia práctica esta en el no consciente, es decir que no somos
conscientes de lo que hacemos en nuestra vida diaria, sino que
simplemente lo hacemos y ello porque esta consciencia práctica se basa en la
rutina. Aunque al presentarse un fenómeno distinto a lo habitual, el individuo
tiene la capacidad de reflexionar sobre como va a solucionarlo, pues no es simplemente un personaje mecánico, sino pensante, que obvia
el meditar su vida diaria, pero que no ha perdido la capacidad de hacerlo; simplemente que para continuar con su vida, tiene que hacerlo de ese modo.
La rutina le
provee al individuo un conjunto de experiencias en su vida diaria, que al ser
constantemente realizadas se tornan en conocidas para él, de manera que al
enfrentarse a esas situaciones el individuo ya sabe previamente que hacer; esta
acostumbrado a afrontar su vida cotidiana a tal punto que ya no se preocupa
cómo tiene que actuar; es decir que este conjunto de experiencias se han
instaurado en su consciencia práctica, indicándole que hacer sin tener ya que
meditar como hacerlas. De esta forma la existencia del individuo se vuelve
segura, sin problemas sobre la forma de enfrentar a la vida
cotidiana.
En el caso del
individuo que al levantarse acude a la regadera, el no es consciente de coger
el mango de la llave del caño de tal o cual forma, no medita sobre ello sino
que lo hace pudiendo tener en mente otros pensamientos. Para el es normal que
el agua salga por el caño al abrir la llave. Si embargo, si esta segurid no existiera, el individuo
se preguntaría del porqué de esta situación, ya que no es normal, no es parte
diaria de su modo de vida que el agua no salga por el caño al abrir la llave.
La rutina desde sus primeros años de vida, en la socialización primaria, le ha
demostrado que a tal causa tal efecto, y él vive acostumbrado a que las cosas
normalmente sean como siempre han sido.
Como se ve la
consciencia práctica esta íntimamente ligada a la seguridad ontológica que ha
adquirido el individuo en sus primeros años de vida y que le brinda una fe en
que la vida diaria ocurrirá como siempre a ocurrido para el, en otras palabras, que
mantendrá su coherencia establecida dentro de las experiencias vividas. Esta
seguridad le provee la confianza para realizar otras actividades, porque se
presupone que lo que sucede en la vida diaria va a ser de tal forma, que va a
continuar como siempre, y si eso no ocurre se origina un contratiempo. Por
ejemplo al no salir agua por el caño el individuo tendría que desplazar sus
otras actividades para ocuparse de la llave del caño, alterando su normal
forma de vida.
El individuo al
realizar las mismas actividades todos los días adquiere un conocimiento fiable
para él acerca de lo que diariamente le rodea, entonces ya no se pregunta sobre
como enfrentarlas, porque ya desde sus primeros años de vida sus cuidadores le
han enseñado como hacerlo; hay una confianza en la continuidad de la vida
diaria que a efectos prácticos se vuelve natural, puesto que siempre se
considera que será así, a tal punto que
al presentarse un fenómeno diferente se le considere anormal.
amigo podrias pasarme la biografia de la informacion?
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