miércoles, 29 de noviembre de 2017

El papel del Regimiento Granaderos a Caballo

Índice


 Introducción                                                                                       

I.  El Virreinato del Río de la Plata y los orígenes de la IndependenciaArgentina                                                                                             
1.1- Organización colonial rioplatense
1.2- De la Junta de Gobierno de Buenos Aires y el Primer Triunvirato

II.- La llegada del General José de San Martín y la Formación del Regimiento Granaderos a Caballo (1812)
2.1- Antecedentes militares
          2.2- El arribo de San Martín a Argentina
          2.3- Organización del Regimiento

III.- Participación política de los Granaderos en la Independencia Argentina. (1814-1815)
3.1- Proceso político
          3.2- El modelo de los granaderos para la consolidación del ejército.

  
I.  El Virreinato del Río de la Plata y los orígenes de la Independencia Argentina

1.1- Organización colonial rioplatense

Economía

Para el S: XVII e inicios del S. XIX el poder económico residía en los colonos, propietarios urbanos y rurales entre los cuales había una minoría de peninsulares y una proporción mas grandes de criollos. Aunque la finca ganaba en importancia, la mayor fuente de riqueza provenía del comercio exterior y el comerciante tenia mas presencia que el estanciero. Esto favorecía a los españoles contra los criollos porque dominaban el comercio transatlántico. Su cantidad aumento la actividad comercial hacia 1770. Así llegaban nuevos inmigrantes.

          El productor rural de Buenos Aires y el refuerzo del control comercial fueron afectados por la ausencia de verdaderas estancias, la división de tierras en numerosas propiedades, la vulnerabilidad de estas en los incursiones indígenas, la existencia de un numero de pequeños y débiles productores a merced de compradores porteños. Con esto también vemos que los favores internos de Buenos Aires juegan en su propia contra.

          Su producción rural de no fue orientada a exportar. El ganado y el pasto eran, en cambio, los más abundantes. Esta ciudad iba también hacia la agricultura pero la producción se retraía por el control de precios y de la exportación.

          Es así que en este contexto. La economía del Río de La Plata ya estaba lista para expandirse. La base de tal paso estaba en que Buenos Aires sea un nuevo puerto de Sudamérica y su vinculación con la minería del Alto Perú. Sin embargo el tráfico con Europa siguió sujeto a la política imperial. Acerca del modelo económico a seguir se inicia un debate sobre la práctica a exportar, hacia fines del S: XVIII: Monopolio comercial vs. Liberalización del comercio. Buenos Aires planteaba el monopolio pero muchos criollos buscaban la expansión y liberalización económica. Pero ninguna postura representaba la opinión de ciudades del interior: Córdoba, Mendoza, Tucumán, etc. donde la agricultura y la industria abastecían los mercados locales.

          Este virreinato vivió de manera muy agitada entre 1795 y 1810 a causas de las guerras. En tal contexto, la economía no estuvo a salvo. Hacia 1796 hubo problemas con Gran Bretaña. Los británicos hicieron un bloqueo naval, bajando las exportaciones e Buenos Aires en más de la mitad de sus ingresos. En 1795 se dio un permiso para comercializar con las colonias del extranjero pero en 1802 esto generó un amplio desacuerdo entre liberar el comercio o monopolizar.

          La guerra con los británicos se reanuda en 1804 y la producción baja. En 1808 el comercio ingles se retiro de Buenos Aires y Montevideo. El debate entonces entra en otra etapa. Los criollos pidieron reforma comercial. Se recomendó un limitado comercio con sus naciones aliadas de España. La administración, con esta medida, se beneficio porque el contrabando de la zona fue reemplazado por el libre comercio pero los peninsulares sufrieron. Entonces, se decidio la “independencia económica”.


Sociedad

          La producción histórica nos muestra que aquellos lugares que se llamaban ciudades solo eran caseríos, salvo excepciones como Buenos Aires. En ellas abundaban inconvenientes derivados del clima y de la falta de recursos para la vivienda, la higiene, etc. En contraste, los que disponían de medios tenían grandes casa, mansiones, muebles, fuentes, cuadros e instrumentos musicales. Agreguémosle la caballeriza, coches y buena provisión de alimentos.

          Esta sociedad llega a constituirse por una serie de elementos: el ímpetu vital en sus fundadores y pobladores, la espiritualidad de la Iglesia Católica puesta en la evangelización, de educación y asistencia y, al mecanismo administrativo dictado desde España. Esto permitió que esta sociedad sea la base de las transformaciones de la región. La actividad comercial, el rápido crecimiento y la propiedad son productos del surgimiento y adhesión de grupos sociales.

          Comienza a marcarse entonces la forma de vida. Aumenta el número de funcionarios, hay una mayor aspiración a seguir estudios universitarios, se identifican las lecturas de autores de la época, se viaja mas frecuentemente a España, se intercambian ideas con los extranjeros, se estudia la naturaleza, etc.

          El conjunto rioplatense desarrollo aspiraciones y comprobada que se producían sucesos importantes en su entorno: la expulsión de los jesuitas, lucha contra los portugueses, la creación de nuevos organismos institucionales y de cultura. Tal aspiración se remonta al último tercio del S: XVIII cuando aparecieron nuevas expectativas y ansias de mejoramiento económico y búsqueda de ciertos cambios.

Los grupos superiores aceptaron las transformaciones políticas: Virreinato e Intendencia, y mostraron su colaboración. Se beneficiaban, además del comercio libre, sintiéndose un bienestar económico.

          Por su parte, la burguesa adquiría una predominancia. Ella actuaba activa y prósperamente. La integraban los escasos títulos nobiliarios, comerciantes, hacendados, profesionales, gente con bienes patrimoniales, altos empleados del gobierno, militares, industriales y publicistas  Era una clase social nueva que aspiraba el progreso material, con deseos de participar en el gobierno de la ciudad o de influir en el, con ganas de que se reconozcan sus meritos culturales y su habilidad en el comercio, dispuesta a colaborar en las reformas, buscando una libertad de comercio mayor impulsando medidas de progreso en la explotación agrícola-ganadera.

          Esto chocaba con el criollo del interior que se apegaba a ciertos usos y costumbres familiares. Su patricidio fundado sobre el prestigio social había armado la estratificación de los grupos. Se dedicaban más a labores ganaderas, mineras y agrícolas.

          Ambas clases, burguesía y criollo, formaban el grupo social alto. Poseían medios económicos. Se educaban en colegios y universidades (de preferencia Derecho). Comprendían que podían dirigir las instituciones.

          A ellas se suma la presencia de los habitantes del campo. Son arrendatarios o aparceros, troperos y peones. Se distinguieron en cuatro grupo mestizos: gauderios, vagos, materos y cuatreros.

          También existían matices. El Alto Perú fue uno que estuvo asentado de indígenas. Allí la administración no ha podido resolver los temores y enfrentamientos. Otro es le Paraguay, con sus problemas, derivados del enfrentamiento con los portugueses.


Política

En 1776 se creo el Virreinato del Río de la Plata. Tal medida constituyo la primera reunión de un cuerpo político en esta región de Sudamérica. A las provincias o gobernaciones de Paraguay, Buenos Aires, Tucumán se agregaron a las jurisdicciones de la Audiencia de Charcas y el Corregimiento de Cuyo.

          La creación política, como medida gubernamental, vino a satisfacer las aspiraciones de la corona. Al haber presencia del Estado español la zona pudo tener posibilidades de crecimiento para enfrentar peligros exteriores y de la misma sociedad dado el aumento demográfico, lo mismo en los recursos y en la producción.

          El gobernar este virreinato requiera tener mucha prudencia por la geografía, la compleja organización administrativa, cultural, social, económica y militar de sus partes. Se debía ver si el nuevo orden en América del Sur no constituía problemas por la acción del gobierno. El crear virreinatos conllevaba a romper la organización anterior.

          Lo mismo se vio en la reforma de Intendentes (1782-83) por ser un vinculo entre España y las colonias y estableciendo funcionarios que fomenten la economía de las regiones y su progreso. Estos funcionarios buscaban reorganizar la América española ante la influencia ejercida por los jesuitas. En el Río de la Plata las intendencias fueron ocho y nueve durante un tiempo contando a Puno (integrada entre 1789 y 1796): Intendencia de Buenos Aires, de Córdoba de Tucumán, de Salta de Tucumán, del Paraguay, de Potosí, Cochabamba, Chuquisaca y La Paz. A estos acompañó a organización en cuatro gobiernos militares: Montevideo, Misiones, Moxos y Chiquitos. En este virreinato las funciones de los intendentes estaban en cuatro aceptos: justicia, policial, hacienda y guerra.


1.2- La junta de Gobierno de Buenos Aires y el Primer Triunvirato


Revolución de Mayo (Mayo de 1810)

El 13 de mayo de 1810 llegó a Buenos Aires una fragata comunicando la noticia de que las tropas de Napoleón Bonaparte habían invadido España y apresado al rey Fernando VII. Cuando estas noticias se conocieron en Buenos Aires desencadenaron el proceso revolucionario. Sus causas son la debilidad y el desprestigio de la monarquía; el sistema de funcionarios, que favorecía casi exclusivamente a los españoles peninsulares, y la rivalidad entre criollos y peninsulares. Por ello se genera la muestra de fuerza de los criollos y la evidencia de la debilidad de las autoridades españoles producto de las Invasiones inglesas; y los movimientos ideológicos de la Ilustración.

Luego de la llegada de las noticias acerca de la caída del rey español, el viernes 18 de mayo de 1810 el grupo revolucionario formado por Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Nicolás Rodríguez Peña, Juan José Paso, Antonio Luis Beruti y otros sostuvieron reuniones con Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios, en las que decidieron solicitar una convocatoria a Cabildo abierto. Luego de varias conversaciones se decido formar una junta presidida por Saavedra.

Además, se dispuso el envío de una expedición de quinientos hombres para auxiliar a las provincias del interior argentino. El Cabildo exigió la ratificación del pedido por parte del pueblo reunido en la plaza. Los revolucionarios amenazaron entonces con recurrir a las armas, con lo cual los cabildantes debieron acceder y nombrar a la nueva junta, conformándose entonces la Junta Provisional Gubernativa o Primera Junta.


Primera Junta o Junta de Gobierno de Buenos Aires

La Junta Provisional Gubernativa, o Primera Junta, juró en la tarde del 25 de mayo de 1810. Su formación marcó el comienzo del ejercicio del poder por parte de los criollos, prescindiendo de las autoridades existentes en España. El resto de la organización virreinal siguió intacta: audiencias, gobernadores, intendentes y cabildo permanecían en sus funciones. La Junta envió una circular a las provincias solicitando la designación de representantes para unírseles. El 28 de mayo la Junta dictó su propio reglamento. Las milicias fueron transformadas en regimientos regulares, dando origen al ejército de la revolución.

Sin embargo los funcionarios españoles se resistieron al desplazamiento de Cisneros. Surgió así el problema de la contrarrevolución. En Buenos Aires los principales núcleos de oposición fueron la Audiencia, el Cabildo y el ex virrey. La Audiencia no reconoció a la Junta. Esta dispuso, en junio de 1810, la detención de Cisneros y de los miembros de la Audiencia y su embarque hacia España. El Cabildo continuó en la oposición, hasta que sus integrantes fueron reemplazados por partidarios de la revolución. En el interior, las autoridades de Córdoba, Potosí, Cochabamba, La Paz, Chuquisaca, Paraguay y Montevideo desconocieron el poder de la Junta Gubernativa. Se organizaron movimientos contrarrevolucionarios, el más peligroso por su cercanía de Buenos Aires fue el de Córdoba que, dirigido por Liniers, estableció contactos con las autoridades alto peruanas y reunió fuerzas para resistir.

A medida que la revolución se consolidaba, Mariano Moreno señalaba la necesidad de la reunión de un congreso general de los pueblos para la organización definitiva del Estado. Este proyecto que aspiraba a la organización constitucional (basándose en la soberanía popular) contaba con el apoyo de Belgrano, Castelli, Paso, Larrea, Azcuénaga y de la juventud porteña, conformándose el grupo “Morenista”. Sin embargo, amplios sectores de la sociedad adoptaron una posición más moderada, postergando la definición sobre la forma de gobierno. Este grupo ha sido denominado moderado o “Saavedrista”, porque lo encabezaba Saavedra, el presidente de la Primera Junta, y contaba con el apoyo de los cuerpos militares.

Las tensiones entre ambos grupos crecieron cuando Moreno presentó un proyecto para reservar los honores a la Junta, eliminando los destinados al presidente. Las ciudades del interior, cumpliendo lo dispuesto en la circular del 27 de mayo, enviaron sus representantes a la capital, para ser incorporados a la Junta. Gregorio Funes, diputado de Córdoba, lideró el grupo. Moreno se opuso a integrarlos a la Junta, consideraba que debían formar el Congreso General de los pueblos para sancionar la constitución y establecer la forma definitiva de gobierno. Advertía que aumentar el número de integrantes del ejecutivo atentaría contra la unidad de criterio y la rapidez de la toma de decisiones.


La Junta Grande (1810-1811)

Con la integración de los diputados del interior por orden de ésta, la Primera Junta se transformó en la Junta Grande, constituyéndose el primer gobierno con representación nacional. Sin embargo, el excesivo número de sus miembros y las múltiples tendencias internas dieron lentitud a sus tareas.

La guerra iniciada contra los funcionarios españoles que no reconocían el nuevo gobierno se extendió al Alto Perú, el Paraguay y la Banda Oriental. En el Alto Perú los realistas recuperaron la región. En el Paraguay una expedición dirigida por Belgrano fue derrota en Paraguarí (9 de enero de 1811) y Tacuarí (9 de marzo de 1811). No obstante, el 14 de mayo de 1811 estalló en Asunción una revolución liderada por liberales que destituyó al gobernador y estableció una Junta local. Desacuerdos con el gobierno de Buenos Aires impusieron una política aislacionista que mantuvo al Paraguay al margen de la guerra por la independencia.  En la Banda Oriental estalló una insurrección de la población rural contra las autoridades españolas de Montevideo. El movimiento cobró fuerza bajo la jefatura del hacendado José Gervasio de Artigas. El gobierno Buenos Aires los enfrento pero la flota española dominó el río y bloqueó el puerto de Buenos Aires.

A mediados de 1811 la situación militar se tornó desfavorable. Se decidió la creación de un Ejecutivo de tres miembros, responsables ante la Junta.


El Primer Triunvirato (1811-1812)

El Primer Triunvirato asumió el 23 de septiembre de 1811 y se abocó a la tarea de elaborar un documento para establecer las atribuciones de cada poder y el funcionamiento del gobierno, redactando el 22 de octubre de 1811 un Reglamento Orgánico que adoptaba el principio de división de poderes. El Poder Ejecutivo se delegaba en el Triunvirato, que respondía ante la Junta Conservadora.

El Triunvirato disolvió esta Junta por considerar que ella se reservaba excesivos poderes, dejó sin efecto el Reglamento Orgánico y asumió la totalidad del gobierno. En diciembre de 1811 estalló un golpe contra el Triunvirato y tropas del gobierno lo reprimieron. El Triunvirato suprimió las juntas provinciales, demostrando su tendencia centralista. También postergó la definición del tema de la independencia y la Constitución.

Mantuvo la política de aparentar fidelidad a Fernando VII, aunque la guerra continuó. En el Norte vencieron a los realistas. En el Litoral, se puso contener el avance portugues.

          A la par del Triunvirato se formo la Logia Lautaro, una sociedad secreta integrada por un grupo de jóvenes americanos, con la finalidad de luchar por la independencia y la organización constitucional de América. La Logia matriz residía en Buenos Aires y estaba presidida por Carlos María de Alvear. Ella se decidió dar un golpe de fuerza. Movilizó a las tropas exigiendo una renovación de los miembros del gobierno y la Sociedad Patriótica (quien en un principio apoyaba al gobierno, pero luego comenzó a criticarlo) recurrió a las peticiones públicas y a la movilización de vecinos. En 1812 la Logia Lautaro, no estuvo conforme con la postura conservadora del gobierno, organizó un movimiento que lo derrocó y formó el Segundo Triunvirato con personas de su confianza.

II.- La llegada del General José de San Martín y la Formación del Regimiento Granaderos a Caballo (1812)


2.1- -Antecedentes militares

Los Granaderos de Infantería

Los Granaderos a caballo tiene su origen en los Granaderos de Infantería, creados en el e siglos XVII por Luís XIV Rey de Francia. Al principio estos se llamaron “enfants perdus” por sus labores arriesgadas siendo parte de cada Compañía de Infantería de línea. Sus miembros debían ser de tallas elevadas, ágiles y valientes. Sus armas solo fueron un hacha, un sable y un saco llamado granaderia que contenía doce granadas.

En 1670 fue reunido en una compañía independiente y en 1672 se decreto que cada batallón tuviese su propia compañía granadera, armada de fusil con bayoneta. Tras esta experiencia militar en Francia, todas las potencias siguieron tal caso, organizando sus unidades de granaderos convirtiéndose en tropas de primera calidad.

Sin embargo, los Granaderos de Infantería en la Francia Napoleónica, llegaron a superar a sus similares de los demás ejércitos. Es así que se tuvo glorias en las batallas de Austerlitz, Fiedman y otros.


Los Granaderos a Caballo

          Los Granaderos a Caballo son producto del régimen analizado en el acápite anterior. Se inicio en 1676 cuando Luís XIV decreto ese nombre bajo la formación de una caballería que lucharía a pie y a caballo. Su armamento fue el sable y la pistola. Fue incorporada a la tropa real.

          En las guerras del S- XVIII desempeño un papel muy importante. Durante el Imperio Napoleónico formaron parte de la guardia imperial y se distinguieron bastante en Austerlitz (“la batalla modelo”), destrozando a los Granaderos a caballo rusos. Sin embargo, fueron vencidos en Waterloo. En la Restauración formaron parte de la Guardia Real. El grupo dejo de existir en 1830 cuando el gobierno de Luís Felipe modifico la caballería.

          En España se intento organizar una institución de este tipo. En 1811, luego del retiro de San Martín de España, se formo un regimiento Granaderos a Caballo. Ello se hizo en base a Húsares y tropas de Infantería. Pero el cuerpo fue disuelto en 1813, distribuyéndose en la infantería.


2.2- El arribo de San Martín a Argentina

San Martín en Argentina

          San Martín lucho contra el Imperio napoleónico combatiendo en el ejercito de Andalucía (donde se distinguió) y en Bailen. Por su comportamiento ejemplar fue mencionado en la orden del día, ascendiendo a teniente coronel y condecorado con una medalla de honor. Luego actuó en las batallas de Tudel y Albuela.

          Entonces decidió regresar a América del Sur. Seguía los hechos políticos en la región y comprendía que habría muchos esfuerzos para alcanzar la Independencia.

          El 15 de octubre de 1811, a sus 33 años, abandono España y paso por Inglaterra parta luego trasladarse a América. Es así que parte en enero de 1812 y llego luego de dos meses a Buenos Aires. Económicamente, no tenían nada de fortuna mas que su sable. Lo único que tenia era su experiencia militar. Le atraía la idea de una grande insurrección en la que había sido actor participe. La lucha en España le mostró el poder de as fuerzas populares en una guerra nacional. También aprendió que una larga guerra se triunfa con una sólida organización militar. Sabia también que una vez que se resuelva el conflicto dentro de España y con Napoleón, se enviarían tropas a las colonias.

A pocos días de arribar a Buenos Aires, el Triunvirato le encomienda la formación de un cuerpo de caballería. En esa fecha existía el regimiento de Dragones de la Patria. Esta estaba fraccionada en lugares de operación: dos escuadrones en la Banda Oriental y otros en el ejercito del Norte.


2.3- Organización del Regimiento

Primer escuadrón

El 16 de marzo de 1812 fueron expedidos los despachos para San Martín, como comandante del escuadrón, y para Zapiola, como capitán de la 1° compañía. El 17 de marzo fue expedido el despacho para Alvear como sargento mayor. El 24 de marzo fueron expedidos los despachos de Vergara, como capitán de la 2° compañía, los tenientes Bermúdez y Murillo, los alfereces Bouchard y Necochea, el porta-estandarte Manuel Hidalgo y el 6 de mayo al ayudante mayor Luzuriaga.

Totalizando una fuerza de 2 jefes, 8 oficiales, 9 sargentos, un trompeta, 3 cabos y 31 granaderos, los efectivos, se hallaban distribuidos de la siguiente manera:

-Comandante del Escuadrón: teniente coronel José de San Martín
Sargento Mayor Carlos María de Alvear
Ayudante Mayor Francisco Luzuriaga
Portaguión Manuel Hidalgo

-Primera Compañía
Capitán José Matías Zapiola
Teniente Justo Bermúdez
Alférez Hipólito Bouchard

-Segunda Compañía
Capitán Pedro Vergara
Teniente Agenor Murillo
Alférez Mariano Necochea


Organización y reclutamiento

El nuevo regimiento buscaba funcionar como ejemplo de profesionalismo y perfeccionamiento para el resto de las fuerzas. Tal aspiración se correspondería con la visión que San Martín tenía sobre el futuro mediato de las fuerzas militares modernas: confiaba en una rigurosa disciplina militar, evocada no sólo en las maniobras y el entrenamiento, sino también en la esfera social del militar, que debía funcionar como figura ejemplificadora no sólo para sus camaradas de armas sino también para el resto de la sociedad. Así, quedarían delineados desde el nacimiento del Ejército, los valores y fundamentos primarios que San Martín esperaba se convirtieran en los basamentos del accionar del Ejército Argentino: la estricta disciplina y la conducta ejemplar.

San Martín dispuso el reclutamiento de los hombres más aptos y estipuló un estricto código de disciplina, que hasta el día de la fecha, bajo la denominación de "Código de honor sanmartiniano", rige el accionar diario de los Granaderos a Caballo:


-Uniformidad

El uniforme primitivo de este cuerpo modelo que llegó á componerse de cuatro escuadrones era el siguiente:

Jefes y oficiales. Sombrero falucho, y en cuartel, gorra azul chata ó de pastel sin visera y de galón ancho, Casaca larga de paño azul, peto acolchado, vivada con nueve botones dorados, y dos granadas de oro en el estremo de cada faldón, corbatín calzón de punto o de brin blanco bien ajustado, bota granadera con espolín, catalejo militar, y cartera pendiente al costado de una especie de bandolera donde guardaban los avíos para levantar croquis del terreno у un diario prolijo de la marcha, obligados á llevar. Espada sable de 36 pulgadas, guante de ante con manoplas, capote de paño. Silla húngara con pistoleras cubierta hasta el arzón con un chabrac de paño azul franjeado de oro con granadas de lo mismo en sus dos ángulos los que remataban en una borla balija a la grupa.

Tropa. Gorra azul de pastel sin visera, ó casco sencillo carrillera de metal escamado, granada al frente y un pompón verde, cambiado poco desipues por el penacho punzó alto. Casaca larga azul, vivos encarnados, con palas de bronce escamado y cuatro granadas amarillas en el estiemo de los faldones, botón dorado con el sol y el lema: "viva la patria" y en el extremo del reverso "granaderos á caballo", calzón azul de paño, bota granadera con espuela de fierro; capote. Su arnés consistía en el sable corvo adelgazado á "molejón", carabina de chispa, y lanza. No permitiéndoseles caballo de diestro, el de montar era generalmente tordo, crinado, de cola al corvejón, herrado y mantenido á pienso; formando su arreo al recado del país, cubierto con un caparazón de paño azul, adornado de fajas, y dos granadas con borlas punzó en las puntas; balija de cuero. En la lista contestaba el granadero por su nombre de guerra. Ningún oficial podia tutearlo ni ocuparle en servicio alguno que no fuera estrictamente militar. Una mancha, raspón en el uniforme, un botón menos ó mal abrochado costaba un dia de policía. Acostumbraban el pelo corto y la mirada mas arriba del horizonte.


Código de Honor

De la misma forma en la que San Martín reclamaría de los granaderos el acatamiento de una conducta ejemplar frente a la sociedad y el Ejército, haría caso irrestricto de tales disposiciones sosteniendo como forma de vida la política de "predicar con el ejemplo".

La férrea disciplina, el culto al valor y al honor, la exigencia y rigurosidad en la instrucción física y militar quedarían entonces patentes en las siguientes disposiciones, establecidas en aquel entonces como la lista de "Delitos por los cuales deben ser arrojados los oficiales", a fin de establecer una norma de conducta para los oficiales del regimiento que sentara el ejemplo para el resto de la tropa. Esta dicta:
  1. Por cobardía en acción de guerra, en la que aún agachar la cabeza será reputado tal.
  2. Por no admitir un desafío, sea justo o injusto.
  3. Por no exigir satisfacción cuando se halle insultado.
  4. Por no defender a todo trance el honor del cuerpo cuando lo ultrajen a su presencia o sepa ha sido ultrajado en otra parte.
  5. Por trampas infames como de artesanos.
  6. Por falta de integridad en el manejo de intereses, como no pagar a la tropa el dinero que se haya suministrado para ella.
  7. Por hablar mal de otro compañero con personas u oficiales de otros cuerpos.
  8. Por publicar las disposiciones internas de la oficialidad en sus juntas secretas.
  9. Por familiarizarse en grado vergonzoso con los sargentos, cabos y soldados.
  10. Por poner la mano a cualquier mujer aunque haya sido insultado por ella.
  11. Por no socorrer en acción de guerra a un compañero suyo que se halle en peligro, pudiendo.
  12. Por presentarse en público con mujeres conocidamente prostituídas.
  13. Por concurrir a casas de juego que no sean pertenecientes a la clase de oficiales, es decir, jugar con personas bajas e indecentes.
  14. Por hacer un uso inmoderado de la bebida en términos de hacerse notable con perjuicio del honor del cuerpo.
 Desarrollo

El rigor en la preparación y capacitación de los efectivos exigida por San Martín a la larga retrasaría la conformación definitiva del cuerpo. No obstante, pese a las complicaciones y al apremiante transcurso del tiempo revolucionario, el 11 de septiembre de 1812 se decretó la creación del segundo escuadrón y el 5 de diciembre se dispuso la creación del tercero.

Ya para este momento, la autoridades nacionales, hacen referencia a San Martín con el título de Comandante de Granaderos a Caballo, y fue ascendido a coronel el 7 de diciembre de 1812, fecha en que se creó el Regimiento de Granaderos a Caballo en base a los tres escuadrones.

También en 1812 fue trasladado el regimiento desde los precarios establecimientos del "Cuartel de la Ranchería", hasta los terrenos del "Cuartel de Retiro", (en aquel momento ocupado por el Regimiento de Dragones de la Patria), más aptos para las labores de instrucción militar y entrenamiento.

En diciembre de 1812 el capitán Francisco Luzuriaga recibió el despacho de sargento mayor del regimiento, debido a que Rojas fue nombrado comandante del 3° Escuadrón. En junio de 1815 José Melián recibió los despachos de comandante del 4° Escuadrón, que se organizó.

III.- Participación política de los Granaderos en la Independencia Argentina. (1814-1815)

3.1- Proceso político

En la noche del día 2 de febrero de 1813, tras días de marcha forzada, San Martín y los granaderos arribaron al convento de San Carlos, en San Lorenzo La incursión se enmarcaba en la misión asignada por el Gobierno de Buenos Aires al coronel del recientemente formado regimiento. Se le ordenaba destacar una sección de su unidad para proteger las costas del Río Paraná desde Zárate hasta Santa Fe, en prevención de posibles incursiones enemigas; en tal situación, y por la sumatoria de la más intrincada cadena de circunstancias casuales, es que San Martín toma conocimiento del futuro desembarco realista en las cercanías del convento, y decide aprestarse a su encuentro para evitar el reabastecimiento de víveres de la flota española en tierra a fin de retrasar o evitar futuros avances en tierra.

El plan de San Martín era aguardar el arribo enemigo con los granaderos al amparo de los muros del convento; frente a éste se extiende una alta planicie, muy propicia para las maniobras de caballería; más allá, el borde de un barranco acantilado, y luego unos 300 m de playa hasta la orilla. El objetivo era evitar que los españoles sospecharan su presencia, lograr que se acercaran hasta el terreno mencionado y una vez allí lanzar el ataque sin darles tiempo de organizar la defensa.

San Martín estudió las posiciones y disponibilidad de recursos del enemigo, y dispuso la división de su contingente en dos escuadrones: el 1º, al mando del capitán Justo Bermúdez, con órdenes de flanquear y cortar la retirada a los invasores; y el 2º, a su propio mando. El comandante arengó a sus hombres, que se hallaban a punto de combatir por primera vez, y explicó a Bermúdez que le daría las órdenes posteriores una vez en combate, otorgando a ambos escuadrones sus posiciones a izquierda y derecha del convento, a la espera de la orden de ataque.

A la señal del clarín ambos escuadrones se lanzaron sobre las líneas enemigas, formadas por unos 250 hombres dispuestos en dos columnas paralelas con el pabellón desplegado, y dos piezas de artillería al centro. Los realistas sólo atinaron a replegarse en forma desorganizada sobre las mitades de retaguardia, intentando repeler el sorpresivo poder de la carga simultánea impartida por ambos flancos de las líneas de tropa, a lo que respondieron con fuego de mosquete y bayoneta calada.

San Martín y sus hombres triunfaron. Frente al sorpresivo embate de las fuerzas revolucionarias, los realistas, desconcertados, escaparon del campo de batalla dejando atrás su artillería, muertos y heridos, intentando banalmente reagrupar sus fuerzas cerca del borde del acantilado, sin lograr mayores éxitos gracias a la diligencia del escuadrón liderado por el Capitán Bermúdez, quien presionó a las columnas enemigas en retirada.

En menos de cuarto de hora y contando entre la nómina de bajas a veintisiete heridos y quince muertos, (entre los que cabe destacar al Capitán Bermúdez, herido de bala en la última carga de su escuadrón y al Teniente Manuel Díaz Vélez, caído por el desfiladero), el regimiento de Granaderos a Caballo y su capitán habían alcanzado la primera victoria en la guerra de emancipación argentina.

Lograda aquella primigenia victoria del coronel José de San Martín en San Lorenzo, el papel del Regimiento de Granaderos a Caballo se vería destacado ante los ojos del gobierno de Buenos Aires, que decidió nombrarlo Comandante de las fuerzas de Capital, y le asignó la tarea de proteger a los recién liberados territorios de los futuros ataques realistas.

Tras las derrotas de los independentistas en Vilcapugio y Ayohuma y la retirada del ejército de Manuel Belgrano, quien trataba de retrasar el avance enemigo empleando su táctica de "tierra arrasada", San Martín debía contener a los españoles en la frontera norte y quitarles el control de Montevideo (ciudad peligrosamente cercana a Buenos Aires y que servía de punto de abastecimiento y concentración de tropas para el ejército realista). El gobierno de Buenos Aires lo envió entonces en auxilio de Belgrano, próximo a arribar a Tucumán. Para tal tarea, se destinó al 1º y 2º escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo, y se le sumaron el 1º batallón del 7º Regimiento de Infantería y un contingente de 100 artilleros, quienes lograron llegar a Tucumán el 12 de enero de 1814.

En esta campaña San Martín se encontró con Belgrano en la reunión de la "Posta de Yatasto", en 1814. A partir de entonces el Regimiento protagonizó una serie de escaramuzas y encuentros armados sucesivos, haciendo uso de técnicas de combate convencional y de guerra de guerrillas. Las guerrillas de Humahuaca, Yavi, Casabindo, Toldos, Bermejo, el combate de Barrios, la emboscada del El Tejar, Puesto del Marqués, Mochara y la derrota en la Batalla de Sipe Sipe, serían las acciones en que el Regimiento se mediría contra el enemigo, luchando para asegurar el éxito de la revolución, hasta el 10 de septiembre de 1816.

Paralelamente, los escuadrones 3º y 4º del Regimiento se dirigieron a la Banda Oriental para reforzar el ejército de Oriente. El 22 de junio de 1814 estos escuadrones entraron en la Plaza Fuerte de Montevideo encabezando la columna vencedora.
   
 Conclusiones
  
El Teniente Coronel San Martín fundó una verdadera academia técnica y práctica para oficiales y cadetes, ocupándose personalmente de la educación y condiciones de cada uno. Labor necesaria para el desarrollo de la institución.

Tal aspiración se correspondía con la visión que tenía sobre el futuro mediato de las fuerzas militares modernas: confiaba en una rigurosa disciplina militar, evocada no sólo en las maniobras y el entrenamiento, sino también en la esfera social del militar, que debía funcionar como figura ejemplificadora no sólo para sus camaradas de armas, sino también para el resto de la sociedad.  

A ellos súmenosle la experiencia miliar que adquirió en tierras europeas. El actuar del Regimiento fue muy particular en el escenario de la Independencia Argentina. Sus labores por ello los hizo de manera muy eficiente.
  
Bibliografía

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