miércoles, 13 de diciembre de 2017

La Sociedad de Inmigración Europea


En este periodo se dieron los primeros actos administrativos en pro del objetivo de lograr un mayor asentamiento de europeos en el Perú, es así que se creó la Comisión Consultiva de Inmigración que pocos meses después de convirtió (mayo de 1873) en La Sociedad de Inmigración Europea, compuesta de 25 miembros, agrupados en cinco secciones: Inglaterra e Irlanda; Francia, Bélgica y Suiza; Alemania, Austria y Holanda; Suecia, Noruega y Dinamarca; e Italia, España y Portugal.

Este organismo debía administrar los fondos para promover la inmigración desde estos países; establecer convenios; cuidar del viaje, alojamiento inicial y posterior ubicación de los inmigrantes; así como dirimir diferencias entre inmigrantes y empleadores.[1]

La Sociedad, en su mayor parte integrada por hacendados, contó con el apoyo gubernamental a través de una ley aprobada por el presidente Pardo, por la que el gobierno se comprometió, entre otras cosas, a invertir 100.000 soles al año para fomentar la inmigración europea hacia terrenos costeños[2]. Uno de los aspectos definidos por la referida norma fue que no se podía expropiar terrenos de la costa para asentar colonos inmigrantes. Ello limitó la posibilidad de asentar colonos en la costa, a menos que se fuesen contratados como trabajadores de hacienda, dada la escasez de tierras en la zona costeña. Pese a ello, desde 1874 a 1875 la Sociedad de Inmigración Europea patrocinó la llegada de alrededor de 3000 inmigrantes, la mayor parte de los cuales eran italianos, en menor medida había algunos suizos y franceses.

Cabe resaltar que existía una adhesión de la élite dirigencial italiana al civilismo, quizás la mayor expresión de coincidencia entre los postulados civilistas y la ideología de los líderes de la colonia italiana del Perú, se expresa en el libro publicado por Juan Copello y Luis Petriconi, su ideología nacionalista y liberal se dejaba ver en Estudios sobre la independencia económica del Perú.[3] En este libro se aboga por el desarrollo de la industria nacional, postulando la modernización del Estado peruano. Esta demostración de una coincidencia de pensamiento económico entre gobernantes civilistas y la élite de la colonia italiana propició el crecimiento económico y la estabilidad política de la misma que se daría entre 1895 y 1930.

Imagen de Internet



[1] “Luego de instalarse, la Sociedad redujo sus miembros a 20 y las secciones a cuatro (se eliminó la sección encargada de la inmigración desde Suecia, Noruega y Dinamarca).” Bonfiglio, Giovanni, pg. 29
[2] García Jordán, Pilar. Iglesia y poder en el Perú contemporáneo, 1821-1919. Cusco: Centro de Estudios Regionales Andinos "Bartolomé de las Casas", 1992.p. 203.
[3] Copello, Juan y Petriconi, Luis. Estudios sobre la independencia económica del Perú. Imprenta de “El Nacional”, Lima, 1876, 105 pp.

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