A mediados del siglo XIX el Perú
vio beneficiado por las rentas que obtuvo por la comercialización del guano, un
recurso a primera vista insignificante que sin embargo, para el siglo XIX,
resultaba muy rentable. Este es el siglo de la revolución industrial, en donde
países como Inglaterra necesitaban repotenciar sus campos para aumentar su
producción industrial, y es allí donde el guano peruano va a jugar un rol
destacado, como fertilizante y también como materia prima para el armamentismo
europeo.
El guano le va a permitir al Perú
salir de la bancarrota fiscal en la cual se había sumido producto de las
guerras por la independencia del Perú y por la ineficiencia de los gobiernos
militares, que habían mermado tanto la política como la economía nacional.
Estos primeros gobiernos, que se enmarcan dentro del primer militarismo,
resultaron ser gobiernos que generaron un caos mayor para el Perú luego de su
emancipación y que no encontraban fundamentos para sacar al país de su
postración económica.
A mediados de 1840 exploradores
europeos al investigar nuestras costas, logran encontrar, lo que ya antes los
antiguos peruanos habían explotado, un fertilizante natural de gran potencial:
el guano. Y con ello, el Perú irá obteniendo recursos.
Sin embargo, como indica Shane
Hunt, la mayor cantidad de lo obtenido por la comercialización del guano se
derivó principalmente hacia la expansión de la burocracia, tanto civil como
militar, en detrimento de una economía industrial que hubiese podido convertir
al Perú en una potencia sudamericana. Con el dinero del guano se empezaron a
pagar las deudas que tenía el estado peruano tanto con el extranjero como con
los nacionales, esperando capitalizar a una élite que pese a contar con los
recursos no vio como una oportunidad la industrialización y prefirió vivir de
las rentas que le podían proporcionar otras inversiones.
Durante este periodo, de bonanza
y de crecimiento económico, los recursos del Perú fueron ambicionados por
España, que para la década de 1860 le declara la guerra al Perú. De esta
suerte, se intenta negociar una pacificación mediante el tratado Vivanco-Pareja
en el gobierno de Juan Antonio Pezet, generando la indignación popular que
abandera Mariano Ignacio Prado y que lleva a este a la subida al poder,
nombrándosele presidente provisorio.
Con Mariano Ignacio Prado en el
Poder se retomará la lucha en contra del retorno del dominio español en el
Perú, pero también se organizará un gobierno que intente organizar el Perú
luego de la crisis que vendrá producto de la guerra con España. De esta época
se recuerda al “Gabinete de los talentos” del gobierno de Mariano Ignacio
Prado.
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