Mostrando entradas con la etiqueta José María Arguedas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta José María Arguedas. Mostrar todas las entradas

viernes, 8 de diciembre de 2017

LA PRODUCCIÓN INTELECTUAL DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

La producción intelectual de Arguedas es bastante amplia y comprende, además de obras de ficción, trabajos, ensayos y artículos sobre el idioma quechua, la mitología prehispánica, el folclore y la educación popular.

AGUA (1935)

Su primer libro reúne tres cuentos con el título de Agua (1935), que describen aspectos de la vida en una aldea de los Andes peruanos. En estos relatos se advierte el primer problema al que se tuvo que enfrentar en su narrativa, que es el de encontrar un lenguaje que permitiera que sus personajes indígenas (monolingües quechuas) se pudieran expresar en idioma español sin que sonara falso. Ello se resolvería de manera adecuada con el empleo de un "lenguaje inventado": sobre una base léxica fundamentalmente española, injerta el ritmo sintáctico del quechua.

YAWAR FIESTA (1941)

En Yawar fiesta, de 1941, Arguedas plantea un problema de desposesión de tierras que sufren los habitantes de una comunidad. Con esta obra el autor cambia algunas de las reglas de juego de la novela indigenista, al subrayar la dignidad del nativo que ha sabido preservar sus tradiciones a pesar del desprecio de los sectores de poder. Este aspecto triunfal es, de por sí, inusual dentro del canon indigenista, y da la posibilidad de entender el mundo andino como un cuerpo unitario, regido por sus propias leyes, enfrentado al modelo occidentalizado imperante en la costa del Perú.

LOS RÍOS PROFUNDOS (1958)

En Los ríos profundos, de 1958, propone la dimensión autobiográfica como clave interpretativa. En esta obra se nos muestra la formación de su protagonista, Ernesto (que recobra el nombre del niño protagonista de algunos de los relatos de Agua), a través de una serie de pruebas decisivas. Su encuentro con la ciudad de Cuzco, la vida en un colegio, su participación en la revuelta de las mujeres indígenas por la sal y el descubrimiento angustioso del sexo son algunas de las etapas a través de las cuales Ernesto define su visión del mundo. El mundo de los indios asume cada vez más connotaciones míticas, erigiéndose como un antídoto contra la brutalidad que tienen las relaciones humanas entre los blancos.

EL SEXTO (1961)

La novela siguiente, El Sexto, publicada en 1961, representa un paréntesis con respecto al ciclo andino. "El Sexto" es el nombre de la prisión de Lima donde el escritor fue encarcelado en 1937-1938 por la dictadura de Benavides. El infierno carcelario es también una metáfora de la violencia que domina toda la sociedad peruana.

Imagen de Internet



lunes, 5 de junio de 2017

Análisis de la novela el Zorro de arriba y el zorro de abajo


El conocimiento profundo que tenía Arguedas de la región andina, a partir de su experiencia personal y profesional, fue importante en la realización de muchas de sus obras “indigenistas” y en especial en su obra póstuma El zorro de arriba y el zorro de abajo, que le dio la oportunidad de ampliar el marco geocultural de la novela.

En el Zorro de arriba y el zorro de abajo plasma como fue el ingreso intempestuoso de la modernidad (de la mano de la explotación industrial) en la ciudad de Chimbote. Las ganas e ilusiones de la población indígena por salir de sus pueblos oriundos, en busca de mejores oportunidades, pero a su vez las contradicciones a las cuales ellos se ven obligados, producto del contacto con un nuevo sistema económico anteriormente desconocido por ellos (la industria). 

La constante vinculación en los diálogos en donde parece que los personajes van a ser devorados y acabados por este sistema que los oprime (por las máquinas de un sistema social jerarquizado y donde la mayoría de los personajes se encuentran en la parte más débil).  Así los términos que los personajes utilizan tanto para definirse a sí mismos como para definir a los demás son ejemplificadores. De este modo, Asto, uno de los principales personajes principales del relato, se refiere a sí mismo como: “Yo… como carbón Tinoco era”. (Pág.43). Por su parte, el personaje de "la argentina" define a Asto como: “Tú no eres un putamadre sino una vizcachita; che pibe, huahua” (Pág.40). Aquí “la argentina” le dice así a Asto pues el recién está comenzando su labor como pescador, aún no sabe cómo es la explotación en este sistema; además que los putamadre no se dan cuenta que lo que ellos ganan no es ni la cuarta parte de lo que ganan los grandes de la industria. 

Por otra parte, el precio que cobran las prostitutas, cuando dicen que ella (La argentina) cobra caro, esa es una alegoría de Chimbote (sistema capitalista) y la forma de cómo recibe esta a sus recién llegados, a quienes recibe con látigo y explotación, llenándose los bolsillos con la explotación de los serranos migrantes trabajadores. 

ESTRATIFICACIÓN SOCIAL

La novela abordada los diversos matices de la estratificación social en el mundo Chimbotano, creado y cambiado luego de la inmigración a esta ciudad y las ambigüedades que caracterizan a la identidad y a las relaciones étnicas dentro de éste: “A el  “corral” va pión hambriento, chino desgraciado, negro desgraciado”.(Arguedas: 1971: 38)
                                       
El espacio chimbotano se divide en bahía, prostíbulo, arenales y Médanos[1],  es allí en donde se encuentra la gente más humilde, haciendo una analogía con el corral, así como la oposición arriba/ abajo, los médanos son la última manifestación de lo andino en la costa. Así los médanos son el habitad de los serranos y la ciudad baja, la de los acriollados, siempre tratando de plasmar la estructuración social.

FACTORES SOCIOCULTURALES

Los factores socioculturales y económicos están presentes durante toda la obra. Arguedas muestra las relaciones dentro de los prostíbulos como semejanza de lo que venía ocurriendo en la ciudad de Chimbote y este como representación del Perú: Que el “Blanco”, el “Rosado” y el “corral”, y tú también, le pagan a  Braschi, tanto por ciento…” (Arguedas: 1971: 39).

Un ejemplo claro es como escogen o tienen sus parejas los pescadores: Chaucato con una rubia, flaca y Maxwell con una injerta, delgada bien achinada. Esto en el burdel el rosado que se distingue a las mujeres del “blanco” y  “corral”.

En El Rosado, las prostitutas vestían de tul y se paraban en la puerta del cuarto, ”elegante”[2], recordando también la alegoría del color del humo que votaba la fundición al cielo. El humo rosado está en línea recta entre los dos grandes muelles del puerto que serían La Divino y El Blanco.

En El blanco las prostitutas estaban con medio cuerpo desnudo y, en el corral, las mujeres simplemente llevaban brasier de algodón con las piernas abiertas sentadas sobre cajas de maderas en medio del cuarto. Así entonces los prostíbulos sacan a relucir más que en otras actividades, como son los mecanismos de ese sistema de explotación y cuál es la verdadera posición del hombre dentro de este sistema: solo el generador y productor de la riqueza.

  
LOS MIGRANTES

La representación de los migrantes en una constante lucha en contra del poder tradicional que los oprime, la interrelación de las esferas sociales y cosmológicas forma parte del concepto andino, en donde el papel económico de la bahía y así de la misma manera el de los prostíbulos es una representación de los problemas sociopolíticos que venían ocurriendo en la ciudad.

 Así la prostituta como metáfora adecuada para representar a la sociedad y la economía  chimbotana, que se sentía cansada de tanta explotación que no le quedó otra que acoplarse al sistema, para así no ser devorada por completo; y, del  maltrato que formaba parte de todo un sistema de explotación y dominación para con los migrantes serranos, a los cuales así como se les pagaba bien,  había mecanismos para que también desperdiciaran todo lo que ganaban allí: como los prostíbulos,  un medio para extraerles lo ganado, regresando a las manos de los grandes, representados por Braschi[3].

Así los gusanos que nombra el autor que se alojan en las afueras del burdel debido al agua con ruda con la que baldean los pisos del burdel son una asociación con los tubos metálicos de la fábrica de harina de pescado.






[1] Lienhard Martin “Cultura Andina...” (Pág. 82-83) pero esta separación mas que tomarlo de manera geografía el sentido mas importante es el de nivel social porque la comparación y el trato análogo.
[2] El uso de ropa que distingue a las trabajadoras de los distintos burdeles que están posicionadas como en la sociedad, regidas por  reglas en donde el más caro era el rosado,  representando  las parte “bellas” de la ciudad y las putas que trabajaban allí en el vestir con ropa cara, ropas interiores de tul los cuartos mas grandes y mejor  iluminados a diferencia de el blanco donde se podía conseguir mujeres mas baratas, el olor de la ruda, el que estén con la mitad del cuerpo desnudo y ni que decir de el corral un antro de lo peor donde con las justan tenían iluminación, la mayoría que iba allí no llevaba dinero o solo pagaban cantidades realmente mínimas, las prostitutas se sentaban en cajas de madera al exhibirse, era degradante apresar de la diferencias “todos estaban en un mismo lugar” importante ya que por mas que estén diferenciados en algunas cosas son solo mínimas ya que todos pertenecen y están inmersos en un  mismo sistema que los oprime a todos por igual.
[3] Personaje ausente, ya que no se le ve pero su presencia esta siempre allí ya que es nombrado constantemente por los demás personajes (nombrado como, el dueños de todo chimbote) durante la obra es este personaje una especie de representación del sistema económico capitalista que los exprime.

José María Arguedas y su relación con la cultura indígena



En Arguedas la labor del literato y la del etnólogo no están nunca totalmente disociadas, en sus estudios más académicos encontramos el mismo lenguaje lírico en sus narraciones. Y aunque no era diestro en el manejo de las técnicas narrativas modernas, su literatura (basada especialmente en las descripciones) supo comunicar con gran intensidad la esencia de la cultura y el paisaje andinos.



La circunstancia especial de haberse educado dentro de dos tradiciones culturales, la occidental y la indígena, unido a una delicada sensibilidad, le permitieron comprender y describir como ningún otro intelectual peruano la compleja realidad del indio nativo, con la que se identificó de una manera desgarradora.

La producción intelectual de Arguedas es bastante amplia y comprende, además de obras de ficción, trabajos, ensayos y artículos sobre el idioma quechua, la mitología prehispánica, el folclore y la educación popular.

Arguedas vivió un conflicto profundo entre su amor a la cultura indígena, que deseaba se mantuviera en un estado "puro", y su deseo de redimir al indio de sus condiciones económicas y sociales. Se puede decir que la añoranza a las formas tradicionales de la vida andina hizo que postulara un estatismo social, en abierta contradicción con su adhesión al socialismo.

Su obra revela el profundo amor del escritor por la cultura andina peruana, a la que debió su más temprana formación, y representa, sin duda, la cumbre del indigenismo peruano. Dos circunstancias ayudan a explicar la estrecha relación de Arguedas con el mundo campesino. En primer término, que naciera en una zona de los Andes que no tenía mayor roce con estratos occidentalizados; en segundo lugar, que a la muerte de su madre, su madrastra lo obligara a permanecer entre los indios del lugar. De esa manera asimiló la lengua quechua, y lo mismo sucedió con las costumbres y los valores éticos y culturales del poblador andino.

Esta precoz experiencia, vivida primero y simbolizada en su escritura por la oposición indios/señores, se vería más tarde reforzada con los estudios antropológicos. Como resultado de esta trama, la vida de Arguedas transcurrió entre dos mundos no sólo distintos, sino además en contienda. De allí surgió su voraz voluntad de interpretar la realidad peruana, la permanente corrección de sus ideas sobre el país y la definición de su obra como la búsqueda de una imagen válida de esta.

Desde sus primeros relatos se advierte la problemática que terminaría por presidir toda su escritura: la vida, los azares y los sufrimientos de los indios en las haciendas y aldeas de la sierra del Perú. Allí también se presenta esa escisión esencial de dos grupos, señores e indios, que será una constante en su obra narrativa. El espacio en que se desarrollan sus relatos es limitado, lo que permite a esta oposición social y cultural mostrarse en sus aspectos más dramáticos y dolorosos. Ya el derrotero de Arguedas está trazado; aunque en su fuero interno vive intensamente la ambigüedad de pertenecer a dos mundos, su actitud literaria es muy clara, en la medida en que determina una adhesión sin atenuantes al universo de los indígenas, generando dos cauces de expresión que se convertirán en sendos rasgos de estilo: la representación épica y la introspección lírica. 


Imagen de Internet


José María Arguedas: Vida y obra


José María Arguedas (Andahuaylas, 1911 - Lima, 1969), fue un escritor y etnólogo peruano, renovador de la literatura de inspiración indigenista y uno de los más destacados narradores peruanos del siglo XX.  

Sus padres fueron el abogado cuzqueño Víctor Manuel Arguedas Arellano, que se desempeñaba como juez en diversos pueblos, y Victoria Altamirano Navarro. En 1917 su padre se casó en segundas nupcias, con una terrateniente adinerada, quien determinó que el niño viviera con los sirvientes (la madre había muerto tres años antes), y la familia se trasladó al pueblo de Puquio y luego a San Juan de Lucanas. Al poco tiempo el padre fue cesado como juez por razones políticas y hubo de trabajar como abogado itinerante, dejando a su hijo al cuidado de la madrastra y el hijo de ésta, quienes lo trataban como un sirviente.

En 1921 se escapó con su hermano Arístides de la opresión del hermanastro, juntos se refugiaron en la hacienda Viseca, donde vivieron dos años en contacto con los indios, hablando su idioma y aprendiendo sus costumbres, hasta que en 1923 los recogió su padre, quien los llevó en peregrinaje por diversos pueblos y ciudades de la sierra, para finalmente establecerse en Abancay, Apurímac.
Después de realizar sus estudios secundarios en Ica, Huancayo y Lima, ingresó en 1931 a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima para estudiar Literatura. Entre 1932 y 1937 trabajó como auxiliar de la Administración Central de Correos de Lima, pero perdió el puesto al ser apresado por participar en una manifestación estudiantil a favor de la República Española.

Después de permanecer alrededor de un año en la prisión El Sexto, fue nombrado profesor de castellano y geografía en Sicuani, en el departamento de Cuzco, cargo en el cual descubrió su vocación de etnólogo. En octubre de 1941 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar en la reforma de los planes de estudios secundarios. Tras representar al profesorado peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Patzcuaro (1942), reasumió su labor de profesor de castellano en los colegios nacionales Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de Guadalupe y Mariano Melgar de Lima, hasta que en 1949 fue cesado por considerársele comunista.

En marzo de 1947 fue nombrado Conservador General de Folklore en el Ministerio de Educación, para posteriormente ser promovido a Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo ministerio (1950-52). En 1953 fue nombrado Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de la Cultura Peruana, y el mismo año comenzó a publicar la revista Folklore Americano (órgano del Comité Interamericano de Folklore, del que era secretario), la cual dirigió durante diez años.

A este cargo sucedieron el de director de la Casa de la Cultura del Perú (1963-1964) y director del Museo Nacional de Historia (1964-1966), desde los cuales editaría las revistas Cultura y Pueblo e Historia y Cultura. También fue profesor de etnología y quechua en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones (1950-53), catedrático del Departamento de Etnología de la Universidad de San Marcos (1958-68), y profesor en la Universidad Nacional Agraria de la Molina desde 1964 hasta su muerte, ocurrida a consecuencia de un balazo que se disparó en la sien, y que ocasionaría su fallecimiento cuatro días después. Fue galardonado con el Premio Fomento a la Cultura en las áreas de Ciencias Sociales (1958) y Literatura (1959, 1962) y con el Premio Inca Garcilaso de la Vega (1968).

Imagen de Internet


Análisis de Género en la obra Arguediana: El zorro de arriba y el Zorro de abajo



Las mujeres, así como los migrantes andinos, representan la constante lucha en contra del poder tradicional que los oprime, en donde la mujer juega un papel más importante del que hasta ahora se le ha dado.

La obra de Arguedas es sin duda el testimonio de la confusión mental, real y social que es el Perú  del siglo XX y la visión futurista que plasma Arguedas es importante ya que al analizar esta obra comprenderemos que nos brinda una visión más clara sobre los problemas que aquejan a nuestra sociedad actual,

Las metáforas durante toda la obra no son un simple gusto de Arquedas, sino que estan posicionadas adecuada y estratégicamente para describir los problemas que Arguedas notaba sobre la realidad que lo rodeaba. Un ejemplo claro es cuando describe el ambiente geográfico de la ciudad chimbotana, al nombrar el mar de chimbote como una zorra, pinta de cuerpo entero los niveles de relación entre nativos, criollos y los migrantes andinos que ven a la riqueza marina como una simple mercancía.

La relación que plasma en los burdeles es una alegoría del sistema operante en la ciudad de Chimbote como representante de lo que venia sucediendo económica, cultural y socialmente en el Perú de los años sesenta del siglo XX. La representación de los migrantes, la dualidad hombre/ mujer, arriba y abajo son la representación de una constante lucha en contra del poder tradicional que los oprime.
                   
Así el propósito de usar una visión de género (dualista) como marco conceptual para desmantelar el carácter patriarcal de nuestra sociedad y de oponer todo (arriba / abajo), es debido a las jerarquías sociales que estaban formando con la migración, donde se sentían superiores los que eran nativos: los blancos descendientes de españoles en comparación con los indios a los cuales se les reprimía social y económicamente. No obstante, la habilidad del migrante que se supo superar y así logar tener el avance que actualmente a logrando aunque sin, aún, poder despojarse de la idea colectiva de racismo y discriminación, que Arguedas logra plasmar en su novela. Los zorros de arriba, los indios, que esperan ser valorizados en su mismo territorio y dentro de su misma sociedad.

Arguedas saca a relucir que la sociedad capitalista, representado por “los burdeles”, está estructurados no solo en función del género (patriarcal) y de lo económico (clases), sino en todas estas relaciones invisibles que se tejen en torno de las interrelaciones humanas dominadas por estructuras de corte desigual; y que son el reflejo de la aún atrasada forma de relacionarnos y sentir.

Así al analizar a la naciente nación pluriétnica que Arguedas quiere describir y que surge de la mano de la migración y bajo el contexto de la migración andina y la industrialización; entonces, surge la pregunta ¿Qué tan cerca estuvo Arguedas de presentar la ciudad de Chimbote como la representación de la sociedad y el sistema operante que regía el Perú y su ciudad capital? Y aquí ¿Cómo las historias actos y maneras de hablar, actuar y sentir de las mujeres que narra Arguedas son llevadas de la estructura social a la estructura narrativa?