En el siglo XIX la Arqueología tenía como
principal objetivo la colección de
artefactos y el descubrimiento de monumentos arqueológicos; pero a partir de los años 20 del siglo pasado, esta actitud
comienza a cambiar, pues a consecuencia de las nuevas técnicas desarrolladas
por los arqueólogos norteamericanos, como el método estratigráfico y el tipológico,
la Arqueología comienza a configurarse como una ciencia, preocupada por
comprender los procesos culturales de desarrollo o de atraso.
Para 1926 Alfred Kroeber aplica estos conocimientos nuevos al estudio de los restos de las culturas prehispánicas peruanas del área andina, demostrando el largo proceso cultural por diferentes etapas que éstas habían atravesado hasta culminar en el Imperio de los incas.
A raíz del Proyecto del Valle Viru, en la costa
norte peruana y de las Conferencias de
Chiclin, ambas en la década de los 40, se generó todo un nuevo panorama en el
enfoque y métodos de la Arqueología dedicada al estudio de las culturas
prehispánicas, la cual desde entonces quedo definida como una meta de estudio,
acuñándose la expresión "Arqueología andina" para referirse a ella y
estructurando sus metodologías. Los arqueólogos desde entonces se
preocuparan por interpretar e intentar comprender a los vestigios que
encuentren, de asociarlos a un contexto socio cultural determinado y a
estudiarlos bajo sus esquemas culturales; por comprender que cada cultura es única
y peculiar en su desarrollo. Para tal efecto, los estudios etnohistoricos permiten al arqueólogo enriquecerse con el conocimiento de diversas formas
de vida y manifestaciones culturales.
La Arqueología ha necesitado emprender una reformulación de sus antiguos métodos y conceptos, pues el estudio de una cultura es mucho mas complejo que el sólo analizar sus vestigios materiales, implica también el estudio de sus manifestaciones espirituales, las que por provenir de culturas ágrafas, han ido desapareciendo.
La Arqueología ha necesitado emprender una reformulación de sus antiguos métodos y conceptos, pues el estudio de una cultura es mucho mas complejo que el sólo analizar sus vestigios materiales, implica también el estudio de sus manifestaciones espirituales, las que por provenir de culturas ágrafas, han ido desapareciendo.
El avance de una cultura no se expresa únicamente
a través de la tecnología encontrada entre sus restos, sino también a través de
su cosmovisión o maneras de entender el mundo
que obviamente no están reflejadas explícitamente en los artefactos que nos
han legado, pero que si pueden ser leídas por medio de la descripción que otros
han hecho de ellas, como en el caso de los escritos de los cronistas españoles y etnógrafos.
Ante esto el arqueólogo tiene la posibilidad de
recurrir a otras especialidades de las Ciencias Sociales para llegar a comprender el verdadero proceso histórico por el cual han atravesado las culturas que estan analizando, tal es el caso de la Antropología , la Historia o la Etnología . Mucho más si estos investigadores se dedican al
estudio de una variedad tan compleja como las culturas andinas, que por haberse desarrollado muchas de
ellas simultáneamente en un mismo espacio geográfico y haber alcanzado
distintos grados de complejidad, exigen un estudio comparativo.
Panorama de la Arqueología Andina
Roger Ravines
Roger Ravines
Instituto de Estudios Peruanos
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