A fines de la Edad Media,
la jerarquía eclesiástica dejó de representar a la población, en especial a los
pobres. Las crisis del siglo XIV, la peste y las hambrunas contribuyeron a un
desasosiego social.
De este modo, empiezan a
aparecer los místicos (personas que postulan una conexión con la divinidad sin
necesidad de un religioso católico), órdenes mendicantes y herejes.
Eckhart Von Hochhei
(1260-1327).
San Francisco de Asis. Imagen de Internet. |
LAS
HEREJÍAS (s. XII-XIII)
Durante el papado de
Inocencio III (Papa de 1198-1216), aparecen los herejes al sur de Francia:
Valdenses y Cátaros. Ellos planteaban una religión en base a los pobres.
La Iglesia para
reprimirlos crea la Santa Inquisición (creada por el Papa Gregorio IX en
1231-1244).
LOS CÁTAROS
(XII-XIII)
El foco del movimiento cátaro fue la localidad de Albi, en Francia, de allí el nombre con el que también se les conocía: Albigenenses. Los cátaros consideraban la riqueza como un símbolo del mal.
Los cátaros critican al clero, a la Iglesia. Condenaban todo lo carnal,
considerándolo un obstáculo para el perfeccionamiento espiritual. Por el
contrario, proponían una purificación moral.
Fueron perseguidos,
enjuiciados y asesinados.
Los cátaros. Imagen de Internet. |
LOS VALDENSES (XII)
Los valdendes tenían su
foco en la localidad de Lyon, en Francia. Surgieron a partir del siglo XII con el
movimiento de Pobres de Lyon y la predicación de Pedro Valdo.
Pedro Valdo era un
rico comerciante que inspirado en la Biblia, predicó en las calles en Lyon una
vida lejos del lujo.
Los valdenses consiguieron
que se tradujera la Biblia y evangelios al habla común.
Pedro Valdo. Imagen de Internet. |
LAS
ÓRDENES MENDICANTES
Las órdenes mendicantes
hicieron voto de auténtica pobreza; y por el hecho de vivir de la caridad
pública, se les llamó mendicantes.
FRANCISCANOS:
La orden mendicante de los
Franciscanos fue fundada por San Francisco de Asís en Italia.
SAN FRANCISCO DE ASIS (1181-1226)
San Francisco fue hijo de
un rico mercader italiano. En una oportunidad escuchó esta frase: “Francisco
tienes que reparar mi Iglesia”. Es así que, Francisco decidió entregarse al
apostolado, viviendo en la pobreza. Vestía túnica de campesino, andaba descalzo y
mendigando.
Tuvo 12 seguidores. San Francisco viajó
a Roma para pedir el reconocimiento de su orden. Los franciscanos fueron
reconocidos por el Papa Inocencio III en 1212.
Francisco fundó con Clara
Faverone la rama femenina de la orden en 1212, llamada las Clarisas.
San Francisco de Asís. Imagen de Internet. |
ORACIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASIS
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
Que allí donde hay ofensa,
ponga yo perdón;
Que allí donde haya
discordia, ponga yo armonía;
Que allí donde haya error,
ponga yo verdad;
Que allí donde haya duda,
ponga yo fe;
Que allí donde haya
desesperación, ponga yo esperanza;
Que allí donde haya
tinieblas, ponga yo luz;
Que allí donde haya
tristeza, ponga yo alegría.
Dando es como recibimos;
perdonando es como tú nos perdonas.
LOS DOMINICOS (1216)
Llamada también Orden de
frailes predicadores. Los dominicos abandonaron el aislamiento de los monasterios
y difundieron los evangelio en las calles. Predican la pobreza, la sencillez y la caridad.
La orden mendicante
dominica fue fundada por el monje español Santo Domingo de Guzmán en España y
predicaron en Francia (en donde había mayor número de herejes). En el año 1207
decidieron combatir la herejía con la predicación de los evangelios de puerta
en puerta.
Los dominicos dieron gran
importancia a la formación teológica de sus miembros, siendo Santo Tomás de Aquino un dominico.
Los dominicos fueron
reconocidos por el Papa Honorio III en el año 1216 y fueron elegidos en el año 1231 para
dirigir el Tribunal de la Santa Inquisición (1231).
LA DIFUSIÓN DEL HUMANISMO Y LA BIBLIA IMPRESA
Para fines de la Edad Media,
muchas ideas de los escolásticos se habían convertido en un obstáculo para el
avance del conocimiento y se llegan a cuestionar varios de los fundamentos
católicos. Por ejemplo, para Francis Bacon (franciscano inglés), la razón y la
fe son incompatibles.
Muchos intelectuales,
descontentos con la escolástica, recurren a la filosofía clásica (Grecia y
Roma) en búsqueda de métodos para llegar al conocimiento.
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