Recorrido hecho por Edith Elejalde
Exteriores de la
Reserva
Ubicado en el distrito de Chorrillos, "Los Humedales de Villa" o también llamado "Pantanos de Villa" es un habitat que alberga una gran diversidad de flora y fauna
proveniente tanto del Perú como de otros lugares del continente, como por
ejemplo aves que migran desde los
Estados Unidos hacia este refugio de vida.
En Villa la atmósfera evapora el agua del mar, que luego precipita en las vertientes de los ríos Rímac y Lurín, ríos que recorren las inmediaciones del lugar (parte de sus aguas se filtran en el subsuelo de Villa y afloran en el suelo, generando lagunas y humedeciendo la zona).
En Villa la atmósfera evapora el agua del mar, que luego precipita en las vertientes de los ríos Rímac y Lurín, ríos que recorren las inmediaciones del lugar (parte de sus aguas se filtran en el subsuelo de Villa y afloran en el suelo, generando lagunas y humedeciendo la zona).
La zona de los
humedales abarcaba una extensión de aproximadamente 2000 hectareas, pero con el
desplazamiento del hombre y de la “modernidad”, se le ha ido quitando terreno a
los pantanos, hasta hacer que la reserva solo abarque unas 227 hectáreas.
De otro lado, encontramos como vegetación predominante del lugar a juncos y totoras, las
cuales se diferencian principalmente en las forma de sus hojas, ya que las
hojas de las totoras son mas planas y la de los juncos son redondas. Con esta
vegetación se puede confeccionar canastas y petates.
Ante estas
descripciones del lugar podemos afirmar que en Villa encontramos elementos
bióticos (flora y fauna del lugar como totoras y aves), elementos abióticos
(como el suelo, caracterizado por su humedad y salinidad) y elementos
antrópicos (representado por la presencia del hombre en los sitios urbanos y clubes cercanos al lugar, así como a una estación retransmisora).
El ambiente del
lugar caracterizado por la filtración de aguas subterráneas, hace que el nivel
de agua se vaya incrementando periódicamente, humedeciendo los suelos e
inundando muchas de las casas que se encuentran cerca a los Pantanos. Así
podemos apreciar como una casa ubicada en los Pantanos ha sido completamente
abandonada a pesar de haber sido restaurada.
Por otra parte,
encontramos gran salinidad en el lugar, producto de la excesiva presencia de
agua en el suelo. Es así que en villa también podemos encontrar plantas halófilas
tales como grama salada y salicornia, estas últimas son plantas que al absorber
el agua salada en sus tallos la convierten en agua dulce. Esta salinidad también
es visible en los suelos, los cuales en muchas zonas muestran una capa blanca
de sal sobre ellos.
Entrada a
En el interior de los pantanos, los caminos son angostos y se han diseñado por entre la vegetación de juncos y totoras que le dan un ambiente silvestre a nuestro recorrido, pues son como de aproximadamente más de un metro de altura. Se observa que anteriormente existieron varios miradores, en donde se podía tener una vista panorámica del lugar desde distintos ángulos, pero que por el paso del tiempo, ahora no se tiene acceso a casi ninguno.
Lo primero que
nos dice nuestro guía, al detenernos en una de las lagunas que se encuentra en nuestra
ruta, es que Villa no es un pantano, sino mas bien un humedal, pero que adquirió
ese nombre porque los pobladores del lugar los designaban de ese modo. No es un pantano, ya que un pantano por definición es un habitat carente de movimiento, en donde se encuentran aguas estancadas; por el
contrario, en esta reserva las aguas están fluyendo constantemente por acción
de los ríos Lurin y Rimac y por el viento. Las lagunas albergan a peces como
lizas, cupis, platys,
pez cebrita, pez mosquito, carachita, pez dorado… además de vegetación como pollas
de agua, lechuguita de agua, jacinto de agua…
Continuando con nuestro
recorrido subimos a uno de los miradores que aun quedan en pie, desde él
podemos observar la abundante flora que crece en los humedales y a las aves que
circundan por el lugar, al igual que a las lagunas tanto artificiales como
naturales. Podemos observar como vegetación a una curiosa planta llamada "corta
corta", la cual al rose con la mano nos deja un minúsculo corte; también juncos,
gramadales, totoras. Y como fauna a las gaviotas de Franklin, a la garza blanca
grande, a la garza azul, gaviotas de las lagunas altoandinas, al pato
rana, al zambullidor mayor, a las gallinetas, al güerequeque, chorlos,
lechuzas, gallaretas, libélulas, mosquitos…
El guía nos
comenta que en la reserva se ha introducido vegetación foránea, como es el caso
de las palmeras de abanico que absorben el ruido exterior y que fueron traídas
hace 20 años desde Uruguay. Por otro lado también nos explica la importancia
que tiene villa como zona ecológica, ya que ella alberga a aves que inmigran en
épocas de verano hacia la reserva desde zonas tan lejanas del continente como
Estados Unidos o desde los andes peruanos. Es por esto de los humedales de
villa cuentan con alrededor de 24 especies de aves residentes y alrededor de 57
especies de aves migratorias, contribuyendo con la riqueza en fauna del lugar.
Así proseguimos
nuestro recorrido por las lagunas: Tablitas, Refugio, Delicias, Maravilla y
Herradura. Es imposible no quedarse admirado con la diversidad de vida que
alberga esta reserva, que por descuido del hombre y de sus delegados ahora
enfrenta una contaminación que podría modificar su normal funcionamiento como
reserva y hábitat natural.
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