HAMNETT,
BRIAN. LA POLÍTICA CONTRARREVOLUCIONARIA DEL VIRREY ABASCAL: 1806-1816. LIMA:
INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS, 2000.
La literatura histórica pasa por alto el régimen
virreinal de José Abascal durante el periodo de la Independencia de
Hispanoamérica. Las razones de esa indiferencia son las siguientes:
v Nacionalismo influencia en la historiografía
peruana, colocando la rebelión de Túpac Amaru como el inicio del proceso
emancipador, de esta manera el Perú no aparece marginado en el proceso.
v Historiografía constitucional pone énfasis al
sistema representativo gaditano y pone a Abascal como recalcitrante que no
muestra simpatía por el primer experimento constitucional del mundo hispano (Constitución
de Cádiz).
v Tendencia historiográfica a enfocar la
experiencia de las provincias contrapuestas al centralismo de Lima, esto ve a
Abascal como un factor negativo.
-Abascal como figura principal en el
Perú durante la crisis del antiguo
régimen y la independencia es marginado por la historiografía.
-Tres problemas afectan al Perú durante
el periodo de 1770 hasta 1840.
v Territorios del Virreinato del Perú: Debido a la
división de los dos Perú en 1776, afectándolo severamente.
v ¿Qué fuerzas políticas deben predominar? Los
americanos predominaban en la Audiencia de Lima en 1690, la política borbónica
intenta terminar con eso. La política de Areche pone en minoría a los
americanos y la élite limeña se siente agraviada.
¿De que recursos dependería el Perú? La
separación del Alto Perú en 1776 y la introducción del Comercio Libre en 1778
disminuyen la posición hegemónica de Lima, esto debilita al Perú y contribuyen
a la generación de problemas económicos.
v La economía no presenta una recesión total
debido al resurgimiento de la industria minera, sin embargo, el resto de la
economía peruana sigue en recesión.
-El Perú experimentó una carencia de
circulante, debido a que enviaba todo a España, y le faltaba la inversión
necesaria para estimular la producción.
ACTUACIÓN DEL VIRREY ABASCAL
Durante la crisis el Perú no sucumbe a
la subversión política, tampoco tenía que lidiar con una insurrección
doméstica, aunque el debate trilateral, unitarismo, autonomía y separatismo
continuaba.
El gobierno tenía una posición favorable,
aunque no sin peligros y estos eran externos pues no recibía ayuda de la
metrópoli, tampoco recibe un apoyo moral debido a la confusión política en la
que estaba España. El gobierno de Abascal toma la decisión de actuar por su
propia cuenta dado que no había otro remedio.
Conexión con España intacta en términos
morales, jurídicos y a la adhesión a la dinastía Borbón, la cual no estaba
cuestionada en los círculos de gobierno virreinal peruanos.
La estrategia de Abascal era mantener
unido al Perú como un baluarte de la autoridad metropolitana en América del Sur,
desde una posición de fuerza, esperando los mejores tiempos. Debido a esto
adopta una política de CONCILIACION y acercamiento a las elites americanas.
La historiografía lo coloca como
absolutista, pero su política lo define como un conservador pragmático. En 1811
forma el regimiento “Voluntarios Distinguidos de la Concordia Española del Perú”,
con lo cual intenta simbolizar la unión de sentimientos entre el gobernante y
los notables peruanos contra la revolución.
Aplica el régimen representativo
introducido por España en 1810 a pesar de su propia inclinación y a que el
nuevo régimen limitaría su poder.
Con la Constitución de Cádiz, el virrey
la acepta para mantener la continuidad política, mientras pudiera y de no haber
actuado así, habría cometido rebelión. Esta Constitución deja imprecisa la
relación de poderes del Estado. El virrey no sabía que poderes tenía. El gobierno
virreinal presionado para poner en práctica la Constitución de manera
convincente, la actuación política de Abascal trataba de neutralizar estas
presiones.
No había una elección en la que Abascal
no interviniera, aunque a pesar de la presión gubernamental que hacía, no
siempre lograba conseguir que se eligieran partidarios suyos.
Debido a la estabilidad política de
Lima, el gobierno de Abascal responde de una manera decisiva a los movimientos
revolucionarios que estallan desde 1809. Tiene éxito en sus dos primeras
campañas (Charcas y Quito), pudiendo reincorporar estos territorios al
virreinato. Cuenta con un ejército regular y supremacía naval en el Pacifico.
La actuación de Abascal (anexión de
territorios) refleja la escala de oposición que existía en Lima en contra de la
política borbónica dieciochesca. Política de revancha represento la respuesta peruana a la geopolítica del
Despotismo Ilustrado.
Intenta reunir a los dos Perú, como lo
intenta Gamarra y Santa Cruz años después. Los revolucionarios intervienen para
evitar la política territorial de Abascal.
La historiografía
tradicional analizaba el proceso de Independencia
desde una perspectiva ex post facto, la Independencia fue una consecuencia
lógica de la crisis del antiguo régimen y las guerras internacionales. La historiografía nacionalista considera la
formación de la nación como el triunfo de la identidad de un pueblo, el
historiador describe como si el proceso fuera ineludible. En realidad, este
proceso no era claro, tenía intereses particulares y cambiaba de mente y bando.
Ambas tradiciones historiográficas,
pasan por alto el proceso de recuperación territorial intentada por el Perú,
por Abascal, no ofrecen ninguna explicación de la alta política virreinal,
tampoco analizan la formación y la actuación del Ejercito del Alto Perú. Abascal
quería preservar lo que los revolucionarios intentaban destruir (los tres
virreinatos que se convierten en 9 débiles estados).
El colapso fiscal y el debilitamiento
del comercio aceleraron el derrumbe del virreinato en el Perú, cuando Abascal
lo deja en 1816, la deuda alcanzaba los 11 millones de pesos. Abascal, aunque
está en contra de retirar el tributo indígena, debido a que este representaba
la tercera parte de lo recaudado cada año, lo hace debido a la lealtad a los
órganos gobernantes en la España metropolitana. Su gobierno logra aumentar los
ingresos por medio de nuevos impuestos o aumento de los actuales, pero la deuda
sigue creciendo.
El régimen del virrey Abascal mantiene la
supremacía peninsular en los órganos gubernamentales del Perú, intentando responder
a las aspiraciones políticas de la élite limeña. Esta prefirió la continuidad
al cambio. Esto no es debido a la lealtad a la corona sino al temor a perder su
predominio. Abascal logra desarrollar una política conservadora eficaz. La
élite solo quería una reforma política: el establecimiento del principio de
igualdad entre peninsulares y americanos en las instituciones gubernamentales y
mayor influencia en los cabildos.
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