Antes de que los barcos de vapor oceánicos llegaran a ser un objetivo
de la empresa privada, sin subvenciones, económicamente competitivos (frente a
los barcos de vela para los largos viajes en las aguas orientales), varias fueron
las mejoras que primero tuvieron que
realizarse, transformarlos en maquinas totalmente diferentes. Estas mejoras
fueron el casco de hierro, la hélice y la maquina de alta presión.
1. LA APARICIÓN DE BARCOS DE VAPOR EFICIENTES
El hierro ofrece grandes ventajas sobre la madera como
material para la construcción de barcos. El barco de hierro puede pesar una
cuarta parte menos que uno de madera y tiene una sexta parte mas de espacio de
carga aun conservando la misma resistencia. Va a mayores distancias con menos energía.
Incluso los barcos de guerra eran pequeños. Kingdom Brunel, el mas importante
ingeniero británico construyó barcos cada vez mas grandes de hierro como el
Great Eastern en 1858. El hierro también ofrecía ventajas en cuanto a la forma,
el hierro permitía construir barcos con cascos mas alargados, que encontraban
menos resistencia y llevaban mas velas, con lo que eran mas rápidos. Eran también
más seguros, duran más que los de madera. Sin embargo, las ventajas de los
barcos de hierro tardaron mucho tiempo en ser reconocidas. La introducción del
hierro en la construcción de barcos necesito un gran estímulo económico para
superar la inexperiencia y los prejuicios de una industria secular.
La construcción, ya en serio, de barcos de hierro comenzó en los años
30, un tiempo de innovaciones sin precedentes en temas marítimos. En 1837 los
Laird construyeron el Rainbow, que con sus 198 pies de eslora era el mayor
vapor de hierro jamás construido. Al año siguiente el vapor conquisto el Atlántico,
cuando el Great Western y el Sirius compitieron cruzando el océano en un tiempo
record de quince días. Ese mismo año un nuevo método de propulsión, el propulsor a hélice se instaló en dos
barcos.
La transición de los barcos de
madera a los de hierro fue
también el resultado de fuerzas económicas. Durante el siglo XVIII y las
Guerras Napoleonicas, Gran Bretaña sacrifico sus últimos grandes bosques para
construir los barcos en los que basaba su seguridad y gloria. Fueron el vapor y
el hierro, los que recuperaron a Gran Bretaña. El precio del hierro se abarato
entre 1840 y 1870. Ello prolongo la supremacía británica en construcción naval
y capacidad de embarque durante medio siglo.
Los mejores barcos de vapor de los años 40’s estaban en casi todos los
aspectos más cerca de los grandes barcos de la línea regular transatlántica del
siglo XX.
Desde comienzos del siglo XIX, los ingenieros habían sabido como hacer
maquinas más eficientes aumentando la presión del vapor. Las altas presiones
permitidas por los condensadores de superficie facilitaron a su vez un
dispositivo que utilizaba esta presión con más eficacia: la maquina compuesta. Con ello por fin los barcos de vapor
oceánicos eran lo bastante económicos como para interesar a los armadores
privados que transportaban cargamentos ordinarios.
2. EL CANAL DE SUEZ
Algunas tecnologías, como la del vapor o el hierro, nacen en la
oscuridad y solo poco a poco van cambiando su entorno a medida que evolucionan.
Mohamed Said llego a convertirse en pachá pudo comenzar el proyecto de
construcción de canal de Suez, Said otorgo a Lesseps la concesión para
construir el canal.
Hasta 1864 la excavación fue hecha por mano de obra de corvée (trabajo
penoso de los egipcios). La construcción mediante la utilización masiva de la
fuerza humana, una tradición egipcia desde el tiempo de los faraones, había
dado paso a la mayor concentración de energía mecánica jamás reunida.
El tráfico se abre en 1869. El canal de Suez acorto drásticamente la
distancia entre Europa y Oriente. Su impacto tuvo lugar en el comercio
este-oeste y en la construcción naval. En 1882 el canal estaba operando a plena
capacidad. La introducción de focos eléctricos en los barcos a partir de 1887 permitió
la travesía nocturna, reduciendo a la mitad el tiempo de tránsito. El canal
tuvo que ser reforzado, ensanchado y profundizando varias veces para acomodar a
los cada vez mayores y más numerosos barcos que lo atravesaban.
3. EL CABLE SUBMARINO
En realidad, la adicción a los datos y a la velocidad no es nada nuevo.
La necesidad de una información rápida era una de las fuerzas que había tras la
apertura de la comunicación a vapor con la India. Pero fue aún más lejos al
crear una red de hilos telegráficos y cables submarinos que transmitían
mensajes a grandes distancias a velocidades hasta entonces inimaginables.
Estos cables fueron, en palabras del historiador Bernard Finn, “la gran
tecnología victoriana”. Se diseño instrumentos para enviar y recibir mensajes e
ideo métodos para sondear los fondos marinos. Los primeros cables los tendieron
algunos empresarios o compañías formadas apresuradamente. Los años 70 vieron la
consolidación de estos grupos en un monopolio gigante.
Los cables fueron un componente esencial del nuevo Imperialismo.
Hablando crudamente, dieron valor a un puñado de islas, en su mayoría
deshabilitadas, en los más aislados rincones del mundo, estas islas servían
como estaciones de enlace para Gran Bretaña. En algunos casos los cables
sirvieron para unir a los imperios europeos, comunicaciones de negocios que
ligaban a las naciones imperialistas con sus colonias repartidas por todo el
mundo.
Los instrumentos del Imperio. Tecnologia e Imperialismo europeo en el siglo XIX de Daniel Headrick
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