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lunes, 4 de diciembre de 2017

Tecnología e Imperialismo europeo en el siglo XIX de Daniel Headrick



Antes de que los barcos de vapor oceánicos llegaran a ser un objetivo de la empresa privada, sin subvenciones, económicamente competitivos (frente a los barcos de vela para los largos viajes en las aguas orientales), varias fueron las mejoras que  primero tuvieron que realizarse, transformarlos en maquinas totalmente diferentes. Estas mejoras fueron el casco de hierro, la hélice y la maquina de alta presión.

1. LA APARICIÓN DE BARCOS DE VAPOR EFICIENTES

El hierro ofrece grandes ventajas sobre la madera como material para la construcción de barcos. El barco de hierro puede pesar una cuarta parte menos que uno de madera y tiene una sexta parte mas de espacio de carga aun conservando la misma resistencia. Va a mayores distancias con menos energía. Incluso los barcos de guerra eran pequeños. Kingdom Brunel, el mas importante ingeniero británico construyó barcos cada vez mas grandes de hierro como el Great Eastern en 1858. El hierro también ofrecía ventajas en cuanto a la forma, el hierro permitía construir barcos con cascos mas alargados, que encontraban menos resistencia y llevaban mas velas, con lo que eran mas rápidos. Eran también más seguros, duran más que los de madera. Sin embargo, las ventajas de los barcos de hierro tardaron mucho tiempo en ser reconocidas. La introducción del hierro en la construcción de barcos necesito un gran estímulo económico para superar la inexperiencia y los prejuicios de una industria secular.

La construcción, ya en serio, de barcos de hierro comenzó en los años 30, un tiempo de innovaciones sin precedentes en temas marítimos. En 1837 los Laird construyeron el Rainbow, que con sus 198 pies de eslora era el mayor vapor de hierro jamás construido. Al año siguiente el vapor conquisto el Atlántico, cuando el Great Western y el Sirius compitieron cruzando el océano en un tiempo record de quince días. Ese mismo año un nuevo método de propulsión, el propulsor a hélice se instaló en dos barcos.

La transición de los barcos de madera a los de hierro fue también el resultado de fuerzas económicas. Durante el siglo XVIII y las Guerras Napoleonicas, Gran Bretaña sacrifico sus últimos grandes bosques para construir los barcos en los que basaba su seguridad y gloria. Fueron el vapor y el hierro, los que recuperaron a Gran Bretaña. El precio del hierro se abarato entre 1840 y 1870. Ello prolongo la supremacía británica en construcción naval y capacidad de embarque durante medio siglo.

Los mejores barcos de vapor de los años 40’s estaban en casi todos los aspectos más cerca de los grandes barcos de la línea regular transatlántica del siglo XX.

Desde comienzos del siglo XIX, los ingenieros habían sabido como hacer maquinas más eficientes aumentando la presión del vapor. Las altas presiones permitidas por los condensadores de superficie facilitaron a su vez un dispositivo que utilizaba esta presión con más eficacia: la maquina compuesta. Con ello por fin los barcos de vapor oceánicos eran lo bastante económicos como para interesar a los armadores privados que transportaban cargamentos ordinarios.

2. EL CANAL DE SUEZ

Algunas tecnologías, como la del vapor o el hierro, nacen en la oscuridad y solo poco a poco van cambiando su entorno a medida que evolucionan. Mohamed Said llego a convertirse en pachá pudo comenzar el proyecto de construcción de canal de Suez, Said otorgo a Lesseps la concesión para construir el canal.

Hasta 1864 la excavación fue hecha por mano de obra de corvée (trabajo penoso de los egipcios). La construcción mediante la utilización masiva de la fuerza humana, una tradición egipcia desde el tiempo de los faraones, había dado paso a la mayor concentración de energía mecánica jamás reunida.

El tráfico se abre en 1869. El canal de Suez acorto drásticamente la distancia entre Europa y Oriente. Su impacto tuvo lugar en el comercio este-oeste y en la construcción naval. En 1882 el canal estaba operando a plena capacidad. La introducción de focos eléctricos en los barcos a partir de 1887 permitió la travesía nocturna, reduciendo a la mitad el tiempo de tránsito. El canal tuvo que ser reforzado, ensanchado y profundizando varias veces para acomodar a los cada vez mayores y más numerosos barcos que lo atravesaban.

3. EL CABLE SUBMARINO

En realidad, la adicción a los datos y a la velocidad no es nada nuevo. La necesidad de una información rápida era una de las fuerzas que había tras la apertura de la comunicación a vapor con la India. Pero fue aún más lejos al crear una red de hilos telegráficos y cables submarinos que transmitían mensajes a grandes distancias a velocidades hasta entonces inimaginables.

Estos cables fueron, en palabras del historiador Bernard Finn, “la gran tecnología victoriana”. Se diseño instrumentos para enviar y recibir mensajes e ideo métodos para sondear los fondos marinos. Los primeros cables los tendieron algunos empresarios o compañías formadas apresuradamente. Los años 70 vieron la consolidación de estos grupos en un monopolio gigante.

Los cables fueron un componente esencial del nuevo Imperialismo. Hablando crudamente, dieron valor a un puñado de islas, en su mayoría deshabilitadas, en los más aislados rincones del mundo, estas islas servían como estaciones de enlace para Gran Bretaña. En algunos casos los cables sirvieron para unir a los imperios europeos, comunicaciones de negocios que ligaban a las naciones imperialistas con sus colonias repartidas por todo el mundo. 



Los instrumentos del Imperio. Tecnologia e Imperialismo europeo en el siglo XIX de Daniel Headrick

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