El Islam se articula entorno al Corán, su libro fundamental,
siendo más que un libro una fuente en donde los islámicos encuentran normas
jurídicas, religiosas, cívicas, y normas que rigen su vida diaria.
Para los creyentes
islámicos el Corán no es un libro que haya sido escrito por un hombre, en este
caso Mahoma, sino la palabra de Dios revelada a los hombres a través de un
hombre, su profeta, Mahoma. No se considera a Mahoma como el centro de esta
religión, sino a la palabra de Dios escrita en el Corán. En tal sentido, cobra
gran valor para los islámicos la comprensión del Corán, cuyas características
centrales son:
Primeramente, que
el punto central de la religión islamita es el Corán. El Corán es la máxima
autoridad de esta religión, pues manifiesta los designios de Dios y por tanto
para los islámicos las palabras inscritas en este libro dirigen gran parte de
su vida, por cuanto el Corán es un libro vivo y sagrado, que no admite
modificaciones por cuanto lo dicho en ella esta plasmado por escrito y conocido
por todos sus fieles. Así, pueden haber existir varias interpretaciones, pero
la palabra de Dios se mantendrá tal y como fue dada al profeta.
El Corán es un
único libro, en el sentido que no es una recopilación de escritos de diferentes
autores o en épocas muy diferentes. El Corán contiene lo revelado por Dios a un
único hombre en fechas relativamente cercanas entre sí, por tanto no se exiben
grandes contradicciones.
Es un libro árabe,
que a su vez es sagrado. Ante esto manifiesta y difunde la lengua y la
escritura árabe entre sus fieles. Esto es, que por cuanto es un libro sagrado,
su difusión y recepción han hecho que se rescate y mantenga las tradiciones y
escritura árabes entre lo pueblos que profesan esta creencia
Es un libro vivo,
pues es parte de la vida diaria de los islámicos, dado que en ella se
encuentran los fundamentos más básicos y generales de su cultura. Siendo la
lectura del Corán una diaria y manifestada en público, además que esta escrita
en prosa poética por lo cual permite ser recitada.
Es un libro
sagrado, y no solo pues contiene la palabra de Dios sino porque en general, el
libro, el físico, es tratado así. Un musulmán no puede acercarse a ella sino
está purificado de alma y cuerpo, no puede tocarlo con las manos sucias y debe
de realizar un ritual para poder comenzar a leer sus páginas.
El Corán que se
tiene, piedra angular del islamismo, es en sí una recopilación posterior de lo
expuesto por Mahoma en sus predicaciones, pero sin embargo es aceptado por sus
fieles como la verdadera palabra de Dios. La diferencia entre el Corán y los
otros libros considerados sagrados, es que
para su recopilación no se utilizaron muchos años, tan solo unos años
posteriores a la muerte de Mahoma, pues este no dejo un texto compilado de sus
revelaciones. Sus escribas lo hicieron muy dispersamente y sobre diferentes
materiales que se iban acumulando en los 22 años que Mahoma hizo su predica. Lo
alentador es que al ser recitado por Mahoma públicamente y en voz alta, sus
palabras, fueron más asequibles de conocerse entre sus fieles.
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