Al encuentro
de la Historia
con las demás ciencias sociales, se puede apreciar un nuevo despertar en ella;
ya que de la visión narrativa y simplemente descriptiva que se tenia de la Historia con influencia
positivista, se ha pasado a una visión mucho mas científica, a una
historiografía que trata de explicar a través del análisis los hechos.
Valiéndose del aporte de otras ciencias, como de la economía, la Historia puede trabajar
con datos y cifras que le permiten respaldar sus hipótesis. Esto es muy
importante para su avance como ciencia, puesto que ya no solo se trata de
encontrar posibles causas sino que se pueden sustentar con mucho más rigor los
postulados, y de esta forma evitar caer en la especulación, que es muy
perjudicial cuando se habla de sociedades del pasado.
Además de
hacer con ello, una historia problema, no solo dispuestas a relatar los hechos,
sino a cuestionar de que manera un hecho puede repercutir dentro de una estructura
social, entendiendo que esta implica estructuras sociales, económicas y
mentales.
La renovación
que experimenta la historiográfica en el siglo XX es muy provechosa para ella, puesto que le permite expandir su análisis de estudio a uno mas complejo y global dentro
del devenir histórico. Sin embargo, todo este proceso ha sido gratificante, pero
ha ocasionado que la Historia
trate de integrar dentro de sí a todas las demás ciencias del hombre, con
resultados algunas veces inconclusos.
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