El estreno del sufragio universal masculino directo de 1869, con especial atención en la cuidad de Madrid, se presentará como una modalidad de voto nueva y que traerá una nueva perspectiva de los nuevo actores sociales que intervendrán en el proceso. Así mismo lo que supuso la ampliación de una cantidad de votantes, las diversificaciones de opiniones que se ofrecían ante un nuevo mercado político. Los resultados del sufragio a su vez podrán mostrar una radiografía social de la cuidad con respecto a sus tendencias ideológicas e intereses.
El sufragio universal, de manera indirecta, ya había tenido un previo ensayo de implantación en la constitución de Cádiz de 1812, pero que fue levantado debido a los temores liberales del voto universal directo y podría que llevar al triunfo a los enemigos de la revolución. Después de ser relegado por las posteriores constituciones, es durante la Revolución de setiembre de 1868 que resurge como uno de sus emblemas, plasmada en sus manifiestos y en el Decreto de 1868, pero distaba de una dirección de orden político. El 16 de noviembre del 1868 se aplico en las elecciones municipales y tras este ensayo, a las generales de mediados de enero de 1869.
El Decreto contenía disposiciones muy minuciosas con
respecto al voto, como el voto a todos los españoles mayores de 25 años, el
sistema de listas abiertas, la posibilidad de tacha por parte del votante a candidaturas, así como los
procesos durante el ejercicio del voto.
A pesar de un gobierno provisional y a la vehemencia
política de los partidos, las elecciones se llevaron a cabo durante tres días
16,17 y 18 de enero, las cuales tuvieron en tema la forma del régimen
(Monarquía o Republica) y la forma religiosa (defensa del catolicismo o libertad
de culto).
El distrito capital
(Madrid) será la principal atención de los partidos, las candidaturas
estuvieron presentes por los carlistas
moderados, monárquico- democrático
(la celadora de los valores de Setiembre) y Republicano, al que se sumaron figuras independientes.
- Con
respecto a los carlistas moderados,
ellos realzaban la defensa de la unidad católica, la cual ya estaba muy ligada
y calificada como derecha absolutista. Candidatura que tuvieron un respaldo
poco significativo (hasta humillada) y sumandos en un ambiente de confusión.
-
La monárquica-
democrática correspondía las fuerzas de la revolución progresista,
unionista y democrática, con figuras como Prim, Serrano, Becerra, Rivero. En
cuanto los republicanos se centró en la búsqueda de candidaturas únicas y un
discurso para agitar a la población con la violencia armada, pero lograron
reafirmarse con la presencia de personalidades
que tuvieron gran respaldo.
El escenario
electoral se desenvolvía en un ambiente de entusiasmo e improvisación. La apertura
ante el proceso electoral permitió a sectores bajos su participación, dejando
abierta la atención de los grupos radicales, pero que a su vez se encontraba
ante un electorado inexperto y envuelto ante vertiginosos acontecimientos
políticos. Al llevarse durante tres días las votaciones y a su vez ser
proclamado los resultados de las listas ganadoras cada día, hacia fluctuar al
electorado.
La campaña estuvo marcada por el uso de los medios de
prensa y los comunicados, la confrontación de linotipias, nada distinto de los
periodos anteriores marcados por modos tradicionales. No se centraron en
programas, sino casi exclusivamente al tema del régimen; y, las candidaturas
conservadoras al tema de la base religiosa.
Cada facción política manejó su campaña por medio de sus
rotativas, así los cartistas “La
Esperanza ”, “El Pensamiento Español”, “La Nación ” y “La Iberia ” se alzaron como
portavoces de los progresistas.
La prensa jugará un papel importante ante un nuevo
escenario e innovación de sufragio. No se ha podido constatar que se hayan
realizado algún tipo de campaña como organización de mítines, conferencias o
debates de las organizaciones intervinientes en el proceso electoral.
Los resultados dieron el triunfo a la coalición de la
revolución septembrina, los republicanos con expectativas de permanecer en el
escenario político y los carlistas una derrota muy marcada.
Imagen de Internet |
El estreno del sufragio universal en Madrid (1869), Antonio
Fernández García.
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