Índice
Introducción
I. El Virreinato del Río de la Plata y los orígenes
de la IndependenciaArgentina
1.1- Organización colonial rioplatense
1.2- De la Junta de Gobierno
de Buenos Aires y el Primer Triunvirato
II.- La llegada del General José de San Martín y la Formación del
Regimiento Granaderos a Caballo (1812)
2.1- Antecedentes militares
2.2- El
arribo de San Martín a Argentina
2.3-
Organización del Regimiento
III.- Participación política de los Granaderos en la Independencia
Argentina. (1814-1815)
3.1- Proceso político
3.2- El
modelo de los granaderos para la consolidación del ejército.
I. El Virreinato del Río de la Plata y los orígenes
de la Independencia Argentina
1.1- Organización colonial rioplatense
Economía
Para el S: XVII e inicios del S. XIX el
poder económico residía en los colonos, propietarios urbanos y rurales entre
los cuales había una minoría de peninsulares y una proporción mas grandes de
criollos. Aunque la finca ganaba en importancia, la mayor fuente de riqueza
provenía del comercio exterior y el comerciante tenia mas presencia que el
estanciero. Esto favorecía a los españoles contra los criollos porque dominaban
el comercio transatlántico. Su cantidad aumento la actividad comercial hacia
1770. Así llegaban nuevos inmigrantes.
El productor
rural de Buenos Aires y el refuerzo del control comercial fueron afectados por
la ausencia de verdaderas estancias, la división de tierras en numerosas
propiedades, la vulnerabilidad de estas en los incursiones indígenas, la
existencia de un numero de pequeños y débiles productores a merced de
compradores porteños. Con esto también vemos que los favores internos de Buenos
Aires juegan en su propia contra.
Su
producción rural de no fue orientada a exportar. El ganado y el pasto eran, en
cambio, los más abundantes. Esta ciudad iba también hacia la agricultura pero
la producción se retraía por el control de precios y de la exportación.
Es así que
en este contexto. La economía del Río de La Plata ya estaba lista
para expandirse. La base de tal paso estaba en que Buenos Aires sea un nuevo
puerto de Sudamérica y su vinculación con la minería del Alto Perú. Sin embargo
el tráfico con Europa siguió sujeto a la política imperial. Acerca del modelo
económico a seguir se inicia un debate sobre la práctica a exportar, hacia
fines del S: XVIII: Monopolio comercial vs. Liberalización del comercio. Buenos
Aires planteaba el monopolio pero muchos criollos buscaban la expansión y
liberalización económica. Pero ninguna postura representaba la opinión de
ciudades del interior: Córdoba, Mendoza, Tucumán, etc. donde la agricultura y
la industria abastecían los mercados locales.
Este
virreinato vivió de manera muy agitada entre 1795 y 1810 a causas de
las guerras. En tal contexto, la economía no estuvo a salvo. Hacia 1796 hubo
problemas con Gran Bretaña. Los británicos hicieron un bloqueo naval, bajando
las exportaciones e Buenos Aires en más de la mitad de sus ingresos. En 1795 se
dio un permiso para comercializar con las colonias del extranjero pero en 1802
esto generó un amplio desacuerdo entre liberar el comercio o monopolizar.
La guerra
con los británicos se reanuda en 1804 y la producción baja. En 1808 el comercio
ingles se retiro de Buenos Aires y Montevideo. El debate entonces entra en otra
etapa. Los criollos pidieron reforma comercial. Se recomendó un limitado
comercio con sus naciones aliadas de España. La administración, con esta
medida, se beneficio porque el contrabando de la zona fue reemplazado por el
libre comercio pero los peninsulares sufrieron. Entonces, se decidio la
“independencia económica”.
Sociedad
La
producción histórica nos muestra que aquellos lugares que se llamaban ciudades
solo eran caseríos, salvo excepciones como Buenos Aires. En ellas abundaban
inconvenientes derivados del clima y de la falta de recursos para la vivienda,
la higiene, etc. En contraste, los que disponían de medios tenían grandes casa,
mansiones, muebles, fuentes, cuadros e instrumentos musicales. Agreguémosle la
caballeriza, coches y buena provisión de alimentos.
Esta
sociedad llega a constituirse por una serie de elementos: el ímpetu vital en
sus fundadores y pobladores, la espiritualidad de la Iglesia Católica puesta
en la evangelización, de educación y asistencia y, al mecanismo administrativo
dictado desde España. Esto permitió que esta sociedad sea la base de las
transformaciones de la región. La actividad comercial, el rápido crecimiento y
la propiedad son productos del surgimiento y adhesión de grupos sociales.
Comienza a
marcarse entonces la forma de vida. Aumenta el número de funcionarios, hay una
mayor aspiración a seguir estudios universitarios, se identifican las lecturas
de autores de la época, se viaja mas frecuentemente a España, se intercambian
ideas con los extranjeros, se estudia la naturaleza, etc.
El conjunto
rioplatense desarrollo aspiraciones y comprobada que se producían sucesos
importantes en su entorno: la expulsión de los jesuitas, lucha contra los
portugueses, la creación de nuevos organismos institucionales y de cultura. Tal
aspiración se remonta al último tercio del S: XVIII cuando aparecieron nuevas
expectativas y ansias de mejoramiento económico y búsqueda de ciertos cambios.
Los grupos superiores aceptaron las
transformaciones políticas: Virreinato e Intendencia, y mostraron su
colaboración. Se beneficiaban, además del comercio libre, sintiéndose un
bienestar económico.
Por su
parte, la burguesa adquiría una predominancia. Ella actuaba activa y
prósperamente. La integraban los escasos títulos nobiliarios, comerciantes,
hacendados, profesionales, gente con bienes patrimoniales, altos empleados del
gobierno, militares, industriales y publicistas Era una clase social
nueva que aspiraba el progreso material, con deseos de participar en el
gobierno de la ciudad o de influir en el, con ganas de que se reconozcan sus
meritos culturales y su habilidad en el comercio, dispuesta a colaborar en las
reformas, buscando una libertad de comercio mayor impulsando medidas de
progreso en la explotación agrícola-ganadera.
Esto chocaba
con el criollo del interior que se apegaba a ciertos usos y costumbres
familiares. Su patricidio fundado sobre el prestigio social había armado la
estratificación de los grupos. Se dedicaban más a labores ganaderas, mineras y
agrícolas.
Ambas
clases, burguesía y criollo, formaban el grupo social alto. Poseían medios
económicos. Se educaban en colegios y universidades (de preferencia Derecho).
Comprendían que podían dirigir las instituciones.
A ellas se
suma la presencia de los habitantes del campo. Son arrendatarios o aparceros,
troperos y peones. Se distinguieron en cuatro grupo mestizos: gauderios, vagos,
materos y cuatreros.
También
existían matices. El Alto Perú fue uno que estuvo asentado de indígenas. Allí
la administración no ha podido resolver los temores y enfrentamientos. Otro es
le Paraguay, con sus problemas, derivados del enfrentamiento con los
portugueses.
Política
En 1776 se creo el Virreinato del Río
de la Plata. Tal medida constituyo la primera reunión de un
cuerpo político en esta región de Sudamérica. A las provincias o gobernaciones
de Paraguay, Buenos Aires, Tucumán se agregaron a las jurisdicciones de la
Audiencia de Charcas y el Corregimiento de Cuyo.
La creación
política, como medida gubernamental, vino a satisfacer las aspiraciones de la
corona. Al haber presencia del Estado español la zona pudo tener posibilidades
de crecimiento para enfrentar peligros exteriores y de la misma sociedad dado el
aumento demográfico, lo mismo en los recursos y en la producción.
El gobernar
este virreinato requiera tener mucha prudencia por la geografía, la compleja
organización administrativa, cultural, social, económica y militar de sus
partes. Se debía ver si el nuevo orden en América del Sur no constituía
problemas por la acción del gobierno. El crear virreinatos conllevaba a romper
la organización anterior.
Lo mismo se
vio en la reforma de Intendentes (1782-83) por ser un vinculo entre España y
las colonias y estableciendo funcionarios que fomenten la economía de las
regiones y su progreso. Estos funcionarios buscaban reorganizar la
América española ante la influencia ejercida por los jesuitas. En el Río
de la Plata las intendencias fueron ocho y nueve durante un tiempo
contando a Puno (integrada entre 1789 y 1796): Intendencia de Buenos Aires, de
Córdoba de Tucumán, de Salta de Tucumán, del Paraguay, de Potosí, Cochabamba,
Chuquisaca y La Paz. A estos acompañó a organización en cuatro gobiernos
militares: Montevideo, Misiones, Moxos y Chiquitos. En este virreinato las
funciones de los intendentes estaban en cuatro aceptos: justicia, policial,
hacienda y guerra.
1.2- La junta de Gobierno de Buenos Aires y el Primer Triunvirato
Revolución de Mayo (Mayo de 1810)
El 13 de mayo de 1810 llegó a Buenos
Aires una fragata comunicando la noticia de que las tropas de Napoleón
Bonaparte habían invadido España y apresado al rey Fernando VII. Cuando estas
noticias se conocieron en Buenos Aires desencadenaron el proceso
revolucionario. Sus causas son la debilidad y el desprestigio de la monarquía;
el sistema de funcionarios, que favorecía casi exclusivamente a los españoles
peninsulares, y la rivalidad entre criollos y peninsulares. Por ello se genera
la muestra de fuerza de los criollos y la evidencia de la debilidad de las
autoridades españoles producto de las Invasiones inglesas; y los movimientos
ideológicos de la Ilustración.
Luego de la llegada de las noticias
acerca de la caída del rey español, el viernes 18 de mayo de 1810 el grupo
revolucionario formado por Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Nicolás
Rodríguez Peña, Juan José Paso, Antonio Luis Beruti y otros sostuvieron reuniones
con Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios, en las que decidieron
solicitar una convocatoria a Cabildo abierto. Luego de varias conversaciones se
decido formar una junta presidida por Saavedra.
Además, se dispuso el envío de una expedición
de quinientos hombres para auxiliar a las provincias del interior argentino. El
Cabildo exigió la ratificación del pedido por parte del pueblo reunido en la
plaza. Los revolucionarios amenazaron entonces con recurrir a las armas, con lo
cual los cabildantes debieron acceder y nombrar a la nueva junta, conformándose
entonces la Junta Provisional Gubernativa o Primera Junta.
Primera Junta o Junta de Gobierno de Buenos Aires
La Junta Provisional Gubernativa,
o Primera Junta, juró en la tarde del 25 de mayo de 1810. Su formación marcó el
comienzo del ejercicio del poder por parte de los criollos, prescindiendo de
las autoridades existentes en España. El resto de la organización virreinal
siguió intacta: audiencias, gobernadores, intendentes y cabildo permanecían en
sus funciones. La Junta envió una circular a las provincias
solicitando la designación de representantes para unírseles. El 28 de
mayo la Junta dictó su propio reglamento. Las milicias fueron
transformadas en regimientos regulares, dando origen al ejército de la
revolución.
Sin embargo los funcionarios españoles
se resistieron al desplazamiento de Cisneros. Surgió así el problema de la
contrarrevolución. En Buenos Aires los principales núcleos de oposición
fueron la Audiencia, el Cabildo y el ex virrey. La Audiencia no
reconoció a la Junta. Esta dispuso, en junio de 1810, la detención de
Cisneros y de los miembros de la Audiencia y su embarque hacia
España. El Cabildo continuó en la oposición, hasta que sus integrantes fueron
reemplazados por partidarios de la revolución. En el interior, las autoridades
de Córdoba, Potosí, Cochabamba, La Paz, Chuquisaca, Paraguay y Montevideo
desconocieron el poder de la Junta Gubernativa. Se organizaron
movimientos contrarrevolucionarios, el más peligroso por su cercanía de Buenos
Aires fue el de Córdoba que, dirigido por Liniers, estableció contactos con las
autoridades alto peruanas y reunió fuerzas para resistir.
A medida que la revolución se
consolidaba, Mariano Moreno señalaba la necesidad de la reunión de un congreso
general de los pueblos para la organización definitiva del Estado. Este
proyecto que aspiraba a la organización constitucional (basándose en la
soberanía popular) contaba con el apoyo de Belgrano, Castelli, Paso, Larrea,
Azcuénaga y de la juventud porteña, conformándose el grupo “Morenista”. Sin
embargo, amplios sectores de la sociedad adoptaron una posición más moderada,
postergando la definición sobre la forma de gobierno. Este grupo ha sido
denominado moderado o “Saavedrista”, porque lo encabezaba Saavedra, el
presidente de la Primera Junta, y contaba con el apoyo de los cuerpos
militares.
Las tensiones entre ambos grupos
crecieron cuando Moreno presentó un proyecto para reservar los honores
a la Junta, eliminando los destinados al presidente. Las ciudades del
interior, cumpliendo lo dispuesto en la circular del 27 de mayo, enviaron sus
representantes a la capital, para ser incorporados a la Junta.
Gregorio Funes, diputado de Córdoba, lideró el grupo. Moreno se opuso a
integrarlos a la Junta, consideraba que debían formar el Congreso General
de los pueblos para sancionar la constitución y establecer la forma definitiva
de gobierno. Advertía que aumentar el número de integrantes del ejecutivo
atentaría contra la unidad de criterio y la rapidez de la toma de decisiones.
La Junta Grande (1810-1811)
Con la integración de los diputados del
interior por orden de ésta, la Primera Junta se transformó en la
Junta Grande, constituyéndose el primer gobierno con representación nacional.
Sin embargo, el excesivo número de sus miembros y las múltiples tendencias
internas dieron lentitud a sus tareas.
La guerra iniciada contra los
funcionarios españoles que no reconocían el nuevo gobierno se extendió al Alto
Perú, el Paraguay y la Banda Oriental. En el Alto Perú los realistas
recuperaron la región. En el Paraguay una expedición dirigida por Belgrano fue
derrota en Paraguarí (9 de enero de 1811) y Tacuarí (9 de marzo de 1811). No
obstante, el 14 de mayo de 1811 estalló en Asunción una revolución liderada por
liberales que destituyó al gobernador y estableció una Junta local. Desacuerdos
con el gobierno de Buenos Aires impusieron una política aislacionista que
mantuvo al Paraguay al margen de la guerra por la
independencia. En la Banda Oriental estalló una
insurrección de la población rural contra las autoridades españolas de
Montevideo. El movimiento cobró fuerza bajo la jefatura del hacendado José
Gervasio de Artigas. El gobierno Buenos Aires los enfrento pero la flota
española dominó el río y bloqueó el puerto de Buenos Aires.
A mediados de 1811 la situación militar
se tornó desfavorable. Se decidió la creación de un Ejecutivo de tres miembros,
responsables ante la Junta.
El Primer Triunvirato (1811-1812)
El Primer Triunvirato asumió el 23 de
septiembre de 1811 y se abocó a la tarea de elaborar un documento para
establecer las atribuciones de cada poder y el funcionamiento del gobierno,
redactando el 22 de octubre de 1811 un Reglamento Orgánico que adoptaba el
principio de división de poderes. El Poder Ejecutivo se delegaba en el
Triunvirato, que respondía ante la Junta Conservadora.
El Triunvirato disolvió esta Junta por
considerar que ella se reservaba excesivos poderes, dejó sin efecto el
Reglamento Orgánico y asumió la totalidad del gobierno. En diciembre de 1811
estalló un golpe contra el Triunvirato y tropas del gobierno lo reprimieron. El
Triunvirato suprimió las juntas provinciales, demostrando su tendencia
centralista. También postergó la definición del tema de la independencia
y la Constitución.
Mantuvo la política de aparentar
fidelidad a Fernando VII, aunque la guerra continuó. En el Norte vencieron a
los realistas. En el Litoral, se puso contener el avance portugues.
A la par del
Triunvirato se formo la Logia Lautaro, una sociedad secreta integrada por
un grupo de jóvenes americanos, con la finalidad de luchar por la independencia
y la organización constitucional de América. La Logia matriz residía
en Buenos Aires y estaba presidida por Carlos María de Alvear. Ella se decidió
dar un golpe de fuerza. Movilizó a las tropas exigiendo una renovación de los
miembros del gobierno y la Sociedad Patriótica (quien en un principio
apoyaba al gobierno, pero luego comenzó a criticarlo) recurrió a las peticiones
públicas y a la movilización de vecinos. En 1812 la Logia Lautaro, no
estuvo conforme con la postura conservadora del gobierno, organizó un
movimiento que lo derrocó y formó el Segundo Triunvirato con personas de su
confianza.
II.- La llegada del General José de San Martín y la
Formación del Regimiento Granaderos a Caballo (1812)
2.1- -Antecedentes militares
Los Granaderos de Infantería
Los Granaderos a caballo tiene su
origen en los Granaderos de Infantería, creados en el e siglos XVII
por Luís XIV Rey de Francia. Al principio estos se llamaron “enfants perdus”
por sus labores arriesgadas siendo parte de cada Compañía de Infantería de
línea. Sus miembros debían ser de tallas elevadas, ágiles y valientes. Sus
armas solo fueron un hacha, un sable y un saco llamado granaderia que contenía
doce granadas.
En 1670 fue reunido en una compañía
independiente y en 1672 se decreto que cada batallón tuviese su propia compañía
granadera, armada de fusil con bayoneta. Tras esta experiencia militar en
Francia, todas las potencias siguieron tal caso, organizando sus unidades de
granaderos convirtiéndose en tropas de primera calidad.
Sin embargo, los Granaderos de
Infantería en la Francia Napoleónica, llegaron a superar a sus
similares de los demás ejércitos. Es así que se tuvo glorias en las batallas de
Austerlitz, Fiedman y otros.
Los Granaderos a Caballo
Los
Granaderos a Caballo son producto del régimen analizado en el acápite anterior.
Se inicio en 1676 cuando Luís XIV decreto ese nombre bajo la formación de una
caballería que lucharía a pie y a caballo. Su armamento fue el sable y la
pistola. Fue incorporada a la tropa real.
En las
guerras del S- XVIII desempeño un papel muy importante. Durante el Imperio
Napoleónico formaron parte de la guardia imperial y se distinguieron bastante
en Austerlitz (“la batalla modelo”), destrozando a los Granaderos a caballo
rusos. Sin embargo, fueron vencidos en Waterloo. En la
Restauración formaron parte de la Guardia Real. El grupo
dejo de existir en 1830 cuando el gobierno de Luís Felipe modifico la
caballería.
En España se
intento organizar una institución de este tipo. En 1811, luego del retiro de
San Martín de España, se formo un regimiento Granaderos a Caballo. Ello se hizo
en base a Húsares y tropas de Infantería. Pero el cuerpo fue disuelto en 1813,
distribuyéndose en la infantería.
2.2- El arribo de San Martín a Argentina
San Martín en Argentina
San Martín
lucho contra el Imperio napoleónico combatiendo en el ejercito de Andalucía
(donde se distinguió) y en Bailen. Por su comportamiento ejemplar fue
mencionado en la orden del día, ascendiendo a teniente coronel y condecorado
con una medalla de honor. Luego actuó en las batallas de Tudel y Albuela.
Entonces
decidió regresar a América del Sur. Seguía los hechos políticos en la región y
comprendía que habría muchos esfuerzos para alcanzar la Independencia.
El 15 de
octubre de 1811, a sus 33 años, abandono España y paso por Inglaterra
parta luego trasladarse a América. Es así que parte en enero de 1812 y llego
luego de dos meses a Buenos Aires. Económicamente, no tenían nada de fortuna
mas que su sable. Lo único que tenia era su experiencia militar. Le atraía la
idea de una grande insurrección en la que había sido actor participe. La lucha
en España le mostró el poder de as fuerzas populares en una guerra nacional.
También aprendió que una larga guerra se triunfa con una sólida organización
militar. Sabia también que una vez que se resuelva el conflicto dentro de
España y con Napoleón, se enviarían tropas a las colonias.
A pocos días de arribar a Buenos Aires,
el Triunvirato le encomienda la formación de un cuerpo de caballería. En esa
fecha existía el regimiento de Dragones de la
Patria. Esta estaba fraccionada en lugares de operación: dos
escuadrones en la Banda Oriental y otros en el ejercito del
Norte.
2.3- Organización del Regimiento
Primer escuadrón
El 16 de marzo de 1812 fueron expedidos
los despachos para San Martín, como comandante del escuadrón, y para Zapiola,
como capitán de la 1° compañía. El 17 de marzo fue expedido el despacho para
Alvear como sargento mayor. El 24 de marzo fueron expedidos los despachos de
Vergara, como capitán de la 2° compañía, los tenientes Bermúdez y Murillo, los
alfereces Bouchard y Necochea, el porta-estandarte Manuel Hidalgo y el 6 de
mayo al ayudante mayor Luzuriaga.
Totalizando una fuerza de 2 jefes, 8
oficiales, 9 sargentos, un trompeta, 3 cabos y 31 granaderos, los efectivos, se
hallaban distribuidos de la siguiente manera:
-Comandante del Escuadrón: teniente coronel José de San Martín
Sargento Mayor Carlos María de Alvear
Ayudante Mayor Francisco Luzuriaga
Portaguión Manuel Hidalgo
-Primera Compañía
Capitán José Matías Zapiola
Teniente Justo Bermúdez
Alférez Hipólito Bouchard
-Segunda Compañía
Capitán Pedro Vergara
Teniente Agenor Murillo
Alférez Mariano Necochea
Organización y reclutamiento
El nuevo regimiento buscaba funcionar
como ejemplo de profesionalismo y perfeccionamiento para el resto de las
fuerzas. Tal aspiración se correspondería con la visión que San Martín tenía
sobre el futuro mediato de las fuerzas militares modernas: confiaba en una
rigurosa disciplina militar, evocada no sólo en las maniobras y el
entrenamiento, sino también en la esfera social del militar, que debía
funcionar como figura ejemplificadora no sólo para sus camaradas de armas sino
también para el resto de la sociedad. Así, quedarían delineados desde el
nacimiento del Ejército, los valores y fundamentos primarios que San Martín
esperaba se convirtieran en los basamentos del accionar del Ejército Argentino:
la estricta disciplina y la conducta ejemplar.
San Martín dispuso el reclutamiento de
los hombres más aptos y estipuló un estricto código de disciplina, que hasta el
día de la fecha, bajo la denominación de "Código de honor
sanmartiniano", rige el accionar diario de los Granaderos a Caballo:
-Uniformidad
El uniforme primitivo de este cuerpo
modelo que llegó á componerse de cuatro escuadrones era el siguiente:
Jefes y oficiales. Sombrero falucho, y
en cuartel, gorra azul chata ó de pastel sin visera y de galón ancho, Casaca
larga de paño azul, peto acolchado, vivada con nueve botones dorados, y dos
granadas de oro en el estremo de cada faldón, corbatín calzón de punto o de
brin blanco bien ajustado, bota granadera con espolín, catalejo militar, y
cartera pendiente al costado de una especie de bandolera donde guardaban los
avíos para levantar croquis del terreno у un diario prolijo de la marcha,
obligados á llevar. Espada sable de 36 pulgadas, guante de ante con
manoplas, capote de paño. Silla húngara con pistoleras cubierta hasta el arzón
con un chabrac de paño azul franjeado de oro con granadas de lo mismo en sus
dos ángulos los que remataban en una borla balija a la grupa.
Tropa. Gorra azul de pastel sin visera,
ó casco sencillo carrillera de metal escamado, granada al frente y un pompón
verde, cambiado poco desipues por el penacho punzó alto. Casaca larga azul,
vivos encarnados, con palas de bronce escamado y cuatro granadas amarillas en
el estiemo de los faldones, botón dorado con el sol y el lema: "viva la
patria" y en el extremo del reverso "granaderos á caballo",
calzón azul de paño, bota granadera con espuela de fierro; capote. Su arnés
consistía en el sable corvo adelgazado á "molejón", carabina de
chispa, y lanza. No permitiéndoseles caballo de diestro, el de montar era
generalmente tordo, crinado, de cola al corvejón, herrado y mantenido á pienso;
formando su arreo al recado del país, cubierto con un caparazón de paño azul,
adornado de fajas, y dos granadas con borlas punzó en las puntas; balija de
cuero. En la lista contestaba el granadero por su nombre de guerra. Ningún
oficial podia tutearlo ni ocuparle en servicio alguno que no fuera
estrictamente militar. Una mancha, raspón en el uniforme, un botón menos ó mal
abrochado costaba un dia de policía. Acostumbraban el pelo corto y la mirada
mas arriba del horizonte.
Código de Honor
De la misma forma en la que San Martín
reclamaría de los granaderos el acatamiento de una conducta ejemplar frente a
la sociedad y el Ejército, haría caso irrestricto de tales disposiciones
sosteniendo como forma de vida la política de "predicar con el
ejemplo".
La férrea disciplina, el culto al valor
y al honor, la exigencia y rigurosidad en la instrucción física y militar
quedarían entonces patentes en las siguientes disposiciones, establecidas en
aquel entonces como la lista de "Delitos por los cuales deben ser
arrojados los oficiales", a fin de establecer una norma de conducta para
los oficiales del regimiento que sentara el ejemplo para el resto de la tropa.
Esta dicta:
- Por cobardía en acción de guerra, en la que
aún agachar la cabeza será reputado tal.
- Por no admitir un desafío, sea justo o
injusto.
- Por no exigir satisfacción cuando se halle
insultado.
- Por no defender a todo trance el honor del
cuerpo cuando lo ultrajen a su presencia o sepa ha sido ultrajado en otra
parte.
- Por trampas infames como de artesanos.
- Por falta de integridad en el manejo de
intereses, como no pagar a la tropa el dinero que se haya suministrado
para ella.
- Por hablar mal de otro compañero con personas
u oficiales de otros cuerpos.
- Por publicar las disposiciones internas de la
oficialidad en sus juntas secretas.
- Por familiarizarse en grado vergonzoso con los
sargentos, cabos y soldados.
- Por poner la mano a cualquier mujer aunque
haya sido insultado por ella.
- Por no socorrer en acción de guerra a un
compañero suyo que se halle en peligro, pudiendo.
- Por presentarse en público con mujeres
conocidamente prostituídas.
- Por concurrir a casas de juego que no sean
pertenecientes a la clase de oficiales, es decir, jugar con personas bajas
e indecentes.
- Por hacer un uso inmoderado de la bebida en
términos de hacerse notable con perjuicio del honor del cuerpo.
Desarrollo
El rigor en la preparación y
capacitación de los efectivos exigida por San Martín a la larga retrasaría la
conformación definitiva del cuerpo. No obstante, pese a las complicaciones y al
apremiante transcurso del tiempo revolucionario, el 11 de septiembre de 1812 se
decretó la creación del segundo escuadrón y el 5 de diciembre se dispuso la
creación del tercero.
Ya para este momento, la autoridades
nacionales, hacen referencia a San Martín con el título de Comandante de
Granaderos a Caballo, y fue ascendido a coronel el 7 de diciembre de 1812,
fecha en que se creó el Regimiento de Granaderos a Caballo en base a los tres
escuadrones.
También en 1812 fue trasladado el
regimiento desde los precarios establecimientos del "Cuartel de la
Ranchería", hasta los terrenos del "Cuartel de Retiro", (en
aquel momento ocupado por el Regimiento de Dragones de la Patria), más
aptos para las labores de instrucción militar y entrenamiento.
En diciembre de 1812 el capitán Francisco Luzuriaga recibió el despacho
de sargento mayor del regimiento, debido a que Rojas fue nombrado comandante
del 3° Escuadrón. En junio de 1815 José Melián recibió los despachos de
comandante del 4° Escuadrón, que se organizó.
III.- Participación política de los Granaderos en la Independencia
Argentina. (1814-1815)
3.1- Proceso político
En la noche del día 2 de febrero de
1813, tras días de marcha forzada, San Martín y los granaderos arribaron al
convento de San Carlos, en San Lorenzo La incursión se enmarcaba en la misión
asignada por el Gobierno de Buenos Aires al coronel del recientemente formado
regimiento. Se le ordenaba destacar una sección de su unidad para proteger las
costas del Río Paraná desde Zárate hasta Santa Fe, en prevención de posibles
incursiones enemigas; en tal situación, y por la sumatoria de la más intrincada
cadena de circunstancias casuales, es que San Martín toma conocimiento del
futuro desembarco realista en las cercanías del convento, y decide aprestarse a
su encuentro para evitar el reabastecimiento de víveres de la flota española en
tierra a fin de retrasar o evitar futuros avances en tierra.
El plan de San Martín era aguardar el
arribo enemigo con los granaderos al amparo de los muros del convento; frente a
éste se extiende una alta planicie, muy propicia para las maniobras de
caballería; más allá, el borde de un barranco acantilado, y luego unos 300
m de playa hasta la orilla. El objetivo era evitar que los españoles
sospecharan su presencia, lograr que se acercaran hasta el terreno mencionado y
una vez allí lanzar el ataque sin darles tiempo de organizar la defensa.
San Martín estudió las posiciones y
disponibilidad de recursos del enemigo, y dispuso la división de su contingente
en dos escuadrones: el 1º, al mando del capitán Justo Bermúdez, con órdenes de
flanquear y cortar la retirada a los invasores; y el 2º, a su propio mando. El
comandante arengó a sus hombres, que se hallaban a punto de combatir por
primera vez, y explicó a Bermúdez que le daría las órdenes posteriores una vez
en combate, otorgando a ambos escuadrones sus posiciones a izquierda y derecha
del convento, a la espera de la orden de ataque.
A la señal del clarín ambos escuadrones
se lanzaron sobre las líneas enemigas, formadas por unos 250 hombres dispuestos
en dos columnas paralelas con el pabellón desplegado, y dos piezas de
artillería al centro. Los realistas sólo atinaron a replegarse en forma
desorganizada sobre las mitades de retaguardia, intentando repeler el
sorpresivo poder de la carga simultánea impartida por ambos flancos de las
líneas de tropa, a lo que respondieron con fuego de mosquete y bayoneta calada.
San Martín y sus hombres triunfaron.
Frente al sorpresivo embate de las fuerzas revolucionarias, los realistas,
desconcertados, escaparon del campo de batalla dejando atrás su artillería,
muertos y heridos, intentando banalmente reagrupar sus fuerzas cerca del borde
del acantilado, sin lograr mayores éxitos gracias a la diligencia del escuadrón
liderado por el Capitán Bermúdez, quien presionó a las columnas enemigas en
retirada.
En menos de cuarto de hora y contando
entre la nómina de bajas a veintisiete heridos y quince muertos, (entre los que
cabe destacar al Capitán Bermúdez, herido de bala en la última carga de su
escuadrón y al Teniente Manuel Díaz Vélez, caído por el desfiladero), el
regimiento de Granaderos a Caballo y su capitán habían alcanzado la primera
victoria en la guerra de emancipación argentina.
Lograda aquella primigenia victoria del
coronel José de San Martín en San Lorenzo, el papel del Regimiento de
Granaderos a Caballo se vería destacado ante los ojos del gobierno de Buenos
Aires, que decidió nombrarlo Comandante de las fuerzas de Capital, y le asignó
la tarea de proteger a los recién liberados territorios de los futuros ataques
realistas.
Tras las derrotas de los
independentistas en Vilcapugio y Ayohuma y la retirada del ejército de Manuel
Belgrano, quien trataba de retrasar el avance enemigo empleando su táctica de
"tierra arrasada", San Martín debía contener a los españoles en la
frontera norte y quitarles el control de Montevideo (ciudad peligrosamente
cercana a Buenos Aires y que servía de punto de abastecimiento y concentración
de tropas para el ejército realista). El gobierno de Buenos Aires lo envió
entonces en auxilio de Belgrano, próximo a arribar a Tucumán. Para tal tarea,
se destinó al 1º y 2º escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo, y se le
sumaron el 1º batallón del 7º Regimiento de Infantería y un contingente de 100
artilleros, quienes lograron llegar a Tucumán el 12 de enero de 1814.
En esta campaña San Martín se encontró
con Belgrano en la reunión de la "Posta de Yatasto", en 1814. A partir
de entonces el Regimiento protagonizó una serie de escaramuzas y encuentros
armados sucesivos, haciendo uso de técnicas de combate convencional y de guerra
de guerrillas. Las guerrillas de Humahuaca, Yavi, Casabindo, Toldos, Bermejo,
el combate de Barrios, la emboscada del El Tejar, Puesto del Marqués, Mochara y
la derrota en la Batalla de Sipe Sipe, serían las acciones en que el
Regimiento se mediría contra el enemigo, luchando para asegurar el éxito de la
revolución, hasta el 10 de septiembre de 1816.
Paralelamente, los escuadrones 3º y 4º
del Regimiento se dirigieron a la Banda Oriental para reforzar el
ejército de Oriente. El 22 de junio de 1814 estos escuadrones entraron
en la Plaza Fuerte de Montevideo encabezando la columna vencedora.
Conclusiones
El Teniente Coronel San Martín fundó
una verdadera academia técnica y práctica para oficiales y cadetes, ocupándose
personalmente de la educación y condiciones de cada uno. Labor necesaria para
el desarrollo de la institución.
Tal aspiración se correspondía con la
visión que tenía sobre el futuro mediato de las fuerzas militares modernas:
confiaba en una rigurosa disciplina militar, evocada no sólo en las maniobras y
el entrenamiento, sino también en la esfera social del militar, que debía
funcionar como figura ejemplificadora no sólo para sus camaradas de armas, sino
también para el resto de la sociedad.
A ellos súmenosle la experiencia miliar
que adquirió en tierras europeas. El actuar del Regimiento fue muy particular
en el escenario de la Independencia Argentina. Sus labores por
ello los hizo de manera muy eficiente.
Bibliografía
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Editorial MAPFRE.
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Taller Gráfico de Luis Bernard.
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