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viernes, 13 de mayo de 2016

Las celebraciones en Lima por el Centenario de la Independencia del Perú recogidas por la Revista Variedades de 1921*

Por Edith Elejalde

I. INTRODUCCIÓN

A portas de llegar al bicentenario de la independencia del Perú, recapitulemos en el tiempo y conozcamos como se llevaron a cabo las celebraciones por el centenario de la misma; por cuanto ello nos dará luces sobre cómo ha evolucionado nuestra civilización y por qué no, proyectarnos a como nos veremos de aquí a cien años más. 

Las celebraciones y tributos que rindieron nos permiten conocer el sentir de un pueblo ante tan excelso acontecimiento. Para ello la revista Variedades que se editaba para aquel entonces, nos da un acercamiento desde el punto de vista del periodismo de cómo se sucedieron dichas celebraciones y ceremonias en el entonces segundo gobierno de don Augusto Bernardino Leguía.

II. LOS PREPARATIVOS

Previamente a las celebraciones por el Centenario de la independencia del Perú, en Palacio de Gobierno, el cual se había proyectado ser uno de los lugares centrales para las festividades, se originó un incendio de misteriosa causa, que destruyo una buena parte de su arquitectura. En seguida el presidente Leguía mandó reconstruirla, y con una labor titánica de algunas semanas se logró recomponer lo dañado, casi en su mayoría, y con  poder proseguir con el plan de actividades previsto.

Se arreglaron calles, avenidas, se modernizó Lima con la iluminación artificial de algunos de sus edificios público. Se organizaron fiestas, ceremonias, homenajes, banquetes, todo ello con el con el fin de mostrar ante la comunidad de visitantes extranjeros y nacionales el grado de desarrollo alcanzado por el Perú en el centenario de su vida republicana.

El presidente de la Republica, don Augusto B. Leguía, había dispuesto el recibimiento de las delegaciones diplomáticas de varios países entre ellos el de los americanos como Argentina, Colombia, México, Santo Domingo, Estados Unidos, Brasil, Guatemala, Bolivia; de países europeos como Gran Bretaña, España, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Portugal, Alemania, Italia, Francia; y de países asiáticos como Japón y China que tenían una vasta colonia en nuestras tierras.

No se pudo contar con la presencia de Venezuela, pese a estar invitada y por ser precisamente el venezolano Simón Bolívar uno de los principales próceres de la independencia que ahora se estaba celebrando, pues al parecer a sus delegados les llego la noticia de que en las festividades por el centenario de la independencia del Perú no se le rendiría tributo al libertador Bolívar, error que luego fue desmentido con la fundación del Museo Bolivariano y por el homenaje que le rindió la nación a Simón Bolívar.

Tampoco estuvieron presentes Chile y Ecuador, éste último como nos comenta este número de Variedades, debido a que “fue envenenado por la fobia anti peruana de nuestros enemigos del sur”. Por la forma como esta revista se expresa la actitud chilena, notamos que aún existía en el Perú y sobretodo en la sociedad limeña un rechazo tajante hacia Chile. Recordemos que aún no se llevaba a cabo el plebiscito sobre Tacna y Arica.

A inicios de 1921, cuando ya todo estaba casi listo, comienzan a llegar las embajadas de países como Bélgica, Inglaterra, México, Holanda, Colombia, Italia, Japón, Brasil, Gran Bretaña, para asistir y compartir junto con los peruanos las celebraciones por el centenario independentista.

III. LAS CELEBRACIONES

Durante julio de 1921 Lima se convirtió en el punto de encuentro de distintas delegaciones diplomáticas, personalidades extranjeras y nacionales, curiosos y público en general que se sumaban a contemplar las fiestas por el aniversario de la independencia. El ritmo de las celebraciones oficiales estaba marcado por los discursos, agasajos, fiestas, ceremonias, desfiles y bailes a los que asistía la alta sociedad limeña de entonces.

La ceremonia central luego del acostumbrado Te Deum, fue el discurso ofrecido por el presidente de la Republica, luego de lo cual Variedades nos ofrece una fotografía tomada luego de este evento en la cual aparece el presidente Leguía junto con los miembros de su gabinete.

Evento muy común de este mes fueron los bailes organizados en honor al aniversario patrio en donde concurrían las autoridades y miembros más selectos de la sociedad peruana y de las delegaciones extranjeras que habían venido a visitarnos. Ejemplo de ello son los suntuosos bailes dados por el gobierno en los salones de la casa de Pizarro. No olvidando a los bailes ofrecidos por los prestigiosos Club Nacional y Club de la Unión, recogidos por la lente de Variedades.

Los banquetes también fueron un punto central durante estas celebraciones, y algunos se hacían en agradecimiento a la participación de las embajadas que se habían sumado a las fiestas nacionales. Es así que los miembros de la colonia española residente en Lima prepararon un banquete para la embajada extraordinaria de España, el cual se hizo en el lujoso local del Casino español. Asimismo se ofrecieron banquetes para la embajada argentina y otras.

No se podía dejar pasar la ocasión para que el gobierno peruano rinda homenaje público a dos grandes próceres extranjeros de nuestra independencia. Por lo cual el presidente Leguía organizó los homenajes respectivos para elogiar y agradecer la hazaña brindada por José de San Martín y Simón Bolívar en pro de la autonomía peruana.

El 27 de julio de 1921 se inauguró la monumental plaza que lleva el nombre del prócer don José de San Martín y que es un reconocimiento que hizo el Perú a la labor realizado por este gran hombre. Plaza que tiene en el centro una estatua de San Martin, ejecutada por el escultor español Mariano Benllicire. Simón Bolívar también fue centro de un reconocimiento por parte de las autoridades. El entonces ministro de gobierno Dr. Germán Leguía y Martínez le concedió un magistral elogio en el cual resaltaba sus virtudes y hazañas a favor de nuestra libertad política y la de América. De igual manera Leguía inauguró con un sentido discurso dedicado al libertador, el Museo Bolivariano.

Siguiendo con los agasajos y festividades de esta fiesta nacional, se realizaron en el Jockey Club carreras de caballos dedicadas al Perú, donde tuvieron encuentro las principales autoridades y miembros de la sociedad, como el presidente de la Republica, ministros de estado, miembros de las embajadas, el cuerpo diplomático, entre otros. Allí se disputaron entre otras pruebas, el torneo “Centenario” sobre 2600 metros de carrera y en el que resultó ganador el equino “Marcial”, crack del Stud Porte Bohheur. También se disputaron los otros dos clásicos de fiestas patrias del Jockey Club: el “Bolívar” y el “San Martín”, éste último ganado por “Doña Sol”, propiedad del señor Augusto Bernardino Leguía.

Durante este periodo se emitieron varias estampillas alusivas al Centenario.

La iluminación de Lima

Lima se presentó ante sus espectadores como una ciudad “fantástica y bellísima”, el gobierno había mandado iluminar con luz eléctrica los principales edificios públicos de la capital como una forma de mostrar que la modernidad había llegado también al Perú y por las noches se los podía apreciar radiantes con todos esos focos puestos en sus fachadas. El alumbrado especial fue elaborado por el ingeniero Víctor M. Arana, quien como director de la obra trazó la iluminación de las fachadas del Palacio de Gobierno, el Palacio Legislativo, la Municipalidad de Lima, el Ministerio de Fomento, el local del Senado; de igual forma se ilumino la Plaza de Armas, el Paseo Colon, la Plaza San Martín, el Parque Universitario.

IV. DESFILES Y EXPOSICIONES

Durante estas celebraciones no podía faltar como era y es tradición dentro de las actividades que año a año se hacen por fiestas patrias, el ceremonial del desfile militar, en donde las fuerzas armadas hacen gala de sus equipos y armamentos, de sus ejércitos y soldados. Acudieron para 1921 las tropas nacionales y marineras, todas las escuelas militarizadas, además de exponerse las brillantes marineras de los cruceros y dread nought extranjeras que estuvieron para las fiestas del centenario.

Cabe destacar la presencia que Argentina trajo para acompañar los cortejos militares, y es que en esta ceremonia el Perú tuvo el honor de presenciar el desfile del glorioso regimiento del ejercito de Granaderos de San Martín, quienes fueron los que en tiempos de la lucha anticolonial acompañaron a al héroe argentino.

Asimismo el Cuerpo General de Bomberos no dejo de pasar la oportunidad para sumarse a esta fiesta con su revista anual de material y personal, en la que mostraron sus carros e implementos de acción ante los asistentes al desfile.

Por su parte, los escolares limeños realizaron un desfile estudiantil en la Plaza San Martín, como se registra en las fotos, con el objetivo de rendirle homenaje a Don José de San Martín, ilustre personaje de la independencia y del de otras naciones americanas.

Otra de las actividades por fiestas patrias que recoge la revista Variedades de esta edición de julio de 1921 es la procesión de carros alegóricos. Los concurrentes limeños y extranjeros pudieron observar el desfile de los tanques que presentó la liga de Defensa Nacional, el paso del carro alegórico de la colonia japonesa, el paso del elegante carro del Estanco del Tabaco, el fastuoso carro de la colonia China, el carro organizado por la Federación de Estudiantes, el hermoso carro de la Escuela Naval, entre otros carros más que se presentaron para regocijo del público.

Esta procesión de carros fue encomendada a varias de las instituciones más representativas de la capital para ese entonces. Uno de los carros que resultó ser el de mayor agrado del público fue el preparado por la Liga de Defensa Nacional, el cual simulaba ser un tanque de guerra y cuya exhibición en el desfile tenía por objetivo conseguir el óbolo de los ciudadanos presentes en el desfile, para recaudar fondos a favor de la defensa nacional.

En el Callao se realizó también una exhibición en donde se lucieron  barcos de guerra nacionales.

No se podía omitir de las notas relativas a las actividades por el Centenario, a la exposición pictórica que para la coyuntura organizaron cuatro artistas plásticos de ese momento: Darío Eguren Larrea, Herminio Aria de Solís, Bernardo de Rivera y José Sabogal, destacando de los cuatro éste último.

V. LOS REGALOS A LA NACIÓN POR SU CENTENARIO

En gratitud por la hospitalidad ofrecida por nuestro país en los años en que migrantes extranjeros buscaban un destino para prosperar, las colonias de distintos países afincados en el Perú, con o sin colaboración de sus países de origen, se organizaron para brindar un reconocimiento material pero sobretodo simbólico al Perú en el centenario de su independencia.

Es así que el Perú se vio engalanado por los obsequios de estas instituciones que buscaban plasmar en monumentos que irían a embellecer la ciudad, su retribución y consideración, estrechando los lazos de amistad entre sus países de origen y el Perú.

Variedades reporta las distintas muestras de afecto de estos países con el embellecimiento de la capital. La colonia española obsequió al Perú un arco del triunfo morisco que se proyectó colocar en la Av. Wilson; la colonia italiana prometió obsequiar la construcción de una galería de arte moderno, incluyendo algunas esculturas puestas en ella; la colonia francesa obsequio una estatua de la libertad que sería colocado en la placita de La Recoleta; la colonia alemana obsequió una torre-reloj monumental que se planeó colocar dentro del Parque Universitario; la colonia estadounidense obsequió una sistema de bibliotecas viajero que se pretendía por medio de su movilidad ser difusora de cultura a los escolares del Perú; la colonia japonesa prometió obsequiar un monumento a Manco Cápac; la colonia China prometió obsequiar la construcción de una fuente monumental que se planeaba colocar en la parte posterior de Palacio; la colonia británica prometió la construcción de un stadium nacional o coliseo destinado a albergar los grandes torneos del músculo, promoviendo así la gestación de la educación física en el Perú.


*(Revista Variedades, edición N° 700, año XVII, Lima, 30 de julio de 1921 y Variedades edición N°701, año XVII, Lima, 6 de agosto de 1921).

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