Néstor García Canclini trata de explicar el análisis sociológico
que hace Pierre Bourdieu de la cultura a través de un enfoque marxista, pero
que no solo se limita a esta y va más allá, en lo que se podría decir de lo que
la teoría marxista había subvalorado: el consumo social, en donde también encontramos
estructuras de dominación y poder.
Nos dice que Bourdieu en la mayor parte de sus
investigaciones se hace la pregunta de cómo las estructuras económicas y simbólicas
se articulan en la diferenciación social. Para aclarar esta interrogante
recurre a algunas ideas del marxismo (como clases sociales y lucha entre ellas)
sobre la sociedad, pero difiere o se sale del marxismo en:
a) Con respecto a la idea del consumo
del marxismo- subordinado a las estructuras de producción, Bourdieu se centra
aun mas en las relaciones de desigualdad y diferenciación social que se ve
implícita en el consumo de las diversas clases sociales; o sea, que él ve en la
manera de usar y producir los bienes una diferenciación en la constitución de las
clases sociales.
b) En lo que se refiere al valor del
trabajo para el marxismo –costo de producción, materias primas y tiempo de
trabajo, Bourdieu afirma que el valor de un bien se genera ya desde el mismo
proceso de producción a través de las
relaciones que se dan para identificar al bien.
c) Con la idea de la articulación entre
lo económico y lo simbólico, Bourdieu dice que si una clase pretende ejercer el
dominio sobre las demás, no solo debe prevalecer en el sector económico, sino
que también debe articular esto en las
estructuras simbólicas o culturales de una sociedad, para poder legitimizar su
poder. Así ambas estructuras se articulan en lo que Bourdieu llama campos, los
cuales nos permiten hacer un estudio más complejo y preciso de las relaciones
que se generan en una sociedad.
d) Con la idea del concepto de clase
social determinada por su participación en el proceso productivo. Bourdieu dice
que no solo basta con analizar las estructuras económicas para determinar el
carácter de una clase social. En esta también influyen las prácticas culturales
tales como el lugar en el que se vive, la educación y cultura que se recibe y
que determinan las formas de elección o comportamiento de un individuo, que son
también factores de exclusión o de inclusión entre clases sociales. Por tanto
para explicar el carácter de una clase se necesita del análisis de varios factores
que confluyen en ella.
En cuanto a los hechos sociales, nos dice que
Bourdieu los organiza dentro del concepto de “campo”, es decir en un análisis
que engloba tanto a las estructuras materiales o económicas como a las
superestructuras sociales. Cuando analiza una obra de arte bajo esta visión de
campos, la analiza tomando en cuenta el contexto del artista, sus formas de
pensar, la clase social a la que pertenece y las superestructuras que impulsan
a este artista a la realización de su obra. Y por estar la vida moderna divida
en campos económicos, políticos, científicos y artísticos, considera que se
deben de analizar las dinámicas ocurridas en cada campo, teniendo en cuenta,
por tanto, que dentro de estos campos se generan luchas por la hegemonía de
cada clase; puesto que en un campo compiten varios actores con posiciones de
clase enfrentadas.
En lo que respecta a los modos de producción y
al consumo cultural, Bourdieu los organiza en niveles culturales a los que
denomina gustos. Esto quiere decir que en una sociedad podemos encontrar gustos
estéticos legítimos, representados por las clases burguesas; gustos medios,
representados por las clases pequeño burguesas y medias; y los gustos
populares. En todas estas se expresan la naturaleza e ideólogas político estéticas
de cada grupo y que coexisten al mismo tiempo en la sociedad capitalista.
1) Estética burguesa. La practica
cultural burguesa esta muy desligada de los conflictos económicos que padecen
las otras clases. Y por ser ella de capacidad holgada puede darse el lujo de
invertir el tiempo en el estudio de conceptos culturales que le permiten estar
al tanto de las corrientes intelectuales y artísticas. El modo de producir y
consumir burgués autónomo de las estructuras económicas, hace que se genere un
cierto distanciamiento de las cases sociales menos instruidas con respecto a
las obras culturales. Ya que los gustos estéticos burgueses requieren de una
preparación y disposición frente al objeto cultural, los sectores medios y
populares se ven de cierta forma relegados a este consumo. Como nos dice García
de la estructura burguesa “Coloca el resorte de la diferenciación social fuera
de lo cotidiano, en lo simbólico y no en lo económico, en el consumo y no en la
producción. Crea la ilusión de que las desigualdades no se deben a lo que se
tiene, sino a o que se es.”
Un ejemplo de esto lo encontramos en
los museos de arte, en donde indirectamente se le exige a su publico el manejo
de ciertos conceptos previos para poder entender las manifestaciones artísticas
de la clase burguesas, ya que estas están diseñadas para hacer prevalecer la
forma sobre el fondo es muy difícil que cualquier persona logre entenderlas.
2) La estética de los sectores medios.
Esta estética depende mucho del gusto
masivo para producir a gran escala dentro de una industria cultural, puesto que
se busca la competencia mercantil en la distribución de estos productos, por lo
cual vemos que esta estética depende de las estructuras económicas de la
demanda. Un ejemplo de esto lo encontramos en la práctica fotográfica muy
arraigada en la pequeña burguesía. Por medio de ella se puede hacer un examen sociológico
de las estructuras ideológicas del gusto y de las preferencias en los individuos;
dado que en ella no solo prima el afán de retratar una reunión familiar o
cualquier otra actividad simbólica digna de fotografiarse. Sino que también
devela las intenciones de este sector en diferenciarse de los sectores
populares y acercarse a los sectores burgueses. Ya que en estas fotografías se registran
las actividades que demandan la disponibilidad de recursos económicos como el
turismo, cosa que no pueden hacer las personas pertenecientes a la clase
popular.
3) La estética popular. Esta estética se
ve muy limitada por el poder adquisitivo de sus consumidores y productores; es
por tanto una estética practica y funcionalista por cuanto se ve dividida en
actividades y lugares técnicos, funcionales y suntuarios. Incluso esta última
se ve también limitada por el aspecto económico aunque trate de imitar a los
sectores dominantes. Sin embargo, ocurre que no siempre este sector trata de
imitar al dominante, pues la estética popular también se autonomiza y crea sus
propios paradigmas culturales, como lo es el hecho de intentar poseer una
fuerza mayor que los burgueses a través del consumo abundante de comida. Con
cual pretende ser mejor que el burgués en fuerza.
A parte su análisis de los modos de producción
cultural, Bourdieu construye el concepto de Habitus, la cual entiende como la
asimilación inconciente, desde muy pequeños, de la cultura de su propia clase
social. Entendiendo que las ideologías y maneras de pensar y actuar de la clase
social a la cual se pertenece se arraigan en el individuo de tal forma que uno
no se da cuenta de ello, pero que esta dentro de nosotros y se evidencia en
nuestro consumo, elecciones o clasificaciones.
De la misma forma, las estructuras simbólicas también
estructuran nuestra concepción del mundo. A través de determinaciones sociales
apegadas a los intereses de cada clase social, los símbolos- entre ellos los
usados en la comunicación- nos posibilitan la comprensión del mundo, pero por
ser estos productos de los intereses de legitimizacion de una clase encontramos un sustento político de dominación
en la cultura. Entonces se podría decir que las relaciones de comunicación y de
conocimientos develan una estructura de poder, puesto que sus ideólogos y
difusores son participes de una determnada clase social.
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