En primer lugar nos referimos a las fuentes
escritas. Los archivos son importantes porque sin su conservación se perdería
la memoria histórica del país. Para poder reconstruir la historia de una
comunidad política, es necesario recurrir a sus fuentes. Estas fuentes
escritas, representadas en miles de expedientes civiles, militares o
eclesiásticos, relacionados con diversas actividades del quehacer humano, se
encuentran custodiadas en diversos repositorios de la nación. Sin estos
documentos sería difícil la producción historiográfica o la investigación en su
conjunto.
Los documentos generados a través de la
historia, no han merecido el cuidado necesario pues son varias las denuncias de
pérdidas de documentos. Mucho de estos documentos eran robados para utilizarlos
como envoltorios de mercadería, para las municiones de los caudillos.
En segundo lugar, un archivo tendrá
importancia cuando mas facilita el acceso de los investigadores a sus
fondos. Ello será posible cuando se
publiquen los catálogos de las distintas secciones que conforman sus fondos.
Los modernos catálogos deben contar con
índices (onomástico, toponímicos, temático) Que faciliten el acceso a la
documentación. Entonces, los expedientes e innumerables documentos deben
ser descritos lo más amplio posible,
para que el investigador pueda seguir en su investigación, ubicando la
información necesaria.
Al respecto, desde los diversos archivos,
tanto departamentales como de la capital de la nación, así como los
arzobispales, tiene que ir avanzando en este proceso.
Por último, las guías son importantes
porque describen las secciones y el origen histórico de los documentos y las
dependencias administrativas en su conjunto, orientando al investigador en los
pasos a seguir durante su investigación.
Fotografía tomada de la Página Gestión Documental para Gente Normal |